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¿Ancla o Remo?

 Que desgaste de energía y de voluntad se experimenta cuando, sin querer (Honestamente) se encuentra uno en medio del eterno pugilato entre el clero y los laicos.

Da la impresión de que todo lo que se habla del amor, la hermandad y la comprensión entre estos dos bandos, se pierde cuando ninguno quiere dar su brazo a torcer argumentando cada quien por su lado  que la razón les favorece.

Tal parece que la viña del Señor está dividida.

Por un lado la parcela clerical y por el otro lado la parcela laical.

Ambos parecen ignorar que el trabajo es mucho y que cada quien tiene su misión en la dimensión y tamaño que el dueño de la viña disponga.

Cualquier acto o acción casi siempre da lugar a reavivar el pugilato

Si la decisión o la acción viene por el lado clerical. Esta tiene que ser aceptada  sin chistar porque proviene de la jerarquía.

Cualquier cuestionamiento será considerado como un acto de indisciplina y falta de respeto, aunque el laico lo vea como un acto de soberbia y abuso de autoridad.

Si la acción proviene del lado laical, tiene que pasar por estrictos controles clericales, porque se considera que los laicos no están “preparados”.

En todas las ocasiones los dos bandos pasan muy por alto que hay un solo dueño de la viña y que todos los demás tan solo somos obreros.

Ninguno tiene el derecho, ni humano ni divino de dominar, humillar al otro.

¿Qué tal se vería que el clero se tomara por su cuenta todo el trabajo y misión encomendada a los laicos?

Por el otro lado ¿Qué tal se vería que los laicos tomaran el control de la Iglesia?

El trabajo debe ser ejecutado en equipo, con un solo capitán: Cristo Jesús.

Hasta que no haya unión de criterios y de acción conjunta, no se podrá avanzar en la tarea de la salvación.

En este momento, da la impresión de que estamos en un marasmo mientras nos atacamos los unos a los otros y el maligno se aprovecha de esto y está tomando control de mundo.

Esto me recuerda, en el caso específico de cursillos, aquel lamentable incidente en el cual el Obispo Don Juan Hervas  amenazo eliminar de un solo “Plumazo” el naciente Movimiento de Cursillos de Cristiandad, por no adaptarse a la forma que él los quería.

Menos mal que en aquel entonces domino la prudencia y la humildad de un joven Mallorquín llamado Eduardo.

También me recuerda ese tira y afloje de que si cursillos es un Movimiento DE la Iglesia, o que es un movimiento DESDE la Iglesia o que si el Movimiento es PARA la iglesia.

Mejor dejemos a Eduardo Bonnin,  humilde y sencillo laico reconocido oficialmente por la Santa Sede como depositario del carisma fundacional del Movimiento de Cursillos, nos explique cuál es la mejor definición del movimiento:

“El cursillo de cristiandad es un movimiento, que Mediante un método propio, intenta, y por la Gracia de Dios, trata de conseguir que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de la persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad, para hacerlas convicción , voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario”

Esto como que le ha “chocado” a más que uno mayormente hermanos ordenados.

Primero ¿Cómo es posible que un simple laico sea depositario de un Carisma iluminado por el Espíritu Santo, como si este fuera propiedad  exclusiva del clero?

Segundo ¿Cómo es posible que se le de tanta libertad a la persona per se?

Y a partir de entonces sea venido (una vez más) con el estira y afloje sobre quien es el que debe tomar las riendas de cursillos.

Da la impresión de que el clero se ha tomado la delantera y se ha aprovechado de esto al cambiar algunos de los objetivos inmediatos que el movimiento lanzo desde sus inicios.

Da la impresión de que se está utilizando al movimiento para surtir de trabajadores a los templos.

Da la impresión de que se está utilizando al movimiento para surtir de material humano a otros movimientos.

Da la impresión de que se está utilizando al movimiento como cura instantánea para algunos de los males sociales de la humanidad.

Aparentemente, cursillos, ha perdido impacto.
Y es porque nos hemos concentrado en hacer más buenos a los buenos y dejar a un lado a los “Malos” porque esto representa más empeño, más trabajo, pero sobre todo, representa que yo de más y mejor testimonio de vida cristiana para poder atraer a través del ejemplo; y al parecer, como carezco de testimonio, me voy por la tangente buscando culpables que por lógica, no soy yo.

