HORA APOSTÓLICA

Es una hora en que los cristianos tenemos la audiencia con Jesucristo.
Y nos empeñamos en que Él nos conquiste.
Y “tratamos” con Él la salvación del mundo, ante el Sagrario, que es su Cuartel General.
Las rodillas son las grandes palancas del Apóstol.
Para penetrarnos más y mejor de lo que somos, de lo que creemos y de lo que queremos. Para agradecerle las maravillas que su Gracia.
Para arrancar de sus manos nuevos dones.
Para impulsar a los hermanos en su camino hacia Dios, recemos juntos la
HORA APOSTÓLICA

El sacerdote expone el Santísimo. Los fieles de rodillas entonan un cántico apropiado.

I
Presentación al Señor

Todos
En el nombre del Padre…

Lector
Incorporados a Jesucristo, glorifiquemos al Padre, en la alegría del Espíritu Santo.

Todos
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora, y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Lector
Señor Jesucristo: tus Cursillistas de Cristiandad, que en su audacia, y fiados en tu ayuda, quieren ser fermento vivo entre la cristiandad de…, se postran reverentes ante Ti.

Todos
Queremos CONOCER a Jesucristo.
Queremos AMAR a Jesucristo.
Queremos AYUDAR a Jesucristo.
Queremos SUFRIR por Jesucristo.
Queremos VIVIR en Jesucristo.

Lector
Queremos ser tuyos, Señor, los tuyos de veras:
los que no duden,
los que no titubeen,
los que no se desalienten,
los que no conozcan las medias tintas ni las posturas ambiguas;
los que lo den todo antes de traicionarte.
Por esto, en esta Hora Apostólica, en amigable intimidad,
te rogamos que nos ENSEÑES,
que nos FORMES,
que nos VENZAS,
y nos ENCIENDAS en santa valentía y en afanes apostólicos.

Todos
Señor:
Eres nuestro DIOS y maestro; sólo Tú tienes palabras de vida eterna. ¡Qué conozcamos el Don de Dios!
Eres nuestro HERMANO Y AMIGO:
¡Haznos amigos tuyos fidelísimos!
Eres nuestro único SEÑOR:
Señor de todas las cosas,
Señor de todas las gentes.
¡Haznos apóstoles de tu REINO, miembros vivos de tu Santa Iglesia!
¡Qué sintamos la alegría de ser apóstoles!
¡Danos el brío ilusionado de ser testigos tuyos ante los hombres!

Lector
En esta Hora Apostólica permaneceremos al pie de tu Cruz, con la Madre y Señora, como San Juan, el Apóstol de la invencible fidelidad.

Todos
Señor:
Nos acercamos a tu SANTA CRUZ, adorando el misterio de tu Pasión, abrazamos tu cuerpo destrozado de tormentos y ensangrentado de heridas. Quisiéramos sentir, en nuestras frentes culpables la sangre que brota a raudales de tus llagas. Besamos tu rostro manchado de polvo, y de tus labios entreabiertos, recogemos aquel grito: “Tengo Sed”, que abraza tu alma de sed divina. En firme vigilia, rodeamos tu cruz sacrosanta para acompañarte en tu hora suprema; para orar contigo por la Iglesia; para ofrecernos contigo como víctimas; para compartir tus dolores y anhelos; para consolarte agonizante en la Cruz, y consolarte en las presentes angustias de tu Iglesia; para descargar nuestros pecados e ingratitudes; para pagar por los pecados de todos los cristianos, y de todos los que no lo son todavía, de los cuales nos sentimos responsables ante Ti.

Puede entonarse entre otros el siguiente:

CÁNTICO

Tú reinarás, este es el grito
Que ardiente exhala nuestra fe;
Tú reinarás, ¡Oh Rey bendito!
Pues tu dijiste: Reinaré,
Reine Jesús por siempre
Reine su corazón, en nuestra patria,
En nuestro suelo,
que es de María la nación.

II
Palabra de Dios

(El sacerdote lee o comenta algún fragmento del Nuevo Testamento).

III
Plegaria a Jesucristo

Lector
El PECADO hiere el corazón de Cristo; priva al hombre de la Vida Divina; le arrebata el mejor de los dones, ofende a la justicia de Dios.
Pidamos al Señor su misericordia sobre nosotros, sobre todos los cristianos de …, sobre todo el mundo pecador.

Todos
Señor:
Míranos con ojos de misericordia y perdón. Sentimos el horror de nuestra infidelidades y las infidelidades de nuestros hermanos, los cristianos… que ante Ti, representamos. No mires la ruindad de nuestra vida, sino el amor con que nos amaste en la CRUZ.

