Archivo por meses: febrero 2015

Los Alejados por Freddy Mazariegos

A la luz del Carisma Fundacional de Cursillos de Cristiandad

Cristo (Fundamento)  – Persona (Sujeto) – Amistad (Método)

Buenos días amigos y amigas, para los que no me conocen, mi nombre es Freddy Mazariegos. Viví la experiencia del cursillo tres días en el año 1987 en Guatemala.

Un mes después de la clausura, tuve que dejar Guatemala con mi esposa Magalí y mis cuatro hijas entre 4 y 14 años de edad. Arribamos a Toronto,  Canadá el 2 de febrero de 1988 lo cual nos pareció un sueño, no solo porque habíamos dejado familiares y abandonado todas nuestras pertenencias, sino porque nos vimos rodeados de personas de diferentes nacionalidades y por primera vez en nuestras vidas, experimentábamos el frío extremo y un panorama tan diferente al de Guatemala: Todo estaba cubierto de nieve!!!!

Tratando de establecerme, intentando aprender un idioma nuevo y ajustándome a una cultura diferente, olvidé mis principios cristianos y empecé a vivir la realidad de Dios de una forma distorsionada.

No fue sino hasta septiembre del 2001 que nos enteramos que existía el Movimiento de Cursillos Hispano en Montreal y Toronto.  Gracias a este movimiento laico, he tenido la oportunidad de conocer a muchos amigos y amigas de todas partes del mundo. Desde entonces he estado involucrado en las diferentes estructuras del movimiento. Han transcurrido 10 años de hacer reunión de grupo con mis amigos. He llegado a conocerles a ellos y ellos me conocen a mí, como una persona con una visión nueva  plenamente humana y plenamente viva en el mundo.

Para poder aprender el idioma Inglés, la primera cosa que tuve que hacer fue comprar un diccionario Collins y recuerdo que en la portada del mismo decía: “Use este diccionario amigable y conviértase en una de las mejores personas informadas de este idioma en el mundo”.

En realidad no me convertí en la “mejor persona informada“, pero a través de mi cursillo fui informado de la mejor noticia de que Dios me ama como soy, con mis escamas y agallas. Donde encontré y cómo he intentado vivir esta formidable noticia: En la frescura y lozanía del Evangelio y con sentido común.

El nombre de este rollo es “Los Alejados”, pero quiero principiar diciendo que sin ninguna excepción todos en este salón, hemos sido alguna vez en nuestra existencia “alejados” del amor de Dios.

Podemos encontrar muchas definiciones de “alejado” pero he decidido usar una simple, sencilla y corta definición: “Alejado es una persona cuyas expresiones muestran que no está consciente de los acontecimientos que suceden a su alrededor”.

Como preámbulo antes de entrar en harina, es mi opinión que las estructuras operacionales de cursillos – Secretariado y Escuela de Dirigentes-, están pensadas para facilitar el propósito del Movimiento que es, por encima de cualquier discusión religiosa peregrina, la promoción de la persona en el mundo para que desde el lugar de su diario vivir, se convierta por la gracia de Dios en una persona plenamente viva y que a la luz del Evangelio descubra y se vaya convenciendo de que Dios le Ama.

  1. Dios es Amor: Esto quiere decir que todo lo que Dios es y puede hacer es Amar. En Dios no existe la ira. El no castiga. Cuando nosotros pecamos, somos nosotros a través de nuestras actitudes quienes nos alejamos de su Amor. El cambio toma lugar en nosotros, nunca en El. La mayor gloria de Dios es ver a sus criaturas felices. Nuestra felicidad es todo lo que le interesa a El.
  2. Nosotros somos amados por Dios incondicionalmente.   Frecuentemente nos distraemos por nuestros compromisos familiares, de trabajo y muchas otras actividades de nuestro diario vivir. También nos sucede que por la muerte súbita de un ser querido o por una tragedia en nuestras familias y círculos de amistad, empezamos culpando a Dios por las circunstancias adversas alejándonos de su amor, pero Dios nunca se olvida de nosotros porque somos los amados por El. A pesar de las contrariedades de nuestras actitudes, el Señor no nos exige que cambiemos, al contrario nosotros descubrimos que somos amados y entonces podemos cambiar e intentar crecer y ser mejores personas.

