Archivo del Autor: Carlos Muñoz

LA FORMA PRÁCTICA DE PLANEAR

Introducción.
EN EL MOVIMIENTO DE CURSILLOS
Bernardo Cantú Flores, México
Hace tiempo escribí un tema que se llamó “Planeación: una herramienta útil para el MCC”.
Algunos Dirigentes que lo leyeron me comentaron que al tema le había faltado hacerlo más práctico y si es posible con algunas experiencias.
El problema que se presenta al hacerlo así, les comentaba, es que el Movimiento de Cursillos está para sugerir líneas y conceptos generales para que ellos (los Dirigentes o miembros del Secretariado) se formaran su criterio y en especial que discernieran y sacaran sus conclusiones.
Mis argumentos no fueron muy bien aceptados y finalmente me comprometí a hacer más extenso y práctico este tema de planeación, con riesgo de críticas hasta cierto punto fundadas, por andar manipulando, de alguna manera, la planeación en el MCC.
Con esta aclaración dispongámonos a clarificar y detallar hasta donde sea posible las etapas prácticas de la planeación.
En el primer tema “Planeación: una herramienta…” definimos lo que era planeación estratégica, el objetivo y los cuatro pasos de la planeación, por lo que obviando estos conceptos, nos vamos directamente a especificar y explicar las etapas de planeación más ampliamente.
Otra aclaración, este servidor no es un experto en el tema, pero para lo que se va a exponer no se requiere serlo. Esto requiere un poco de lectura sobre el tema, un poco de sentido común y un poco de experiencia en el servicio dentro del M.C.C.
Y por último, estas etapas de planeación te pueden ayudar en tu vida diaria, ya que puedes aplicarlas en tu trabajo, en tu familia y en cualquier actividad en que estés involucrado. Si así fuera, el más satisfecho y honrado, sería este servidor tuyo.

ETAPAS DE LA PLANEACIÓN

  1. PENSAR.
  2. REUNIRSE Y COMPARTIR.
  3. PREPARAR UN PLAN DEFINITIVO. 4. ORGANIZAR EQUIPOS.
  4. PROGRAMAR.
  5. SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN.

ETAPA 1.-
PENSAR
Momento de reflexión, de oración.
Analizar los objetivos.
Situación del Secretariado actual.
Selección de Equipo de trabajo.
En Cursillos enseñamos que siempre que vayamos a hacer una actividad, iniciar el día, etc., lo primero que hay que hacer es ponernos en las manos del Señor. Para este caso es imperativo y primordial la oración, el momento de intimidad con Dios, el hablarle de nuestro compromiso, pedirle luces, invocar al espíritu de amor para que derrame sus dones, que nos aliente, nos fortifique y mueva nuestra voluntad; nos active, nos haga creativos, humildes, en fin, tantas cosas que pedirle y agradecerle. Esto nos dará una motivación especial para el feliz éxito de nuestra encomienda.
Un elemento de análisis es el objetivo que perseguimos. Debe ser claro y específico. En este caso de un Secretariado, Escuela o área de trabajo son muy claros. Lo pueden leer en las Normas o Estatutos Nacionales o en sus propias Normas, si es que las tienen, y si no, aquí mencionamos algunos que pueden servir de base para determinar sus propios objetivos.

OBJETIVO DE UN SECRETARIADO.

  1. Coordinar, impulsar y servir al MCC en la Diócesis (o en la Escuela, o en el centro o en un área determinada, según sea el caso).
  2. Ser custodios de la identidad del Movimiento.
  3. Promoción, desarrollo y orientación del MCC.
    (Ver Ideas Fundamentales No. 574 al 579).
    De estos objetivos generales pueden nacer algunos objetivos particulares.
    Dentro de esta etapa consideramos la situación en que se encuentra el Secretariado, Escuela, etc., en cuanto a recursos humanos, materiales y espirituales (esto nos servirá para sentar las bases de lo que tenemos y lo que queremos).
    Si suponemos que es un Secretariado, Centro, etc., que va a iniciar sus actividades, el responsable deberá seleccionar su equipo de trabajo.
    Aquí se debe tomar en cuenta a aquellos elementos que estaban en los anteriores Secretariados y que hicieron una labor positiva para tratar de dejarlos en su puesto o en otro que sea idóneo.
    Sería idóneo poner en los puestos a gente culta o de regular posición económica, pero la experiencia nos señala que éstas personas siempre están muy ocupadas y desatienden sus obligaciones apostólicas. Siempre es más conveniente tener gente que aporte tiempo, que quiera al Movimiento y que tenga voluntad para trabajar (le eche ganas) en lugar de llamar a los mencionados arriba.

ETAPA 2.-
REUNIRSE Y COMPARTIR
Discusión de ideas, compartir experiencias (lluvia de ideas).
Se esbozan uno o varios planes preliminares.
En esta etapa el responsable reunirá a su equipo compartiendo ideas y experiencias sobre el plan a seguir, esto como una lluvia de ideas que se van depurando hasta llegar a uno o varios planes preliminares.

ETAPA 3.-
PREPARAR PLAN DEFINITIVO
Su duración.
Razonablemente realizable.
Que señale prioridades.
Que se fijen responsables.
Es ya el momento de concluir el plan definitivo, cuál será su duración, etc., tomando en cuenta que sea razonable y sobre todo realizable. Es preferible iniciar con un plan no tan ambicioso porque muchas veces se vuelve difícil y si no se llega a feliz término, el equipo puede desilusionarse. Señalar prioridades y fijar responsables.

ETAPA 4.-
ORGANIZAR EQUIPOS
De acuerdo al plan general, cada área o sección seleccionará su equipo de trabajo.
Se les adiestrará en el trabajo a realizar.
El plan general nos indicaría los equipos que tenemos que
formar (Escuela, Precursillo, Tesorería, etc.).
Aquí hay que tener cuidado de no estarse peleando a los Dirigentes para que integren determinada área. Hay que invitarlos y que ellos seleccionen libremente dónde quieren trabajar. Eso sí, el responsable deberá adiestrarlos en el trabajo a realizar. Se da el caso de Dirigentes que están en Precursillo o Poscursillo y no saben en qué consiste su área.

ETAPA 5.-
PROGRAMAR
Un plan puede contener varios proyectos.
Un proyecto puede contener varios programas.
Un programa puede contener varias líneas de acción.
 Cada área o sección tendrá sus proyectos, programas y líneas de acción considerando:

  • Los recursos humanos.
  • Los recursos materiales.
    Dependiendo el caso los programas, proyectos y líneas de acción deberán contener:
  • Cómo se va a hacer.
  • Quién o quienes lo van a hacer.
  • Cuándo inicia y cuándo termina.
    En el mundo de la administración y planeación muchas veces se confunden las palabras plan, proyecto o programa. Algunas personas a los proyectos les llaman planes y viceversa y su lenguaje puede ser justificable.
    Nosotros vamos a definir de acuerdo a nuestro criterio estas palabras y en especial su alcance.
    El plan es todo el universo que se planea en forma general. Ejemplo: El plan general del Secretariado Diocesano.
    Dicho plan puede tener varios proyectos.
    Ejemplo: El plan general del Secretariado contiene un proyecto de tesorería, precursillo, poscursillo, etc.
    Cada proyecto puede contener varios programas de trabajo. Ejemplo: El proyecto de Tesorería contiene los siguientes programas:
  • Colectar fondos.
  • Estudio del costo de cada Cursillo.
  • Venta de libros.
  • Edición de libros, etc.
    Los programas pueden llevarnos a líneas de acción. Ejemplo: Para colectar fondos se puede:
  • Hacer eventos de varios tipos.
  • Rifas o sorteos.
  • Pedir cooperaciones, etc.
    Es prudente comentar que en algunos casos se pueden obviar los proyectos o programas e ir directamente a la acción. Esto depende del plan formulado y de la forma particular de planear.