Entonces ¿Qué busca cursillos?

¿Busca acaso reunir a los buenos ya sacramentados, o busca acercar a los alejados por sacramentar?

Y a quienes nos referimos como “Alejados”
Alejados es toda persona que no tiene a Cristo como eje central de su vida y hay diversas clases de “Alejados”

  1. “Alejados” con sacramentos pero que no los ejercitan
  2. “Alejados” sin sacramentos, por ignorancia, desidia y/o rebeldía.
  3. “Alejados” que son completamente ateos porque nadie se ha tomado la molestia de testimoniarles que existe un Dios que les ama.

¿Cuál de todos ellos merece nuestra atención?
Saque su conclusión.
Yo ya tengo la mía:

Todos los “alejados” DEBEN ser tratados de tal forma y manera que Jesús trato a la oveja perdida.

Mientras sigamos  señalando solo las faltas  y errores entre nosotros mismos, descuidando de esta forma nuestra misión salvífica, las ovejas perdidas seguirán alejándose cada día más del gran encuentro con Cristo que nosotros, de cualquier forma o manera, debemos propiciar.

Tampoco es forma de que para poder tener acceso al gran encuentro, les tengamos que poner trabas y condiciones, sería como que el Padre bondadoso le hubiera pedido pasaporte y visa al hijo prodigo.

Nosotros los que nos llamamos cristianos, debemos ir como lo pide el Papa Juan Pablo II al inicio de su Carta apostólica: “Novo millennio ineunte” :

1. Al comienzo del nuevo milenio, mientras se cierra el Gran Jubileo en el que hemos celebrado los dos mil años del nacimiento de Jesús y se abre para la Iglesia una nueva etapa de su camino, resuenan en nuestro corazón las palabras con las que un día Jesús, después de haber hablado a la muchedumbre desde la barca de Simón, invitó al Apóstol a « remar mar adentro » para pescar: «Duc in altum » (Lc 5,4). Pedro y los primeros compañeros confiaron en la palabra de Cristo y echaron las redes. « Y habiéndolo hecho, recogieron una cantidad enorme de peces » (Lc 5,6).

¡Duc in altum! Esta palabra resuena también hoy para nosotros y nos invita a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a abrirnos con confianza al futuro: « Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre » (Hb 13,8).

Gran tarea encomendada pero desgraciadamente hay muchas personas, muchas acciones, muchas actitudes que están actuando como anclas que no permiten hacernos a la mar.

Aquí en este punto, es bueno parar por un momento y hacer una reflexión personal sobre mi vida, acciones y propósitos que me permitan descubrir si soy ancla o si soy remo

¿Ancla o remo como cristiano?
¿Ancla o remo como dirigente de cursillos?

Si al hacer la reflexión en forma honesta y sincera descubrimos que somos ancla pues tenemos que tomar acción inmediata para dar testimonio de vida en cristiano y que mi ejemplo de vida pueda atraer a otros hacia Cristo.

Si descubrimos que soy ancla como dirigente de cursillos tenemos que reconocer que nosotros mismos somos responsables de haber dejado al movimiento atado de pies y manos con tantos reglamentos, cuando, atreviéndome a afirmar, Eduardo Bonnin soñaba con un movimiento regido por el sentido común y orientado primordialmente a lograr el triple encuentro:

El encuentro con uno mismo
El encuentro con Dios
El encuentro con los demás hermanos.

Solo así seremos remos que conducirán a la barca por mares serenos y la pesca será abundante.

José A. Sánchez
Aprendiz del aprendiz

 

Estudio del Carisma

De la página del Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad http://www.orgmcc.org/ 

Estudio del Carisma

La Iglesia ha reconocido formalmente el propio carisma del Movimiento de Cursillos, que lo caracteriza, identifica y lo distingue de otros movimientos, asociaciones y comunidades de la Iglesia.