Eran muy importantes para Eduardo Bonnín y los amigos que le acompañaron en los inicios de esta aventura de cursillos, hacer  referencia constante a los encuentros de Jesús con varias personas en las más comunes y corrientes circunstancias de la vida diaria. He aquí el origen de la expresión “en la normalidad de sus vidas” que utilizamos frecuentemente en cursillos.

Podríamos mencionar como “alejados” a sus primeros discípulos, quienes vivían distraídos y confundidos por su propia realidad, condicionados por normas, tradiciones, creencias y estilos de vida, ajustados e impuestos por las circunstancias religiosas, políticas y económicas de esa época y que de alguna manera prevalecen hasta nuestros días.

Vale la pena recordar a estas personas que convivieron con Jesús y algunos de los cuales, Pedro, Santiago y Juan, estuvieron presentes en un momento íntimo y trascendente como fue la transfiguración:

Pedro “la roca”: frecuentemente impulsivo y un “bocaza”; un hombre que negó a Jesús  tres veces. Un hombre como nosotros de poca fe y muchos miedos.

Santiago y Juan: quienes eran los niños “mimados” de mamá.

Tomas: Incrédulo y frágil sustentando sus creencias en “veo, después creo”

Andrés: Ingenuo al pensar que cinco panes y dos pescados no eran suficientes para satisfacer a cinco mil personas.

Judas: Quien rechazó en la noche de la última cena la invitación de Jesus a vivir un cursillo de cristiandad, con el pretexto de que no tenía 30 monedas y que saldría a buscarlas.

Así también, podríamos mencionar otros personajes que solían compartir la mesa y extenderse en amenas conversaciones con Jesús sobre las cosas ordinarias que nos suceden en la cotidianidad. Personas que Jesús encontró en las villas, calles, avenidas y arterias de la vida:

Marta: Mujer preocupada y expresando quejas por su múltiples ocupaciones.

Zaqueo: Publicano, recaudador de impuestos e incondicional del imperio Romano.

Maria Magdalena: Una mujer viviendo y vendiendo el “amor” prostituido al mejor postor.

La mujer adúltera: Confundida y esclava de sus pasiones.

El ciego: Quien como nosotros, no sabía quién era Jesús, pero que  gracias a El podía ver ahora “con ojos nuevos las cosas de siempre”.

La mujer Samaritana: Quién a raíz del encuentro con Jesús su vida fue transformada, convirtiéndose en la mujer que llevó a muchos más alejados la noticia del amor de Dios, con la certeza de que había conocido personalmente  al Mesías.

El hijo pródigo de la parábola del Padre misericordioso: Quien rechaza el amor del Padre regresando luego a casa cuando estaba hambriento y hundido en su propio fango. A quien el Padre recibe sin preguntarle nada, sin increparle su comportamiento, sin siquiera pedirle una explicación de su mala conducta y que a cambio le ofrece una gran fiesta por el retorno a sus brazos de Padre/Madre compasivo.

Con relación a esta parábola que nos recuerda la meditación de la primera noche de nuestro cursillo, quisiera citar las siguientes palabras de Eduardo:

“Para convivir con los alejados los cristianos de siempre han de entender la parábola del Hijo Pródigo, pero por lo que se refiere al hermano mayor, que no tiene que enojarse porque el Padre haga una fiesta para celebrar la vuelta del hermano y hasta que nos alegrara que en lugar de uno fueran dos”.