ETAPA 6.-
SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN.
 En períodos cortos de tiempo el responsable de área informará sobre el avance de su proyecto o programa.
 En períodos más largos (un año) se evaluarán los resultados.
Nota: En caso de que surjan problemas en alguna etapa (casi siempre los hay) el programa o plan se tendrá que modificar.

La unidad y la comunión no se dan por decreto

Todos somos testigos de una fuerte disparidad de ideas entre los dirigentes que lideran el OMCC, con el P. Beraldo a la cabeza y los seguidores del pensamiento de los fundadores del MCC, con Eduardo Bonnín como figura sobresaliente.
A decir verdad, cuando yo me fui empapando de todo esto, el camino ya estaba bastante andado, pero algunos documentos me fueron sumamente esclarecedores y me impulsaron a tomar parte inclinándome hacia una de estas corrientes, debo rendir especial reconocimiento al P. Dufaín y al al P. Beraldo, porque sus escritos fueron los que me hicieron adentrar en la situación que vivía el movimiento a nivel Mundial y pude entender la insistencia de Eduardo Bonnín por temas que, desaprovechando imperdonablemente su presencia, tocaba reiteradamente cuando estuvo en Argentina y especialmente cuando pudimos compartir con él un almuerzo en casa, hace ya varios años.
Ahora bien, yo como tantos otros, me pregunto, ¿Por qué se intenta ignorar esta situación desde los organismos internacionales? ¿Es bueno que todos tengamos que leer entre líneas unas cartas (me refiero a las mensuales del OMCC) que siempre están contestando y aclarando ideas a alguien o abriendo el paraguas por algo, en lugar de tomar el rumbo de la sinceridad, sencillez, franqueza, y fraterna oposición de ideas, como las que se cruzaran tiempo atrás el Padre Cesáreo Gil Y Eduardo Bonnín, cuando no teníamos Internet ni cosa que se le parezca?
¿Por qué se ignora lo que todos sabemos? Resulta chocante que en las cartas y escritos del OMCC, uno no encuentra un solo renglón que enfoque este dilema con franqueza y sencillez, con transparente intención de mostrar ambas caras de la moneda y de tratar de alentar a trabajar a todos en pos de encontrar los puntos de coincidencia más relevantes y de señalar los conflictivos, los no resueltos y pedir que se creen grupos de reflexión, para que trabajen buscando líneas de esclarecimiento y por sobre todo y a mi entender, de sentir desde el corazón que este es el camino más viable hacia la tan mentada y querida “unidad”…
Cuando uno lee esos escritos, todo parece ya dirimido y solucionado, estamos todos ante “La Verdad”, que es por supuesto: “nuestra verdad”, la de los que estamos de este lado… y que por ser tan verdadera, no merece ser asaltada por la temida embestida de quienes se atreven a ver “Otra Verdad” … Repito, ni un solo renglón que apunte con sencillez a decir, esto nos pasa y no estamos en coincidencia unos y otros…. o, estamos viendo como acercar posiciones sobre algo que vemos de forma muy distinta unos y otros, aunque amamos todos a Cristo y al Movimiento.
Pero sin embargo, uno encuentra si, renglones y renglones, que pretenden empujar a todos a que aceptemos, como clarísima e incuestionable una de las dos corrientes de pensamiento (la del OMCC) y que aceptemos que así se logrará la deseada y soñada: “unidad” y “comunión” en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad….
Resulta evidente que para el P. Beraldo y los demás integrantes del Comité Ejecutivo, la comunión y la unidad son muy fáciles de lograr, basta con que todos aceptemos, lo que se propone con insistencia que sea aceptado por todos…??? ¿Se dan cuenta que sencillo es? Se dan cuenta como esos escritos mensuales empujan y se esfuerzan, para que todos nos decidamos a atravesar la puerta de un único mensaje: “Consolidar al Estatuto recientemente aprobado, revalorizar a Ideas Fundamentales y escuchar a los encuentros Mundiales, que son los que nos van a decir a todos, con autoridad y en verdad, que es cursillos y que no”. Y toda intromisión, pensamiento no alineado, deseo de acercarse a la posición sustentada por otros (que es una sola, no son dos, ni tres… solo la otra línea de pensamiento, apegada a lo fundacional) es un movimiento en pos de la ruptura, la división, la discordia, la confusión… hasta el punto de corre el riesgo de convertirnos, si a esos pensamientos nos sumáramos, en “piedra de escándalo” ….. (ver carta mensual de Abril del OMCC:.. “Sobretodo porque, ahora, el OMCC ya tiene su Estatuto aprobado por la Santa Sede y, por lo tanto, todas las conclusiones que sean aprobadas por un encuentro Mundial, se harán obligatorias para todos los Grupos Internacionales, Secretariados Nacionales y Diocesanos, bajo la pena de ruptura de la comunión. Y todos estamos muy concientes de que, al acontecer tal ruptura, el MCC acabará por convertirse en escándalo para el Pueblo de Dios y en un pésimo testimonio para el mundo…-”
Si esto no es así y solo es una ilusión óptica de este hermano cursillista, de este recóndito rinconcito del Cono Sur, ¿Por qué tanto esfuerzo por hacer entender a todos que hay que alinearse tras los Estatutos recientemente aprobados por el Pontificio Consejo Para Laico? ¿Por qué tanto esfuerzo por hablar de unidad, sin mencionar nada, pero nada, sobre los puntos en discusión que alejan ese ideal de unidad? ¿Por qué no figura en la Página Web del GLCC, en la lista de pensadores del MCC, los escritos de Eduardo Bonnín, Forteza, Valls, Punyed o Cascone entre otros? ¿No es más ético, corrijo, no vale lo de ético, no es más evangélico, incluir en la búsqueda de la verdad a mis hermanos pensadores, aun cuando me sacudan un poco sus pensamientos, frecuentemente contrarios a los míos? ¿Es evangélico, iniciar cada carta con una cita evangélica, para tras cartón quitado lanzarnos a embanderar nuestras ideas ignorando las del prójimo… de que sirve citar el Evangelio, si lo que escribo a continuación ya sea por la forma o por el contenido, no agrada al Espíritu que lo ilumina? ¿Rompe la unidad mi hermano si no piensa igual que yo o igual a los que han ganado la última votación…. no sabe nada de comunión, quien no comulga con mis ideas? Que me perdonen los que viven sintiéndose molestos, porque nos molestan estas cosas, pero es en verdad lo que sentimos cuando tenemos en nuestras manos esos escritos.
¿Por qué se ha hablado tan poco y escrito menos y lo poco que se ha escrito ha sido carente de toda calidez, sobre el encuentro que han tenido en Mallorca las autoridades del OMCC con Eduardo Bonnín, el único sobreviviente de los iniciadores y fundadores de los Cursillos de Cristiandad? ¿Habrá sido tan ríspido el encuentro que lo más positivo haya sido acordar un pacto de silencio? Estas preguntas nos las hacemos, los simples cursillistas que nos interesamos por lo que pasa con nuestro Movimiento, un poco más allá de nuestra Diócesis y nos duelen y nos preocupan.
Otras preguntas que nos solemos hacer pasan por el: ¿Qué lugar ocupan la reunión de Grupo y la Ultreya en el pensamiento de los hermanos que conducen el OMCC?¿Es verdad que le restan valor a la Reunión de Grupo y piensan que sirve sólo como una tertulia entre amigos que terminan tomando un cafecito y nada más, o no es así y piensan que tiene un incuestionable valor como herramienta del poscursillo ¿Se pretende impulsar, desde el OMCC, la creación de otras estructuras fuera de las tradicionales Escuela y Secretariado?¿Tienen los laicos un papel preponderante en la conducción del Comité Ejecutivo o es un mero acompañamiento a una conducción fuertemente clerical? ¿Que opinan de los cursillos mixtos… y de los de solo dos días? ¿Piensan ustedes que los cursillos han sido pensados para la conversión de la persona o del mundo? ¿Deben los cursillistas contentarse con vivir su Fe, apuntalándola en la Piedad, el Estudio y la Acción o deberían sumarse siempre a un concreto Plan Pastoral?
Son muchas las cosa que nos gustarían que nos aclararan, por sobre la puntualización de unos Estatutos, que han sido paridos en plena discordancia entre “pensadores” y que gracias a Dios vemos que lo han sido “ad experimentum” por algunos años.
Cuando desde un órgano de “servicio y coordinación”, una idea intenta ser impuesta a todos y cuando para ello se recurre al archigastado método de despreciar, descalificar, desautorizar o incluso ignorar (observen que va en negritas) toda otra idea que se oponga a la misma, estamos hablando de manipulación de ideas. Sí, aunque no nos guste escuchar que se diga eso, aunque prefiramos ponerle el disfraz de: oportuno intento de esclarecimiento, esfuerzo por servir desde esta estructura a la unidad, apasionado interés por evitar la dispersión, cumplimiento del deber en aras de preservar la Esencia, la Mentalidad y la Finalidad….
¡Que fácil es pedir que seamos todos uno, tras nuestras ideas!… Que fácil es descalificar y señalar como disgregador y falto del sentido evangélico de comunión, al que no piensa en línea con mis pensamientos… al otro, al que considero opositor….
Con tristeza vemos plasmado este método en personas que deberían ser fuente de armonía y de unión. Fuente de búsqueda de comunión, de tolerancia y de apertura al diálogo. La unidad y la comunión no se dan por decreto, ¿No lo sabían?
La vida y en especial la vida conyugal, nos enseña lo que significan las palabras unidad y comunión y también la palabra reconciliación, sin necesidad de muchas explicaciones.
Esta última palabra, reconciliación, merece incluirse en este cúmulo de argumentos, por que no es ajena al problema, yo la veo más como precediendo a las palabras “unidad y comunión”, que quedan como descolgadas si no hay reconciliación.