Lector
Por nuestras incomprensibles flaquezas. Por el desprecio con que a veces oímos tu voz.

Todos
Perdón, Señor, perdón. 

Lector
Por la tardanza en aceptar tus exigencias, por la tibieza con que andamos tu camino, por los peros que ponemos a tu amor, por nuestras cobardías ante una sonrisa cualquiera.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por la rutina en nuestra piedad, por el desaliento ante los sacrificios, por la pereza en practicar el bien, por la debilidad en arrancar nuestros defectos.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por nuestra falta de fe y de ardor en el apostolado, por nuestra apatía en la conquista de las almas, por no haber defendido lo derechos de tu reino.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por nuestra falta de caridad al no aceptar a todo hombre como nuestro hermano, por no verte a Ti en él.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por tantos cristianos que te desconocen, que no cumplen el precepto dominical, que blasfeman tu Santo Nombre.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por los que creen hallar la alegría en el pecado, y son víctimas de las pasiones de la carne, y frecuentan espectáculos inmorales.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por los que corrompen a sus hermanos con promesas de falsa felicidad. 

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por los que nos odian o nos hieren con sus críticas y murmuraciones, por los que encienden enemistades.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por los jóvenes que entran a formar un hogar sin hacerte Señor de su hogar; por las familias que viven al margen de tu ley; por los padres que descuidan la cristiana educación de sus hijos; por los hijos que crecen de espaldas a ti.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por los que se tienen por cristianos y no viven en Gracia.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

Lector
Por todos nuestros pecados, por los pecados de la cristiandad de…, por los pecados de todos los hombres del mundo entero.

Todos
Perdón, Señor, perdón.

(Esta última depreciación se repite tres veces)

Canto

“Perdón, oh Dios mío,
perdón e indulgencia
perdón y clemencia
perdón y piedad”.

IV
Preces a Jesucristo

Lector
Bendice, Señor a nuestra Santa Madre la IGLESIA Católica.

Todos
Que Dios se digne pacificarla, unirla y custodiarla en todo el orbe de la tierra, vivificándola cada día hasta los confines de la tierra, para que Ella, a través de todos nosotros sus miembros, glorifique a Dios, Padre Omnipotente.

Lector
Bendice a nuestro Santísimo Papa … A nuestra Conferencia Episcopal de… A los OBISPOS, Sucesores de los Apóstoles, a nuestro OBISPO de …, a nuestros párrocos que dirigen al pueblo santo de Dios.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice Señor a nuestros SACERDOTES, RELIGIOSOS y RELIGIOSAS, a los jóvenes de nuestros SEMINARIOS. ¡Qué sean luz y sal de nuestra tierra!

Todos
Te rogamos, óyenos

Lector
Bendice a nuestro pueblo y a sus GOBERNANTES, para que haya justicia dentro del orden; para que haya paz en la tierra.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice nuestra SED DE SER SANTOS.
Nuestras ansias apostólicas,
nuestra familia,
nuestros estudios,
nuestros trabajos,
todas nuestras cosas.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice a los seglares que sintiéndose Iglesia, dan testimonio de su fe, en el lugar de su diario vivir.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice, en tu Iglesia las obras y Movimientos de APOSTOLADO SEGLAR.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice los CURSILLOS DE CRISTIANDAD.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice las REUNIONES DE GRUPO forja de tus mejores, despierta la inquietad de los que, por descuidarlas perdieron la ilusión apostólica de tu Gracia.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice, Señor, nuestras ULTREYAS; dales vida, vigor y eficacia.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice a la ESCUELA DE DIRIGENTES.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice las actividades que tiene en manos el SECRETARIADO de Cursillos; inspira y bendice las que debiera tener.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice a nuestros ASESORES, a nuestros DIRECTORES ESPIRITUALES, a todos nuestros DIRIGENTES nacionales, diocesanos y parroquiales.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Danos éxito espiritual en todas nuestras EMPRESAS APOSTOLICAS. ¡Qué todos los llamados sean SANTOS!