En la historia del Cristianismo, hubo otro ser humano que no llegó a conocer a Jesús personalmente, un hombre excepcional llamado Pablo de Tarso – patrono de nuestro querido movimiento – fiel observador y defensor de la religión Judía. El también era un alejado dedicado, entre otras cosas, a perseguir cristianos hasta que Jesús se le reveló en el camino a Damasco.

A partir de este encuentro Pablo tuvo un cambio de mentalidad al expresar “Ya no vivo yo, es Cristo que vive en mi”.

Además de los pobres, los enfermos, los marginados, estas personas alejadas del amor de Dios que hemos mencionado, fueron los amigos preferenciales de Jesús. A El no le importaron las circunstancias que envolvían sus vidas. Su amor personal e incondicional superaba sus pecados y miedos.

En la actualidad, quienes son y en que ambientes podemos encontrar a estas personas alejadas?

Las personas que viven y están más interesadas en ellas mismas tendiendo a olvidar el amor de Dios personal e incondicional. Es alguien que vive distante de Dios por que ha olvidado vivir a plenitud el programa de valores cristianos ofrecidos en el Evangelio. Sus vidas se han convertido en árboles que dan sombra, pero que no dan frutos y han perdido el deseo de profundizar en su vida espiritual. Viven con temor porque no han conocido el Amor. Ellos viven sin que nadie se acerque para informarles de la mejor noticia de que Dios en Cristo les ama.  Nosotros como cristianos y cursillistas al vivir en gracia, se nos abre la posibilidad de acercarnos a ellos en amistad en sus casas, lugares de trabajo, en el parque, aún en nuestras parroquias donde asisten a misa muchos de los bautizados pero no son cristianos conscientes y consecuentes.

Necesitamos llegar a ellos a través de la amistad y asegurarles que no están solos. Que podemos hacer el camino en compañía con la certeza de que Jesucristo vive y nos ama. Descubrirles que las cosas que disfrutamos: un viaje, una película, una cena, la ropa que vestimos, un concierto, – todas las cosas para disfrutar la vida – adquieren otro sentido cuando descubrimos que son detalles y regalos del Dios de la vida. ¡! Que la vida se organiza mejor y se interpreta con plenitud en alianza con la providencia de su Amor!!

Para concluir quisiera citar las siguientes palabras del fundador de Cursillos de Cristiandad:

«Los cursillos, por su misma naturaleza, han de ir al fondo de la persona, a lo más interior e íntimo de sí misma, no a sus circunstancias concretas que le envuelven, si es casado, soltero, practicante o indiferente etc. No tiene que haber nada que le desvíe de la diana a que se debe apuntar. El encuentro tiene que ser con Cristo y la persona, cara a cara, de tú a tú y a eso tiene que ir enfocado todo el cursillo. La reacción tiene que ser personal, radical y auténtica. No tiene que haber nada que impida o dificulte esta radicalidad, perplejidad y entusiasmo, que causa en la persona el CREER de verdad y en serio que Cristo le ama. Cristo busca a la persona, no a lo que le envuelve».

“El Cursillo no pretende que los mejores sean cristianos, ni que los cristianos sean mejores, sino que los cristianos sean cristianos.

Que se vayan encontrando a sí mismos como personas libres y liberadas por Cristo.

Que comprendan su dignidad y su grandeza por el hecho de estar bautizados.

Que entiendan que ser cristianos conscientes, es convertirse en cada momento.

Y todo para que vayan descubriendo, desde el preciso lugar donde Dios les ha plantado, que Dios en Cristo les ama.