Me refiero a la vida conyugal porque se presta al dedillo como ejemplo. Con Susana llevamos más de 30 años de casados, nos queremos y somos concientes de que hemos dado siempre, a nuestras hijas, familiares y amigos un buen testimonio de amor conyugal. Pero más de una vez Susana y yo… hemos tenido lo nuestro, hemos discutido y aunque en muy contadas ocasiones, recuerdo habernos ido a dormir sin hablarnos, enojados y sin reconciliarnos, sinceramente no recuerdo los motivos de la pelea, debe ser porque nunca hubo algo de mucho peso, pero seguro que ambos estábamos dolidos, nos sentíamos ofendidos, lastimados… por el otro. Y cuando el que ofende es un ser querido, cercano, la herida es más grande y duele más.
Yo no me imagino, pasada la noche, cuando después de la pelea comienzan las primeras ideas de reconciliación, un intento por parte de alguno de los dos que se expresara en esta línea. –“ Mirá Susana, te recuerdo que vos y yo estamos casados por Iglesia y que nos une un sacramento y no cualquier cosa… Que ambos recibimos ese sacramento con plena libertad y estando en sano juicio y que el matrimonio te obliga, por haberlo prometido ante el altar, a amarme y respetarme hasta que la muerte nos separe. Quizá se te haya olvidado y te remito a “Familiaris Consorte”, que el matrimonio es indisoluble, que este tipo de disputa no se condice con lo prometido y debilita el vínculo conyugal, que todo acto que hiciere peligrar la unidad en el matrimonio, se transformaría para nuestras hijas en piedra de escándalo y estaríamos dando un pésimo ejemplo para con ellas y para con la comunidad de cursillos que nos cuenta entre sus dirigentes y miembros de la escuela… y te recuerdo que de continuar en esta línea te estarás oponiendo a lo que la Santa Iglesia Católica obliga y te estarás autoexcluyendo de tu condición de esposa cristiana…”
¿Ven ustedes alguna posibilidad de reconciliación acumulando argumentos como estos, por más acertados que sean? Y comparando el ejemplo con la realidad que enfrentamos en el Movimiento de Cursillos, ¿Ven ustedes alguna razonable intención conciliatoria en la carta de Agosto del OMCC? Los remito a ella y no se las transcribo, por que siento vergüenza ajena… Sinceramente, creo que si un grupo de personas quisieran intencionalmente provocar una ruptura y división en el Movimiento de Cursillo a nivel mundial, no lo podría hacer mejor que nuestros hermanos empeñados tan enfáticamente por forzar una unidad… ¿Nadie ve esto en el Comité Ejecutivo del OMCC? ¡La unidad y la comunión no se dan por decreto!
La unidad y la comunión suelen ser fruto del mancomunado esfuerzo por amasar con humildad, amor, tolerancia, respeto, delicadeza y mucho evangelio, eso que quiere darse para el bien de la Iglesia, aprovechando al máximo las posibilidades que el carisma de nuestro Movimiento le ofrece. Pero fuera de ese contexto…¡hummmm!, verde que te veo verde…
En reiteradas oportunidades las cartas mensuales del OMCC, intentan inyectar la idea, errónea para muchos, de que el grupo que lidera el OMCC y que todos conocemos enfrenta las ideas fundacionales del MCC, es el portador de la verdad, de la única verdad y que toda otra verdad que se oponga a “esa verdad”, es fuente de ruptura, de escándalo eclesial y de inaceptable desobediencia. Esa forma, ese trato poco evangélico, es el que me impulsó a buscar y adentrarme en las raíces del Movimiento, en los escritos de Forteza, en las reuniones de Calas Figueras y en los pensamientos de Eduardo Bonnín. Todo lo cual me ha hecho gustar de las ideas fundacionales a las que tan olvidadas y en parte ignoradas, tenía.
Cómo laico, no puedo menos que sentirme escandalizado por este retroceso que, sin darse cuenta y por torpeza, descontando sinceramente toda posibilidad de mala intención, impulsa el OMCC, en el cual se destaca como nunca, en lugar del servicio humilde y la apertura al diálogo, el gusto por el fuerte manejo del timón, que se mueve y trabaja permanentemente, eludiendo todo pensamiento, idea, argumento, bibliografía, etc. que muestre un lado de la verdad, que se oponga a la que el OMCC embandera como “única y obligada verdad” y no logro entender los esfuerzos “autoritarios” que se ejercen desde el mismo, para alinear a los cursillistas del mundo entero, cual ovejas sin pastor, tras el camino que el Organismo considera correcto, silenciando todo otro pensamiento, incluso proveniente de una de las mentes más preclaras, sino la más preclara, que ha tenido el MCC, como lo es la de su fundador Eduardo Bonnín. Que desde hace tiempo viene señalando los desvíos a los que se arriesga someter el MCC y el sesgo clericalista que se pretende imponer al mismo desde sus estructuras Internacionales.
Hermanos del Comité Ejecutivo del OMCC, cuando uno camina por el camino correcto, no se lo tiene que pasar dando explicaciones del por qué de cada paso que se da.
Un ejemplo de la vida cotidiana nos puede mostrar que hay más evangelio en los valores que lo mundano ha ido instalando en la sociedad, que el que ponemos “los conversos”, los hijos de la luz, en los asuntos de Dios. Soy médico anestesiólogo y en los innumerables congresos, meetings…, reuniones y eventos científicos a los que he asistido, nunca he visto a un expositor presentar una técnica anestesiológica, ni a un nuevo fármaco, ocultando ex profeso las opiniones que contradicen las bondades de ese fármaco o de esa técnica. Eso en medicina es inaceptable, es inmoral, es poco ético, es ocultar información y por lo tanto es inaceptable, violatorio de todo rigor científico y se considera “manipulación intencional de la verdad”, un hecho desdeñable y objeto de descalificación para la comunidad científica.
Hoy vemos con ojos atónitos como desde el OMCC, se ofrece una vertiente del pensamiento esencial de los Cursillos de Cristiandad, con un absoluto ocultamiento de la otra vertiente, con un absoluto oscurecimiento de la misma y un descabellado intento de “llamar a la unidad”, enfilando a los hombres y mujeres cursillistas del mundo, tras “la verdad que yo deseo sea aceptada por todos como la única y real verdad”.
Si las palabras poco ético o inmoral, en el terreno científico, le suenan al hermano lector como muy duras, ni que pensar de esta que nos cala más hondo en el terreno eclesial y que les pongo “en negritas”: “poco evangélico”. Porque no hay en lo evangélico nada que lleve al hombre a aceptar por imposición lo que debe acoger por conocimiento o por fe.
No hay piedra de escándalo en los que disienten sobre el pensamiento de otros con nobleza de corazón y por convencimiento, lo hay cuando se intenta violentar la libertad de los hijos de Dios a pensar, discernir, discutir y buscar la verdad intentando: imponer, dominar y obligar a aceptar una verdad que todos sabemos y entendemos, está en el tapete y debe ser tratada por eso con una delicadeza, prudencia y respeto que deje ver, en las formas y el modo, la bondad y consideración de los hijos de la luz… Porque si así se mueven los hijos de la luz, que podemos esperar de los de la oscuridad…???
El joven rico, era un fiel cumplidor de reglas, normas, estatutos, mandamientos, leyes… etc, etc….pero ni su nombre quedó registrado en el Evangelio, San Francisco vendía los bienes de su padre y se los entregaba a los pobres… pero por amor a Dios y a los pobres y no por amor a las faltas. Y no nos quepa ninguna duda, Francisco conoció a Jesús y sirvió a Jesús mucho mejor que el joven rico…
A propósito de las cartas que puntualizan el deber que tenemos todos de aceptar lo que produce el OMCC que ha sido elegido por legítima elección y mayoría de votos, me viene el recuerdo de una escena evangélica: la tarde en que Pilatos pidió al pueblo que “votara” sobre quién debía dejar en libertad para crucificar al restante, el pueblo elegido, el pueblo judío, logró que Barrabás ganara por amplia mayoría… Pero a Dios le debe haber importado un bledo ese recuento de votos, seguro, pero seguro, que hubo un grupo pequeño que no adhirió, porque estaba del lado de Jesús o porque estaba lo suficiente confundido sobre que decidir como para no comprometer la vida del acusado.
Les he escrito esto con un lenguaje muy sencillo, porque no tengo otro y con un inocultable apasionamiento, porque así soy yo y porque así me entregaron “el mensaje” mis hermanos hace ya 25 años cuando viví esa experiencia inigualable de un cursillo y tanto, tanto se los agradezco.
Les pido por favor a los que he molestado con estos argumentos que no consideren a nadie alineado con los mismos, a lo sumo un puñado de amigos que se que son de este parecer, entre los que debo incluir por especial encargo, a mis hermanos del Secretariado de la Arquidiócesis de Resistencia y mucho menos a mis hermanos de la Mesa Nacional de Argentina, a los que aprecio y no deseo molestar, pero que me han hecho sentir tan orgulloso de ellos, cuando leí el manifiesto que hicieron conocer al mundo entero en el comienzo de este año.
Y además, después de todo, hay que tener en cuenta que uno escribe con mucha libertad y un poco de ligereza cuando sabe que nada de lo que dice tiene valor canónico (ver carta mensual del OMCC de Octubre del 2004 y más recientemente Agosto 2005).
Que mi corazón y el de mis hermanos que no comparten este parecer, aprendan juntos a latir sin endurecerse y que el Espíritu de Dios los vaya trabajando cada día para hacerlos permeables a las ideas de los demás, sin perder convicción, ni intentar someter ni dominar a nadie, para beneficio del Movimiento que tanto queremos y para merecer ser considerados por Cristo Jesús, como obreros de su mies.
Y que el lema del próximo Encuentro Mundial,”Que todos sean uno…para que el mundo crea”, no sea solo un lema, sino un humilde punto de inflexión y de arranque en pos de su consecución.
Horacio “Bocha” Rivero
Pres. Secret. MCC. Arquidiócesis de Resistencia Chaco Rep. Arg.