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Infúndenos una piedad auténtica, adhesión a la jerarquía, alegría y simpatía en el trato de los hermanos, ardor y brío apostólicos, para no cruzarnos nunca de brazos, y para trabajar siempre MÁS y MEJOR.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Haz que con tu Gracia, sintamos la RESPONSABILIDAD de la gran misión apostólica que nos has confiado.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Que no necesitemos milagros para creer y obrar, pero que tengamos tanta FE, que merezcamos que nos los hagas.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Danos cristianos que te amen sobre todas las cosas; ALMAS DE SAGRARIO, Adelantados de tu Reino, fieles al lema: “AUNQUE TODOS TE ABANDONEN, YO NO”.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por los que son fermento en nuestros ambientes; por el más valiente y sacrificado.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por el más COBARDE de nosotros; por el que más necesita de tu Gracia; por el que cree necesitarla menos; por el que de nosotros menos trabaja y se sacrifica menos; por los que se conforman con lo que han hecho.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por los que se empeñan en “servir a dos señores”; por los que se enfrían en tu santo servicio; por el que más nos fastidia y santifica.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por el primero que va a burlarse de nosotros, cuando le expongamos nuestro ideal apostólico.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Para que sepamos superar, con tu Gracia, los FRACASOS; para que sepamos sacar de ellos fruto apostólico; para que no nos envanezcamos con los ÉXITOS.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Para que, con inteligente valentía, sepamos promover la PAZ y la JUSTICIA SOCIAL en las realidades temporales en que estamos inmersos.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por las personas que has vinculado a nuestra generosidad; por las personas que con nuestra ayuda, CONQUISTAREMOS; por las que te conocerían si fuéramos más generosos.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por los que menos se interesan por tu Reino; por los cristianos que no te conocen; por los que no nos comprenden; por los que nos compadecen.

Todos
Te rogamos, óyenos.

(Breve silencio para rogar por alguien en especial)

Lector
Bendice, Señor, a los enfermos,
a los pobres,
a los presos,
a cuantos sufren y peligran.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice a los hermanos separados, para que todos los que invocamos tu nombre lleguemos a la unidad, en el seno de la única Iglesia que tu fundaste.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Bendice a los que, sin conocerte, te buscan; dales, Señor, misioneros; dales FE.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por nuestra INTENSIÓN PARTICULAR.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por nuestros planes apostólicos.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por los planes apostólicos de nuestro Secretariado de Cursillos.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por las intensiones de nuestro OBISPO.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Lector
Por las intensiones del PAPA.

Todos
Te rogamos, óyenos.

Medita ahora, por un momento, la frase que más te haya clavado en tu corazón.
¿Qué quieres, Señor, de mí?

Todos
Habla, Señor, que tu siervo escucha.

(Pausa)

Lector
ALABADO SEA JESUCRISTO.

Todos
Por siempre sea alabado.

Lector
ANTES MORIR.

Todos
Que separarnos de Ti.

V
Consagración a Jesucristo

Todos
Míranos a tus plantas. Adorando tu grandeza divina. Con honda gratitud reconocemos que nos has elegido, entre muchos, para ser apóstoles de tu Reino. Queremos ser tuyos de veras, Señor; y por mediación de la Virgen Santísima, nuestra Madre, nos consagramos a Ti. Queremos tener el alma vestida siempre de gracia. Danos fuerzas para llevar la cruz mientras nos dure la vida. Aunque todos, a nuestro alrededor, sean cobardes, queremos, Señor, ir contra corriente, detrás de Ti, que eres el Camino, la Verdad y la Vida. Jesús Nuestro, haznos Apóstoles, enséñanos a orar. Danos el ansia de tu Eucaristía. Enséñanos a predicarte con nuestra vida y con nuestra palabra. Haz, Señor, que abramos para todos los hombres, un ancho camino a tu Gracia. Haz que el mundo vuelva a Ti, aunque nos cueste la vida. Amén.

Puede entonarse el cántico antes o después de la Bendición con el Santísimo.

Para la Reserva del Santísimo
Cantemos al Amor de los Amores
Cantemos al Señor
Dios esta aquí, venid adoradores,
Adoremos, a Cristo Redentor,
Gloria a Cristo Jesús
Cielos y tierra, bendecid al Señor,
Honor y Gloria a Ti, Rey de la Gloria,
Amor por siempre a Ti,
Dios del amor.

Sacerdote
Les ha dado el pan del cielo.
(T.P. Aleluya).

Todos
Que posee todo deleite (T.P. Aleluya).

Sacerdote
¡Oh Dios! Que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión: te pedimos que nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentamos en nosotros el fruto de tu redención.

Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Todos
Amen.

El Sacerdote imparte la Bendición con el Santísimo, luego se rezan las siguientes:

ALABANZAS A JESÚS SACRAMENTADO
Bendito sea Dios,
Bendito sea su Santo Nombre,
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea su sacratísimo Corazón.
Bendito sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendito sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendito sea su gloriosa asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

Reserva