En realidad, de verdad, para el cristiano de verdad, existe tan sólo un problema, que es aceptar, sin morir de alegría, la grandeza de ser tanto”. (Mi Testamento Espiritual – Eduardo Bonnín).
De Colores,
Freddy Mazariegos
Diócesis de London, Canadá

La amistad por Cicerón

«La amistad no es otra cosa que la concordia total de pareceres sobre todas
las cosas divinas y humanas, sumada a la benevolencia y el afecto. Y no creo
que, exceptuada la sabiduría, los dioses hayan hecho al hombre un regalo
mejor. (.) ¿Qué vida merece ser vivida, como dice Enio, que no descanse en
la mutua benevolencia de un amigo? ¿Qué es más dulce que tener a alguien con
quien te atrevas a hablar de todo como contigo mismo? ¿Qué provecho tan
grande habría en las ocasiones prósperas si no tuvieras a alguien que se
alegrara por ellas tanto como tú mismo? Y sería difícil soportar las
adversidades sin uno que las sintiera incluso más que tú. (.)La amistad, a
cualquier parte que nos volvamos, la encontramos dispuesta. Nunca está de
sobra, nunca es inoportuna, jamás es molesta. (.) La amistad da mayor
esplendor a la prosperidad y hace más ligeras las desgracias compartiéndolas
y haciéndolas comunes.»

Fuente:
Cicerón, sobre la amistad
http://grecolatino.wordpress.com/2007/08/30/ciceron-sobre-la-amistad/

Realidades actuales

Comparto con ustedes algunos comentarios de mi amigo Rodolfo Letona. Dirigente de Cursillos de Cristiandad de una Diócesis de Guatemala. Buena lectura.

Leíamos recientemente que en China se contabilizaron más de 13 millones de abortos en jovencitas de 16 a 25 años durante el año 2014.  En este lado del mundo, el gobierno brasileño anuncia la distribución de 70 millones de preservativos para la semana del Carnaval.  Le pone la tapa al pomo la declaración de la presidente Bachelet, que en Chile se promueve la aprobación del aborto, según anunció durante una visita en Guatemala.

Se imaginan ustedes lo que ocurrirá en otras partes del mundo en donde ya se aprobaron leyes pro-aborto.  Es decir, licencia para matar.  Ya Madre Teresa de Calcuta predecía que el mundo iba hacia una debacle cuando la ley aprobaba que matásemos a nuestros hijos.

Trece millones de abortos significaría, matemáticamente hablando, la muerte de casi 36,000 niños por día.  Setenta millones de preservativos significa que el casi el doble de esa cifra de personas estarán involucradas en relaciones sexuales durante la semana del Carnaval en Río. Llevándolo a las matemáticas, y estimando una duración de 10 días de festejos, habrá 7 millones de fornicaciones al día;  292000 por hora, 4860 por minuto, 81 por segundo.

Prácticamente se estaría hablando de un rio de esperma, más otro de sangre y despojos humanos.  Esto es pavoroso.  Solamente podemos pensar en que un bacanal de esa naturaleza tiene que tener origen en el maligno, esto es diabólico.  Lo peor del caso es que es aceptado por la humanidad, que piensa que con “su cuerpo” puede hacer lo que quiera.

El broche de oro lo ponen los medios que anuncian con toda pompa la celebración del Carnaval, no sólo en Brasil, a todo lo ancho del mundo.  Esos mismos medios de comunicación social, rechazan las posturas de las asociaciones que van en contra del aborto;  se rasgan las vestiduras porque hay matanza de focas en un país europeo;  así mismo se pronuncian en contra de las corridas de toros, no precisamente por el riesgo que corre el torero.

Nuestra sociedad, que cierra los ojos ante el aborto, celebra que existan cementerios para mascotas, a las que en vida visten y alimentan como si se tratara de seres humanos, a veces mejor.  Se promueven las sociedades pro defensa de los animales, pero se hace mofa de las similares que abogan por los derechos de un niño asesinado en el vientre de su madre.  Se aprueban las “uniones” homosexuales y se llega al colmo de llamarles esposos, con el derecho a adoptar niños.

No hay ya películas ni cortometrajes para niños que no ensalcen la violencia, que no muestren a todo color y detalle, estos lastres mencionados actuados por figuras del cine casi siempre hundidas en las tinieblas del pecado.  Se premia y publicita a un tirador que bate record matando a otros hombres;  se publicitan los desmanes de quienes degüellan a sus enemigos y esto lo filman para que el mundo se entere.  Son noticias, dice la prensa escrita o televisada.