BREVE HISTORIA DEL MCC DE LA DIOCESIS DE LONDON

MOVIMIENTO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD

BREVE HISTORIA DEL MCC DE LA DIOCESIS DE LONDON

INTRODUCCION

Los hechos que han sucedido no son como ocurrieron, sino como se recuerdan. Hemos querido iniciar esta historia de un caminar, reflexionando sobre unos “Hechos de los Apóstoles” en los que han intervenido mujeres y hombres contemporáneos con nombres y apellidos. Gracias a San Lucas, compañero de jornadas de San Pablo, tenemos los referentes de los testigos de las primeras comunidades Cristianas, “Iglesias”. Personas que escribieron con sus vidas las páginas hermosas de las aventuras de los primeros seguidores de Jesucristo.

Como los primeros discípulos, hemos sido personas imperfectas y ordinarias quienes a la luz del Evangelio y con sentido común, hemos intentado a través del método de la amistad del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, abrir brechas para la expansión del Reino de Dios en esta tierra que nos ha acogido, haciendo amigos para hacernos amigos de Jesucristo.

PRIMEROS ANTECEDENTES

Recién llegado a la ciudad de London en la década de los noventa, Miguel Contreras quien había vivido su cursillo en El Salvador, encuentra en el centro de la ciudad a +Heriberto Rizzo y a +Joaquín Martínez. +Heriberto le presenta a +Joaquín y se establece un diálogo en el que coinciden que los tres son cursillistas. Inmediatamente Miguel le proporciona el teléfono de Guillermo Pineda a +Joaquin y un tiempo después inician sus reuniones de grupo en sus casas y según manifiesta Miguel, la primera la realizan enfrente a un restaurante McDonald’s.

En el año 1993 llega de visita el Padre +Eugenio Fenesh quien contacta a +Joaquín y le invita a la clausura del cursillo de Toronto y se hace acompañar de Guillermo Pineda, Maria Elena Pineda, Miguel Contreras, +Heriberto Rizzo y Héctor Moraga . Este cursillo fue rectorado por Antonio Punyed amigo personal de todos y se intercambian teléfonos con Helena Wulff su esposo +Eduardo y con Marta Carra y su esposo Basilio, para ver la posibilidad de iniciar cursillos en la Diócesis de London.

En esta foto aparecen Antonio Punyed, Guillermo Pineda, + Joaquin Martinez, Maria Elena Pineda, + Padre Fenesh, Miguel Contreras y tres amigos acompañantes del +Padre Fenesh.

Transcurren unos años y en 1999, Marta Carrá contacta al +Padre Francisco y acuerdan reunirse antes de la celebración de la misa en la Iglesia San Esteban para dar un aviso del Movimiento de Cursillos. Al concluir la misa y dar el aviso de que si había dentro de los feligreses algún cursillista, se acerca Dina Garcia y se saludan con el tradicional de colores. Ella le informa a Marta y Basilio que conoce a otros cursillistas pero que no se encuentran en misa.

Pasaron cerca de 2 años y en un segundo peregrinaje a la ciudad de London en mayo del 2001 de los amigos cursillistas de las Diócesis de Toronto, Montreal y miembros del CEN: Padre Pedro Molina, Padre Ricardo Fernández, Marta y Basilio Carrá, Carlos Regiardo e hijo, Carlos Muñoz, Jorge Cuerno e hijo y Misael Alfaro, se hace contacto en la iglesia San Esteban con Magali Mazariegos y José Soriano que habían vivido su cursillo en Guatemala y Toronto respectivamente. Se les invita a participar a la II Ultreya Nacional en Montreal en el mes de septiembre del 2001 y luego se almuerza pollo Kentucky en la casa de Jose Soriano.

A partir de entonces se inicia un intercambio de llamadas telefónicas y correos electrónicos entre Carlos Muñoz y los esposos Mazariegos. Freddy y Magali viajan a la ciudad de Montreal acompañados de John Jairo Lopez, su esposa Martha Quinteros y Mauricio Jimenez.

Son recibidos calurosamente en la casa de Toñita Gonzáles, y nuevos amigos de Montreal los llevan a conocer el Oratorio San José y la capilla de Notre Dame. Por la tarde asisten a la celebración del Acto Mariano y quedan impresionados de la apertura y detalles que tuvieron a cada momento para ellos patentizándoles una amistad sincera.

El día siguiente se celebra la Ultreya y son invitados Freddy y Magali a participar en la Asamblea del Grupo Hispano. En el momento de escoger la sede de la próxima ultreya Nacional, se propone a London y con el compromiso de la Diócesis de Toronto de apoyarlos, aceptan el reto de celebrarla en Septiembre 2002.

Se les entrega la Cruz y la reciben con una mezcla de emociones, pues estaban conscientes de la responsabilidad y el trabajo que implicaba.

Magali y Freddy reciben la Cruz de manos de Carlos Muñoz Presidente del CEN

Regresan a London y empiezan a aterrizar en la realidad. Hubo pocos momentos de incertidumbre y muchos más de confianza. En un momento de Gracia actual, reciben una llamada de un amigo cursillista que dice:”De Colores!!. Mi nombre es +Joaquin Martínez y creo que no nos conocemos. Marta Carrá me llamó para contarme que ustedes se han traído la Cruz y quiero que cuenten con todo mi apoyo”. Que momento más cerca del Señor!!!. Se reúnen en casa de la pareja Mazariegos e inician la planificación de la celebración de la ultreya. Deciden hacer los primeros contactos y se le solicita en primera instancia al +Padre Francisco y a la comunidad Hispana su apoyo. El Padre acepta acompañarlos en la primera ultreya la cual realizamos el domingo 28 de octubre del 2001 en el salón de la iglesia San Esteban. Asisten cursillistas de London que se han contactado y amigos de Toronto: los esposos Carra, Teresa y Froilan, Martin Zapata, Miriam Regiardo, Helena Wulff y Walter Escudero. El +Padre Francisco centra la Ultreya y nos reitera su apoyo.

Primera Ultreya en London. Reunión de grupo, +Joaquin Martinez, Martin Zapata y Juan Bautista Gutierrez.

En el mes de diciembre 2001 se realiza el cursillo No.9 en Toronto rectorado por Froilan Solis y son invitados +Joaquin Martinez y Freddy Mazariegos para servir como auxiliares. Llevan a seis amigos de London a vivir la experiencia del cursillo siendo ellos: Carlos Jimenez, Juan Bautista Gutierrez, Nicolas Aristizabal, Juan Mazo, Oscar Medina y Jorge Campos.

Ese mismo mes del 8 al 9, se realiza un rodaje contando con el apoyo del CEN y miembros de las comunidades de Toronto y Montreal con la dirección espiritual del padre de origen Español Pedro Molina.

Participantes del Rodaje – Diciembre 2001 realizado en la escuela de Lucan.

Al final del rodaje se elige el primer Secretariado el cual queda conformado por los amigos Juan Mazo (Tesorero), Carlos Jimenez (Secretario), +Joaquín Martinez (Poscursillo), Magali Mazariegos (Precursillo), Jose Soriano (Escuela) y Freddy Mazariegos (Coordinador). Se acuerda que este funcionara como Secretariado en Formación por el hecho de que aun no había sido reconocido por el Obispo Ronald Peter Fabbro.

La primera reunión de grupo se lleva a cabo de pie en los pasillos de la biblioteca ubicada enfrente de la Iglesia San Esteban, Miguel Contreras, Nicolas Aristizabal, Jose Soriano, Juan Mazo, Carlos Jimenez, Jorge Campos, Juan Bautista Gutierrez y Freddy Mazariegos.

Con mucha alegría se organiza el primer convivio navideño en el salón de la iglesia San Esteban, al cual asisten los nuevos cursillistas y algunos candidatos con sus familias y se sirve pollo, arroz y ensalada. Asimismo, se reparten regalos a los niños participantes y con la animación de Ricardo López y familia se disfruta en amistad y de colores.

Festejo de la primera fiesta Navideña realizada en la Iglesia San Esteban – Dic. 2001

En el mes de Febrero 2002, conducidos por Basilio Carrá se lleva a un grupo de amigos a vivir el cursillo #47 del 7 al 10 a la ciudad de Montreal siendo ellos: Romulo Losada, Julio Colmenares, Mauricio Clavijo y +Tony Linares.

A pesar de las inclemencias del tiempo nuevamente en el mes de marzo Basilio Carra lleva a 5 amigas a vivir su cursillo # 48 del 7 al 10 a la ciudad de Montreal: Doris Alfaro, Zelina Zuleta, Ines Aristizabal, Argelia Linares y Berta Aristizabal asistiendo como auxiliar Magali Mazariegos. Este cursillo lo vive también Flor Martínez quien residía en Ottawa.

En el mes de enero 2002 se inician las reuniones de la planificación de la III Ultreya nacional la cual se realiza, gracias a Dios y a un gran trabajo comunitario, en la Iglesia St. Justin el 31 de agosto y 1 de septiembre del 2002 bajo el lema “Piedad, Estudio y Acción: Un Modo Divino de Vida”. El ganador del lema es Oscar Medina y el logo ganador es elaborado por Joaquin Martinez hijo, quien plasma las ideas del grupo integrado por su papá +Joaquin, Miguel Contreras, +Tony Linares y Guillermo Pineda.

Participan en este evento con sus vivencias cursillistas de Toronto, Ottawa, Sherbrooke, Montreal y Windsor. El rollo místico es dado por el Padre Juan Carlos Cárdenas Toro de Colombia y el rollo seglar por parte de Marvin Sandoval de la Diócesis de Sherbrooke.

Comunidad de London participantes en la III Ultreya Nacional

Siempre contando con la Gracia de Dios y aunando esfuerzos Toronto, Montreal y nuestra pequeña comunidad de London se lanzan a la aventura de programar los cursillos No.1. Con el acompañamiento del Padre Pedro Molina, se realizan el de hombres del 5 al 8 de diciembre 2002 y el de damas del 12 al 15 de diciembre.

Cursillos No.1 de hombres y damas – Diócesis de London

Cursillo No. 1 de hombres Del 5 al 8 de diciembre, 2002

Director Espiritual: Padre Pedro Molina
Rector: Julio Morales
Vice-Rector: Armando Osorio
Rollistas: Ricardo López – +Joaquín Martínez – Freddy Mazariegos Auxiliares: Basilio Carrá – Carlos Malvestutto

Decuria San Pedro: José Pineda – Carlos Vera – Juan Pablo Cruz – César Trillos
Decuria San Pablo: German Jaramillo – Victor Castrillón – Rolando Rodríguez – Rubén Márquez Decuria de Santiago: Alvaro Rojas – Marcos Rodríguez – Bernardo Acosta – Alfredo Gómez

Cursillo No. 1 de mujeres Del 12 al 15 de diciembre, 2002

Director Espiritual: Padre Pedro Molina
Rectora: Marta Carrá
Vice Rectora: Norma Ramírez
Rollistas: Helena Wulff – Magali Mazariegos – Miriam Riggiardo – Gladys Solorzano Auxiliares: Magola Pabón – Vicky Chávez

Decuria Santa Teresa: Claudia Pagluiso- Celia Cuevas – Claudia Rosso – Sandra Cano – Olga Morales – Yessenia Cortéz – Helena Jiménez

Decuria Santa Ana: Laura Restrepo – María Navarro – Susana Alvarez – Gloria Rojas – Lorena Ruíz – Marina Pineda – Martha Galeano

Decuria Señora de Guadalupe: Ruth León – Graciela Collas – Marta Quinteros – Elizabeth Yanes – Rosa María Afanador – Diana Sosa – Johanna HerreraDecuria Santa Juana de Arco: Gonzalina Cortéz – Consuelo Porras – Mireya Aguilar – Alejandra Mazariegos – Stella Zapata – Martha Betancourt

Reunión del equipo de dirigentes interno y externo – London, noviembre 2002

Previo a la celebración de estos cursillos, el Secretariado en Formación acuerda tener una reunión con el Señor Obispo Ronald Peter Fabbro para solicitarle el reconocimiento Diocesano del Movimiento, la cual se realiza en el mes de octubre 2002 recibiendo la notificación oficial con fecha 11 de noviembre 2002.