Tontamente yo pregunto si ¿no entra en la categoría, no de crímenes, pero sí de atentados contra la decencia y las buenas costumbres, que nuestros “dirigentes” a nivel nacional e internacional se presten a trampas y chanchullos, cuya trascendencia y gravedad no podemos imaginar, puesto que nacen del seno de un movimiento eclesial?

Cuando se piensa en estas cosas, que apenas descubren el iceberg pecaminoso que encierra a la humanidad, se hace patente que la Redención del género humano no habría sido posible sin la participación del Hijo de Dios en Su Pasión, Muerte y Resurrección, tríduo que nos aprestamos a rememorar a partir del 18 de este mes.  Esta es la prueba contundente de que Dios, por Cristo, nos ama.

Continúa con toda validez la observación de un mundo que manejando criterios cristianos se encuentra de espaldas a Dios.  Somos los “alejados”, todos los hombres, y esto “valida” cualquier intervención nuestra ante las ‘estructuras’ tal como lo estamos planteando.

Como no todo es negativo, hoy la prensa da cuenta de la decisión papal de hacer circular una colección de 15 libros sobre valores, diseñada especialmente para niños.  La información destaca que el proyecto surgió de El Clarín, Argentina, y que los temas son:  Alegría, coraje, sencillez, esperanza, autoestima, solidaridad, esfuerzo, diversidad, creatividad, prudencia, amistad, dignidad, generosidad, familia y paz.

¿Nos agregamos?

Fraternalmente DE COLORES,
Rodolfo

Fieles Administradores del Movimiento de Cursillos

Referencia: Presentado por Rev. Modesto Lewis Pérez en el Encuentro Nacional de Cursillos en la Universidad de Villanova en Philadelphia, PA – Julio 2006.

Durante la primera meditación del fin de semana de Cursillos, al Cursillista se le invita a que comience una reflexión muy personal y sincera que le hará emprender una larga jornada – una maravillosa aventura que no requerirá que viaje de la superficie de la Tierra al Espacio: a la Luna o Martes; a Júpiter o alguna estrella distante. De hecho, la jornada que emprenderá es aún más desafiante. Pues, como dice Eduardo Bonnín, exige un viaje de la superficie de la piel del hombre al Espacio Interior: allí donde reside su persona.

En otras palabras, al Cursillista se le pide que mire hacia dentro y que se desnude en la presencia de Dios. Este proceso no tiene como propósito hacer que la persona se llene de un sentido de culpa, o vergüenza o remordimiento. Más bien es una invitación a que se ponga en presencia de sí mismo y de Dios – libre de toda manipulación, ilusión, artificio, orgullo, engaño propio, o temor. Pues, solo cuando hacemos esto podemos permitir que Dios nos tome en sus brazos como el Padre una vez estrechó en sus brazos amorosos al Hijo Pródigo y nos reciba tal y como somos. En este abrazo tierno e incondicional descubrimos que somos preciosos en los ojos de Dios y que somos amados con un amor eterno. Cuando experimentamos personalmente esta verdad fundamental, comenzamos a encontrar el “porqué” y “para qué” de nuestra existencia, el sentido de nuestra vida.

Este encuentro real consigo mismo, con el que comienza el Cursillo, es lo que más tarde hará posible el encuentro con otros y con el Evangelio. En este triple encuentro, que comienza y termina con la amistad, el Cursillo no pretende echarle nuevos compromisos u obligaciones a nadie. Más bien, lo que busca es que cada uno le encuentre el sentido al compromiso que ya tiene: el compromiso que viene de la vida misma y de la convivencia. Este compromiso encuentra su fuente, se fortalece y se nutre con la AMISTAD: la amistad con Dios y con el prójimo (E. Bonnín & F. Forteza, “Los Cursillos de Cristiandad, Realidad Aun No Realizada,” p. 18)

Hoy se nos ha pedido que meditemos sobre nuestra administración de ese singular y bello regalo de Dios que son Los Cursillos de Cristiandad. Y, ciertamente es conveniente que así lo hagamos; pues, en Las Sagradas Escrituras el administrador es un modelo simbólico del significado de la vida – es decir, de quien soy en relación a Dios, a mí mismo, a los demás y a toda la creación.

Una de las enseñanzas más fundamentales de las Sagradas Escrituras – comenzando con el libro del Génesis – es que todas las cosas encuentran su origen en Dios. Todo lo que nuestros sentidos pueden experimentar y descubrir deben su existencia a Él, incluyendo nuestras vidas y todo lo que tenemos: nuestros cuerpos, nuestras posesiones, nuestros talentos, nuestros dones y nuestro tiempo. Además de darnos todo lo que tenemos, Dios nos ha redimido por la sangre de Su Hijo, Jesucristo nuestro Señor (1 Pedro 1:18, 19). Consecuentemente, como dice el autor de los Hechos de los Apóstoles, en Cristo, “vivimos, nos movemos, y existimos” (Hechos 17:28). Y, siendo que el murió por todos, dice San Pablo, “los que viven no vivan ya para sí mismos, sino para él, que por ellos murió y resucitó” (2 Corintios 5:15).

Todos, pues, somos sus administradores ya que se nos ha confiado la administración de las riquezas y bendiciones recibidas de Dios. Se nos ha llamado a servir y cuidar de su Casa y de nuestros compañeros. Se nos ha dado libertad y dominio absoluto de esta abundancia de vida y patrimonio de Gracia… Pero, parafraseando ese gigante de la literatura moderna, Spider Man (el Hombre Araña), gran poder y gran libertad llevan consigo una gran responsabilidad.

Nuestra administración de los bienes de Dios, como nos lo recuerda la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30), exige el uso fiel de los dones recibidos. La parábola de las diez jóvenes necias y precavidas (Mateo 25:1-13), nos advierte que debemos mantenernos alertas y preparados. Y, esta administración nos reta a ser tan astutos como el mal administrador de la parábola (Lucas 16:1-18); pues, nos dice el Señor, “los ciudadanos de este mundo sacan más provecho de sus relaciones sociales que los hijos de la luz” (Lucas 16:8).

En efecto, tendremos que rendir cuentas de todo lo que hemos recibido del Señor, no importa cuan poco o mucho nos parezca que esto sea. Pues, “el que ha sido digno de confianza en cosas sin importancia, será digno de confianza también en las importantes; y el que no ha sido honrado en las cosas mínimas, tampoco será honrado en las cosas importantes” (Lucas 16:10). ¿Cómo, pues, se nos podrá confiar las cosas del Reino si no hemos sido constantes en lo mínimo de este mundo?

Como administradores se nos pide ante todo que seamos fieles a los dones espirituales recibidos. Al describir su ministerio y el de sus compañeros, San Pablo declara: “Vean, pues, en nosotros a servidores de Cristo y a administradores de las obras misteriosas de Dios. Si somos administradores, entiendo que se nos exigirá cumplir” (1 Corintios 4:1-2). Y el autor de la primera carta de San Pedro, refiriéndose a todos los cristianos, agrega: “Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios” (1 Pedro 4:10).

¿En que modo, pues, somos llamados a ser fieles administradores del Movimiento de Cursillos de Cristiandad?

Si, como firmemente creemos, Cursillos es un don de Dios, es evidente que es una “manifestación del Espíritu para el bien común” de la Iglesia (1 Corintios 12:7; cf también versículos 1-11). Como tal, Cursillos cumple una función propia y específica en el Plan de Dios. Como recibidores de esta gracia, por lo tanto, se nos pide que seamos dignos de confianza y fieles a la esencia y a la misión específica que Dios le asignó en el Cuerpo de Cristo.