Celebramos el reconocimiento oficial con una cena, y en un ambiente de fraternidad la comunidad cursillista Hispana cantó al final de la celebración nuestro himno de cursillos.

De Colores
Amigos de London

Testimonio 01: El hombre de la década del 1940, que dio pié al nacimiento de los Cursillos

Eduardo Bonnín
El hombre de cualquier época, cuando ha tratado de profundizar en sí mismo, en su vivir, ha ido encontrándose yendo hacia sus aspiraciones y/o huyendo de sus miedos. Tanto las aspiraciones como los miedos, cambian en el transcurso del tiempo, pero la inquietud sigue en todo momento en el hombre, discurriendo por dichas vertientes.
Cuando en el mar de la Historia, la bravura del oleaje de unos acontecimientos relevantes sacude con fuerza a la humanidad, y, arreciando duro, la lanza a situaciones extremas, se le hace más acuciante al hombre el deseo de encontrar algo que pueda dar sentido a todas las inquietudes que le produce el vivir.
A los que éramos jóvenes en los albores de la década de los años 40 al 50, nos tocó de lleno vivir en carne viva esta experiencia: la Guerra Civil habida en España acababa de terminar, la II Guerra Mundial empezaba entonces, así como también la invasión de algunas naciones más o menos libres.
Si bien por una parte las heridas, las secuelas y los recuerdos de tanta tristeza, eran poco propicios al optimismo y hasta a la esperanza, vistos y observados con óptica y perspectiva cristianas, podían ser, y así fueron, acicate y espuela para conducirnos, alentarnos y mantenemos en una seria reflexión de la imperiosa necesidad que todo hombre tiene de anclarse en algo que, además de ser permanente y estable, sea también ágil y posible, además de absolutamente verdadero.
Y concluimos que tan sólo el Evangelio, la Buena Noticia por excelencia, la Palabra de Dios, vivida con convicción y, por eso, contagiada, puede ser para el hombre, motivo, norte, guía y dinamo.
Estas realidades contrastadas con las dificultades de entonces, tomaban una incuestionable claridad que nos las hacía enormemente atractivas.
Pero había que encontrar el camino para llegar al hombre, y, evidentemente, el lograrlo no podía ser el fruto de unos impulsos inquietos más o menos bien intencionados. Se imponía algo más serio, más profundo, más pensado y rezado, para poder ir comunicando a los más posibles, el gozo de la Fe, de manera ordenada y sistemática, para que, sin que perdiera por ello nada de su esencia, pudiera llegar al hombre corriente, normal, de a pie, de un modo simple, concreto y posible, si bien advirtiéndole, al mismo tiempo, para hacerle caer en la cuenta, que simple no quería ni quiere decir fácil, ni concreto inmediato, ni posible sin esfuerzo.
La convergencia inteligente y cuidada de estos tres elementos: lo simple, lo concreto y lo posible, constituyen desde entonces lo más novedoso del Movimiento de Cursillos. Supuesta la gracia de Dios, esto es la punta que tienen, para penetrar en cualquier ambiente.
El mensaje del Cursillo, en síntesis, es tan sólo la proclamación de unas evidencias olvidadas. Se trata de la mejor noticia: que Dios nos ama, comunicada por el mejor medio, que es la amistad, dirigida a lo que más vale de cada uno, que es ser persona, o sea, ser capacidad personal de convicción, de decisión y de constancia. Desde sus inicios, siempre, y donde hay fidelidad a esa corriente de fondo, los Cursillos producen fruto y fruto abundante.
Por haber estado metido en la santa aventura de los Cursillos desde su iniciación muchas veces, a la vista de sus copiosos frutos, nos han venido preguntando, si suponíamos al comienzo que el Movimiento llegaría a extenderse tanto, y siempre hemos contestado, que lo que sí sabíamos y, sobre todo, creíamos, y gracias a Dios creemos todavía, es en la potencia inaudita del Evangelio.
Si bien es por lo demás curioso que en la clausura del 1er. Cursillo «oficial» –en enero del 49– alguien dijo: «No nos hemos de parar hasta dar un Cursillo en la luna».
A veces uno no puede dejar de preguntarse, recordando al poeta Gabriel y Galán, si «¿somos los hombres de hoy, aquellos JÓVENES de ayer?»
Claro que como siempre sucede, no somos perfectos, y hoy, como entonces, hay quien no sigue, o no sigue con el entusiasmo de la primera hora; pero yo me atrevo a decir que, por la gracia de Dios, permanece el mismo espíritu, y hasta si cabe, más humanizado y más profundo, impulsado aquí y ahora –así es la vida– por una juventud formidable, muy difícil de manipular, que al pan le llama pan y al vino le llama vino.
Yo no puedo creer, porque los hechos me demuestran lo contrario, en aquel refrán que dice que «cualquier tiempo pasado fue mejor», sino más bien que el pasado es siempre mejorable.
Todo lo vivo crece y se renueva, y el Movimiento de Cursillos ha venido creciendo y renovándose desde sus inicios y sin duda ha de seguir creciendo y renovándose todavía mucho más, pero ha de crecer y renovarse unido a sus raíces, y siempre por el tallo de una fidelidad creativa y armónica. Algo parecido a como se va alargando una antena telescópica, gracias al ajuste y preciso ensamblamiento de sus piezas.
Pero lo lastimoso es que, cuando con la mejor voluntad, el Movimiento es distorsionado, sirve a finalidades secundarias, dejando marginada la principal.
La proliferación anárquica de la buena semilla, produce conflictos más raros y complicados que la cizaña. Cuando la generosidad que genera, por la gracia de Dios, el Cursillo, sale de su cauce, suelen crearse problemas y situaciones que hasta pueden dar lugar a desacreditarlo.
Normalmente, sin duda, podría lograrse algo mejor, tratando de dar a la generosidad, de quienes han vivido un Cursillo, una dirección más de acuerdo con la mentalidad, que se desprende de los puntos que componen las líneas fundamentales que se perfilan en El Cómo y el porqué, y que, tal vez, sea oportuno recordar aquí y ahora, aunque de manera simplificada y esquemática:
Un concepto triunfal de lo cristiano, que en manera alguna significa triunfalista.
Lo cristiano en la persona como solución integral de los problemas humanos.
La visión dinámica de fermento vivo y operante.
El principio de insatisfacción.
Un profundo y exacto conocimiento del hombre. Conocimiento vivo, profundo, nacido de la convivencia íntima con la masa que el fermento evangélico debe vivificar.