Si este carisma tan especial que es el Movimiento de Cursillos ha de cumplir su misión, no podemos tratarle como si fuera nuestra posesión; como si fuera algo que podemos usar y manipular a nuestro antojo. Mucho menos podemos usarlo para un propósito para el que no fue inventado. Cursillos es un don del Espíritu y por lo tanto tenemos que rendir cuentas a Dios de cómo hemos usado el don recibido.

Sabemos que Cursillos es una cosa viva, vibrante –tan bella y delicada pero también tan frágil como una mariposa. Eduardo Bonnín y Francisco Forteza escribieron una vez:

Todo lo vivo debe crecer y progresar, y para que sea efectivo exige una creatividad y criticidad permanentes. Lo que es vivo, al crecer y desarrollarse va afirmando sus líneas esenciales, lo que es propio e intencional, o se separa de ellas y pierde su identidad (E. Bonnín & F. Forteza, “Los Cursillos de Cristiandad, Realidad Aun No Realizada,” p. 12).

Examinemos, pues, a Cursillos de esta manera orgánica: Cursillos es una cosa viva y por lo tanto tiene que crecer y desarrollarse, sí. Pero, tiene que permanecer fiel a su propia razón de ser, a su esencia, a lo que le caracteriza – a lo que Dios quiso que fuera, o arriesgaría perder su identidad y de esta manera frustraría el Plan de Dios.

Algunos entre nosotros podemos apreciar una mariposa y no le pedimos que sea más que lo que es, lo que el Creador quiso que fuera. Sin embargo, para algunos el ciclo de vida de la mariposa les podría parecer absurdo: un volar de flor en flor, poniendo huevos, del que saldrá un gusanito cuyo único propósito será comer hasta que, harto, se pega a una hoja. Allí se seca, formando un capullo de donde saldrá una mariposa que se apareará para comenzará el ciclo de nuevo.

Un científico en la genética pudiera decidir que lo mejor, lo más útil y productivo sería cambiar la composición genética de las mariposas para darles la misión específica de polinizar flores – no como la consecuencia natural de su propio ciclo de vida sino como una labor predeterminada y designada para una versión de mariposa nueva y renovada: ¡Mariposa 2.0, por decir así! Estas mariposas serían las siervas del botanista y del jardinero y de todos aquellos que estuviesen interesados en tener “mariposas obreras”.

Sin embargo, no habría duda que la mariposa auténtica y verdadera perdería su identidad. La mariposa, en efecto, dejaría de ser la criatura que Dios hizo para convertirse en una reinvención del hombre – una acción probablemente bien intencionada, pero sin duda una manipulación que causaría estragos en el ecosistema natural establecido por el Creador.

Pero usemos otra analogía: Algunas veces, cuando es oportuno, cuando no hay un martillo al alcance, o cuando sentimos pereza o estamos demasiado ocupados como para buscar un martillo, algunos entre nosotros caemos en la tentación de tomar un atajo y usar un destornillador para meter un clavo en la pared. La experiencia nos enseña que lo podemos hacer, podemos clavar ese clavo. Pero, la mayoría de las veces le hacemos daño al destornillador y el clavo se dobla o no entra bien.

¡Podemos hacer y de hecho hemos hecho lo mismo con Cursillos!

Bonnín nos ha indicado algo que nuestra propia experiencia a constatado: en la ya larga historia del Movimiento, han habido dos maneras de entender y por lo tanto de canalizar y orientar el Movimiento de Cursillos hacia su finalidad:

  • Hay quienes creen que la razón de ser y el fin de Cursillos es revitalizar estructuras y organizaciones ya existentes (como parroquias, diócesis, actividades pastorales, organizaciones cívicas y religiosas, etc.). Estas seguirían haciendo lo mismo de siempre pero ahora con un espíritu renovado que explota la energía y el celo apostólico de los que han vivido un Cursillo.
  • Otros creemos que en el ecosistema complejo de la Gracia de Dios, el Movimiento de Cursillos necesita su propio espacio o nicho para vivir y ser lo que Dios quiere que sea – con sus propias mínimas estructuras: reunión de grupo, Ultreya y Escuela. Pues estamos convencidos que la dinámica misma de estas convivencias y de las amistades que estas desarrollan hacen posible llevar la Buena Nueva a los lugares más recónditos de la existencia humana: la persona, la familia y la sociedad (E. Bonnín & F. Forteza, “Los Cursillos de Cristiandad, Realidad Aun No Realizada,” p. 25).