Convencimiento de la insuficiencia o inadaptación de ciertos métodos. Vitalización de todo lo aprovechable. Búsqueda de nuevos y fecundos horizontes.
Comprobación de que los alejados reaccionan mejor que los de siempre, mientras se les presente la verdad de Cristo y de la Iglesia como son en sí.
La experiencia de Zaqueos y Samaritanas que se convierten en apóstoles dinámicos y eficaces.
No descuidar los problemas personales y las exigencias de cada uno.
Cristo y su gracia, aceptados como fuerza que influirán toda su vida.
Convicción de que la solución es simple y por simple universal, y que ha de intentar vivirse en el propio ambiente, aunque lanzada a distintos horizontes y a diferentes clases y culturas.
Pasando una rápida revista a estas ideas, que pueden ser pista de múltiples realizaciones en la realidad de cada uno y de cada ambiente, podemos fácilmente comprobar que a pesar de los esfuerzos realizados, como ya decíamos en el Manifiesto, editado en 1981, «Los Cursillos, en su íntegro ser, están por estrenar; y ello por la simple razón de que el Evangelio en la vida diaria, como la dinámica del Padre Nuestro y de las Bienaventuranzas, están también sin estrenarse».
Tal vez buena parte de esta dificultad, en lo que a Cursillos se refiere, se haya producido o acentuado, por no haber explicitado con más diafanidad la finalidad del Movimiento, y haber sido éste empleado alegre e inconscientemente para saciar el hambre de hacer cosas, en lugar de ir consiguiendo con él, provocar el hambre de Dios en las personas.
Unas veces se ha esperado demasiado del Movimiento, y otras veces demasiado poco. Por esto tal vez no esté demás tratar de trazar la trayectoria de lo que entendíamos y entendemos, es el nervio vivo de los Cursillos
El Cursillo de Cristiandad apunta, y, por la gracia de Dios, logra, que, quienes voluntariamente aportan, lo que en el momento de iniciarse el Cursillo se pide: su ilusión, su entrega y su espíritu de caridad, lleguen a tener en su inteligencia, un chasis luminoso de ideas, y en su corazón, el impulso necesario, para ir realizando en la vida estas mismas ideas. Además de ideas, podríamos decir que se trata de realidades, y de realidades fundamentales, básicas y esenciales, manifestadas de tal manera en las personas que las exponen, que, más que demostrarlas con argumentos, las muestran con la expresión de sus vidas.
Ello hace que con las muchas oraciones que se han hecho y se hacen a tal fin, por la gracia de Dios y la participación entusiasta de todos, durante los tres días que dura el Cursillo se llegue a crear una situación en que las circunstancias, las perspectivas y las posibilidades, son puestas, vistas y valoradas en un eje cristiano, donde por Cristo y en Cristo, viviente en todos por la gracia, se vuelven concretas, dinámicas y atractivas.
Todo esto, y sin duda por darse esto así, esto es, en forma precisa, dinámica y atractiva, llega a cada persona como una amorosa invitación que solicita su convicción, su decisión y su entrega. Entonces, una vez más, se experimenta la realidad evangélica de que «cuando dos o más se reúnen en su nombre, Cristo está en medio de ellos». Esta realidad vivida y convivida de manera plena, humana y oportuna, hace situar a cada quien, por lógica, por sentido común y por sentido práctico, ante el trilema: de ser así, de querer ser así, o de dolerse de no ser así.
El Cursillo quiere poner en circunstancia y ocasión de contagio a unas personas con otras, para que a través de una intercomunicación vital en el terreno de la amistad, pueda aprender amando, lo que tan sólo amando, se puede entender.
El que va al Cursillo, no es absorbido por el Movimiento, porque el Movimiento no es ninguna organización ni asociación de la que el cursillista tenga que formar parte. Por esto, más que programarle lo que pueda hacer en la Iglesia y por la Iglesia, se trata de pertrecharlo de un horizonte de sentido, de un marco de orientación y de un objetivo real, personal y humano, para que pueda sentirse Iglesia en su mundo. Este horizonte, este marco y este objetivo, que, poniendo su ilusión, su entrega y su espíritu de caridad, normalmente suele hallar en los tres días que dura el Cursillo, se le va perfilando y afianzando con el tiempo y en la vida a través de las Reuniones de Grupo y con su asistencia semanal a lo que llamamos Ultreya: reunión de reuniones de grupo.
Las primeras, las Reuniones de Grupo: la vida como realidad compartida en amistad, le van templando y afinando su vida en su dimensión personal.
Y las segundas, la Ultreya: circunstancia que posibilita que lo mejor de cada uno, llegue a los más posibles, le abre camino en su vertiente comunitaria.
Todo esto, no está pensado de cara a su aceptación para afiliarle, sino más bien le es ofrecido como ayuda para que él pueda ir descubriendo su libertad en Cristo, en su circunstancia concreta y para que en todo momento pueda emplearla y realizarla, a partir del Cursillo, en su aquí, en su ahora y desde ya.
Uno de los aspectos que más pretende acentuar el Movimiento de Cursillos, una de las cosas que más le interesa destacar, es hacer caer en la cuenta, para poder sacar todo el inmenso fruto que de ello pueda derivarse, que el Evangelio, pocas veces se ha hecho realidad en la normalidad, sino que se diría que a lo largo de la historia, quienes pretendieron vivirlo, trataron siempre de crear una realidad fuera de la normalidad. El Cursillo lo que pretende es cristianizar la manera normal de vivir, distorsionando la vida lo menos posible, por eso el «recluir» tres días a la gente en un lugar aislado, no es para que lleguen a ver y a sentir las cosas como nosotros las vemos y las sentimos, sino para que aprendan a actuar en cristiano en sus vidas, después de haber vivido lo cristiano de manera intensa, verdadera, humana, atractiva, tratando de ir dando a las personas, a los hechos, a los acontecimientos y a las cosas el sentido que Dios, por medio de Cristo, vivido y contagiado, les está dando.
Ello hace que la gente que vive alejada de la fe, no pueda menos de sentirse interpelada por quienes tratan que Cristo sea el eje de su existir y la norma de su existencia. Desde la lejanía, la verdadera creencia de los demás, les hace caer en la cuenta que es imposible que todo no tenga un sentido; y, conforme van acercándose, van divisando la posibilidad de que todo tenga un sentido, hasta llegar a descubrir que ellos mismos, siendo de verdad sí mismos, puedan ir dando al mundo el sentido que Dios le está dando. El sentido es la órbita de cada persona y cada cosa cumpliendo su plena y genuina finalidad.
Los Cursillos de Cristiandad son un método para posibilitar el conocimiento, el convencimiento, la vivencia y la convivencia de lo que hemos venido llamando lo Fundamental Cristiano, la gozosa realidad que Cristo nos revela: que somos amados por Dios. Hecho que nos posibilita el que le amemos a EL, al prójimo y al mundo.
Son un método y una vida. Como método están al servicio de la verdad; como vida engendran un movimiento. Movimiento que, cuando no se desvía de su órbita vital, que arranca del impulso de su motivación: encuentro con Cristo y discurre por su orientación hacia su finalidad: amistad con Cristo, desencadena un proceso progresivo que va fermentando la persona, y por ella, el ambiente donde ella se halla inserta.
Cada una de sus piezas: Precursillo, Cursillo y Poscursillo, responde a la finalidad que se persigue:
• EL Precursillo, al facilitar la búsqueda –individual y colectiva– más activa y efectiva de lo Fundamental Cristiano.
• EL Cursillo, al proporcionar el encuentro pleno, actual y comunitario de cada persona con lo Fundamental Cristiano, y
• EL Poscursillo, al dar la vivencia perenne, eclesial y creciente de lo Fundamental Cristiano, durante toda la vida.
Para garantizar que cada una de las piezas mencionadas cumpla su función precisa, y que todas se hallen dispuestas y a punto en todo momento, está la Escuela de Dirigentes y el Secretariado de Cursillos.
La finalidad de todo esto explica el hecho de los Cursillos. Todo lo dicho que no pretende ser completo, es a grandes trazos la trayectoria de lo que hemos llamado en este escrito el nervio vivo de nuestro Movimiento.
Una serena observación de la realidad, hace llegar a la conclusión de que muchas veces se atiende a lo adjetivo del cristianismo, más que a lo nuclear, a lo central, a lo sustancial y esencial.
Sin excluir a nadie, los Cursillos más que tender a lograr una masa que actúe de comparsa para ir practicando las normas de siempre, tiende a que Cristo pueda contar con gente que sepa aplicar el criterio cristiano a los acontecimientos de hoy. Personas que sepan encarnar en la realidad humana de hoy, los criterios de Cristo.
A la gente de hoy, podríamos dividirla en tres grupos: unos que presumen, otros que consumen y otros que asumen.
Presumen unos cuantos que «pueden» hacerlo.
Consumimos casi todos, porque nos encontramos, las más de las veces, ante la necesidad de tener que hacerlo.
Y pocos hay que sepan asumir.
Y precisamente eso, asumir, es una de las tareas más acuciantes y hasta fascinantes del mundo de hoy. Asumir lo mucho de bueno que hay entre las muchas circunstancias que llamamos malas, sin más, porque no sabemos aprovechar –hacer que cuaje de ellas–, la enseñanza, la experiencia y el mensaje que en el fondo sin duda contienen.
Se diría que en estos tiempos Cristo, aún más que hombres de Iglesia necesita una Iglesia de hombres. De hombres que, sintiéndose Iglesia y unidos a ella por la intención de su voluntad, y por la fuerza de la gracia, sepan asumir lo bueno que hay en lo malo, en la realidad más real de cada persona, de cada acontecimiento y de cada situación.
Cuando el Movimiento de Cursillos se va moviendo por la fuerza y el impulso de lo Fundamental Cristiano, vivido por los que lo integran, difícilmente crea gente profesionalizada, que se dedica a lo que podríamos llamar «urbanismo apostólico», organizando cosas para mandar a los demás. Sabemos bien que la enseñanza, la formación y la orientación que no es testimoniada con la vida, en la misma vida donde se vive la vida, afortunadamente, no vale para el hombre de hoy.
A veces puede haberse dado el caso, sin duda por ignorar o no practicar la mentalidad de Cursillos, que en lugar de orientarlos hacia su incidencia en el mundo, para que vuelvan a él después del Cursillo a vivir su misma vida, pero con otro afán, se haya preferido desnatarlos de su realidad y «domesticarlos» lo conveniente para poderlos emplear, sin que chistaran, en los cuadros directivos de las asociaciones dedicadas a «hacer–el–bien–de–siempre, como–siempre».
Otros han buscado la gente para Cursillos, solamente en el área de lo pío, para lograr la misma finalidad de los primeros, pero con menos conflictos. Haciéndolo así, muy pronto se ha agotado la cantera, lo que no pocas veces ha hecho bajar la diana, buscando incentivos de segunda categoría para poder cubrir las plazas disponibles.
Cuando estas situaciones se han hecho crónicas, a veces se ha recurrido a los sucedáneos de los genuinos Cursillos, y de entre ellos, a los Cursillos Mixtos –mixtura de cursillos– que si en muchas ocasiones han podido ser buenos, han servido no pocas, también, para patentizar la mucha diferencia que existe entre lo bueno y lo mejor.
El Cursillo, más que otra cosa, y sin duda la más importante, es un encuentro a nivel profundo de cada uno consigo mismo, con los hermanos y con Cristo. Tal vez extrañe el orden de esta relación de encuentros, que no es de prelacía, por supuesto, sino el deseo y la intención de destacar el primero de todos, por ser éste la estructura y el espacio donde únicamente pueden realizarse los otros dos encuentros para conseguir lo que se pretende.
El encuentro con los hermanos, sin haberse encontrado consigo mismo, produce un activismo extenuante que, pronto o tarde, llega a su techo.
El encuentro con Cristo, sin haberse encontrado consigo mismo, conduce a unos «arrobos místicos» destemplados y destemplantes que dificultan la llana comunicación con los demás.
En una palabra, en el Cursillo todo converge hacia la conversión personal, que es una polarización de toda la vida hacia los verdaderos valores.
Encontrarse consigo mismo, requiere necesariamente un provisional desasimiento de las personas y ambientes en que nos movemos a diario. Ahora bien, cuando asisten al mismo Cursillo chicos y chicas, hombres y mujeres, matrimonios o parejas de novios, solteras y solteros, la atención es absorbida preferentemente por el interés con que se quiere seguir la reacción del otro, o de algún otro, cuya vida interesa sobre todas las demás, y es muy natural que así sea, por lo que difícilmente se produce el imprescindible encuentro consigo mismo, que es lo que ha de dar la eficacia a lo otro.
Todo lo que ofrece después: Ultreyas, Escuela de Dirigentes, Cursillo de Cursillos, etc. mejor que se hagan en plan mixto, porque mixta es la vida. Quede claro que lo que va contra la esencia de los Cursillos, no es la circunstancia de que sean mixtos o no, sino que no se produzca (el serlo)-eliminar ese encuentro de cada uno mismo consigo mismo, en lo más profundo de sí mismo, que es el pivote donde converge y arranca todo lo que el Cursillo pretende conseguir y la manera de conseguir lo que consigue, ya que se trata de que tenga lugar en la persona, su conversión, esto es: que la libertad del hombre, se encuentre en el Espíritu de Dios.
El haber hecho Cursillos ignorando su mentalidad, ha sido la causa que en muchos lugares, y con la mejor intención, estos proliferaran de manera anárquica suscitando gente apasionada y sacrificada en la aplicación del método, pero a una distancia astronómica de su qué y su para qué. Este hecho ha sido el motivo de que en muchas partes se hayan inventado mil modos y maneras de hacer Cursillos, y lo más penoso de todo es que, sin serlo, los han llamado así.
Lo que han venido a ser Cursillos en algunos lugares, hace recordar la historieta aquella que pasó en cierto famoso club de fútbol:
Se cuenta que este club, tenía entre sus socios los hombres que poseían las más grandes fortunas del país. La cifra de sus entradas de dinero eran muy grandes, pero en vez de dedicar su cuantioso efectivo a lo más efectivo: el fichaje, preparación y entreno de sus jugadores, se les ocurrió fabricar de oro las porterías y sus redes y, si no llegaron también a tener de oro el esférico, no fue por falta de ganas, sino porque cayeron en la cuenta que con ello se lastimarían los jugadores.
Pero el relato no termina aquí pues era tan fuerte el deseo de que su equipo destacara sobre los demás, que acordaron que en vez de once jugadores, fueran veinticuatro, en lugar de dos porterías hubiera ocho, y cinco árbitros y no uno solo. Total que a fuerza de tan brillantes iniciativas, confundieron el personal y desbandaron la afición.
En resumen, el Cursillo que se pensó para fermentar la vida y por tanto la Historia, se emplea a veces para mantener conformismos, enfoques, criterios y actitudes que el Concilio Vaticano II dejó ya, afortunadamente, fuera de combate.
Los que éramos jóvenes en la década de los 40, seguimos rogando a Dios, que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad, siga extendiéndose por todo el mundo, pero sin perder su identidad, cosa tan sólo posible siendo fiel a sus raíces, al mismo tiempo que extienda y mueva ágilmente sus ramas, para ir consiguiendo, con la ayuda de Dios, que la Buena Noticia de su reino, llegue a los más posibles.

La magia de la vieja amistad

75 Proverbios sobre la Amistad para reflexionar

La magia de la vieja amistad no tiene explicación lógica; está dentro de nosotros. Pueden pasar los años y con un simple encuentro se aviva, como si no hubiese pasado un día de ausencia.
Habrá sensación más agradable que una tertulia entre amigos, donde no se distingue entre amigos viejos y nuevos?
Nosotros envejecemos, pero, la amistad siempre está igual. A la amistad no le pasa el tiempo.
Todos los estudios respecto al buen vivir resaltan la importancia de compartir con amigos. Yo no sé si cura los males del cuerpo, lo que sí tengo certeza es que es lo mejor para el alma.
Recordar la infancia, la adolescencia o cualquier etapa de la vida, con amigos, reír, dialogar y compartir sus alegrías y tristezas, es sin duda siempre la mejor terapia y una sensación sublime del espíritu.
El abrazo fraternal de un amigo es únicamente comparable al abrazo con los hijos o los nietos.
Gracias a la vida por haberme dado la fortuna de contar con amigos como los que tengo. Con sus virtudes y defectos. Sentir lo que siento cuando estoy o sé de ellos, es la sal y chispa de mi existencia.
Siempre he pensado que nuestro paso por esta vida se aligera porque existe el sentimiento virtuoso de la vieja amistad.
A ustedes no les pasa que uno no se sitúa en el presente sino que al contactar a los viejos amigos se transportan a los tiempos cuando se inició la amistad? Eso quiere decir que uno mentalmente se siente más joven mientras transcurre ese contacto.
Gracias por tu vieja amistad, es un tesoro que valoro mucho y que nunca perderé!
Abrazos
Julio Rivera