Si vamos a ser fieles a la esencia de Cursillos y queremos ser ministros de las gracias que Dios desea comunicar a través del Movimiento, tenemos que ir a la fuente, al carisma que le vio nacer. ¡Tenemos que entender lo que Cursillos es y lo que no es!

Tenemos que continuamente reexaminar y reevaluar lo que hacemos y porqué lo hacemos a la luz de lo que es propio e intencional a Cursillos.

Tenemos que llegar a entender que lo que Cursillos pretende y siempre ha pretendido es poner lo fundamental cristiano al alcance de la persona ordinaria. Lo que quiere es facilitar ese maravilloso encuentro de la persona con el evangelio de Cristo. Tenemos que recordar continuamente que la esencia y el genio de este regalo que es Cursillos consisten en que nunca ha pretendido ni pretende hoy día proponer obras apostólicas concretas.

Lo repito en caso que sea novedad para vosotros: Cursillos no desea promover apostolados ni encausar personas a ministerios. Su propósito no es revitalizar parroquias ni cambiar sistemas mucho menos manipular personas para llevarlos a esos compromisos que por ser comprometedores se convierten en cargas. Tampoco fueron pensados, como se suele decir, “para cargar las baterías” de almas agotadas y cansadas por el duro vivir de la vida moderna.

Cursillos no son ni deben ser una estación de combustible a la que se acude para llenar el tanque y seguir rodando por la vida.

La esencia de Cursillos y lo que definen su finalidad – eso que es el eje nuclear y central – eso que llamamos lo fundamental cristiano y que queremos que más y más personas experimenten, no es, como dice Eduardo Bonnín, “una doctrina que se tiene que saber” sino “una realidad que se tiene que vivir.” Y esa realidad es que Cristo nos ama. ¡DIOS ME AMA A MI! ¿No es esto maravilloso?

En efecto, lo más esencial de ser cristiano es sentirse amado por Dios y vivir en una actitud de constante asombro ante esta verdad. YA QUE LO MÁS GENUINAMENTE CRISTIANO CONSISTE EN DEJARSE AMAR POR DIOS.

Cuando una persona en toda su individualidad, creatividad y libertad experimenta el amor de Dios como la verdad más fundamental de su vida, la persona queda transformada. Porque uno puede vivir su vida a plenitud solo cuando encuentra el sentido de su vida. Cursillos ha propuesto un único medio hacia ese fin: LA AMISTAD. Aún más, es precisamente la amistad su meta: amistad con sí mismo; amistad con Dios y todas sus obras; y amistad con nuestros compañeros en el camino de la vida.

¡Seamos, pues, files administradores! Dejemos que la bella mariposa de Cursillos vuele libremente dejando semillas de evangelio y de amistad en las flores del jardín de la vida. Permitamos que sea lo que Dios quiso: la proclamación alegre de la mejor noticia posible, que Dios nos ama y nos ha reconciliado en Cristo. Permitamos que cumpla su misión usando el mismo medio que Dios usó: la amistad. Para que más y más personas lleguen a aceptarse tal y como son, y descubran que pueden ser mejor, y busquen, en compañía de otros, encontrar su lugar en el Plan de Dios.

Entonces, nuestro mundo quizás comience a asemejarse al paraíso perdido y florecerá cada día más con los colores de la gracia y del amor de Dios mientras que esperamos la venida gloriosa de su Reino.

Extracto del Boletín Nacional. Centro Nacional de Cursillo®