Definición del Carisma según el Catecismo

«Extraordinarios o sencillos y humildes, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que tienen directa o indirectamente una utilidad eclesial; los carismas están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo.» (Catecismo, 799)

«Los carismas se han de acoger con reconocimiento por el que los recibe, y también por todos los miembros de la Iglesia.» (Catecismo, 800).

«En efecto, son una maravillosa riqueza de gracia para la vitalidad apostólica y para la santidad de todo el Cuerpo de Cristo; los carismas constituyen tal riqueza siempre que se trate de dones que provienen verdaderamente del Espíritu Santo y que se ejerzan de modo plenamente conforme a los impulsos auténticos de este mismo Espíritu, es decir, según la caridad, verdadera medida de los carismas (cf. 1 Co 13)» (Catecismo, 800).

Del Carisma al Movimiento

«Por su propia naturaleza, los carismas son comunicativos, y suscitan la« afinidad espiritual entre las personas «y que la amistad en Cristo, que es el origen de los» movimientos «. El paso del carisma originario al movimiento ocurre por el misterioso atractivo que el el fundador es válido para todos aquellos que se involucren en su experiencia espiritual … «extraer de la dirección del Papa Juan Pablo II con el Movimiento Eclesial

Hacer click acá para leer el comunicado de Juan Pablo II

Estudio del Carisma

Lo que se pretende con este trabajo es tratar de llegar a todo lector que quiera conocer «la» verdad del Carisma de los «Cursillos de Cristiandad», ya que fue inspirado por el Espíritu Santo. Se trata de una exposición esquemática de los hechos y acontecimientos que se produjeron, y por estar vinculados y unidos, componen un «eco» de nuestro Señor Jesucristo en ese momento y lugar, que todavía hoy perdura como el Movimiento de Cursillos de Cristiandad.

Hacer Click acá para descargar el documento completo del Estudio del Carisma

 

Estudio del Carisma

Escuchando a lo que nuestros Papas piden, a partir del viernes 14 de marzo nuestro movimiento ha comenzado a estudiar nuestro Carisma. Por esta razón comparto este artículo escrito hace algunos años. Buena lectura amigos.

Carisma Fundacional
Por Carlos Muñoz

El Carisma es un don de Dios. La Iglesia tiene muchos carismas, tantos como el número de persona que la componen. Carismas reconocidos tiene muchos según los archivos del Vaticano. San Pablo define Carisma como: “dones espirituales que Dios da a quien quiere, para beneficio de la comunidad y que es reconocido por la jerarquía”.

Requisitos del Carisma:
1. Don de Dios
2. Concedido a una o varias personas
3. Es un beneficio o regalo para la comunidad
4. Reconocido por la jerarquía

Características
1. Inmutabilidad
Un carisma no se puede cambiar, alterar o modificar porque si no, ya no es el mismo.
2. Fidelidad
Para comenzar éste carisma no le pertenece al que lo administra, puesto que es un regalo que el Espíritu Santo da a quien quiere, ha de ser cuidada por cada uno como Don de Dios.
Las personas que siguen un carisma deben de ser fieles a éste para lograr la finalidad que se propone.
Las personas que siguen un carisma serán como los custodios, los administradores, los guardianes.
Para lograr mantenerse fieles al carisma de fundación y guardarlo como comenzó, es necesario conocer el carisma en su qué, quién, cómo, por qué y para qué. Y no basta conocerlo sino que es necesario entenderlo, asimilarlo y vivirlo.
Los administradores deben preguntarse: ¿Estoy administrando bien lo que se me ha entregado? ¿Estoy siendo fiel y juicioso en la administración de los bienes que pertenecen a otra Persona? ¿Reconozco que el Señor me ha llamado para ser responsable y rendirle cuenta por los bienes que Él me ha dado para cuidar? ¿Estoy siendo obediente a Él con lo que me pidió?
Requisitos del Carisma de Cursillos
1. Don de Dios
Para el Movimiento de Cursillos es en su base en Carisma, el mismo don originario que los demás otros movimientos y grupos de la Iglesia tienen, cada uno con su expresión particular.
Desde hace tiempo para facilitarme el entendimiento del Carisma me hice una imagen mental, “el Espíritu Santo se acerca al oído de Eduardo y le dice: ve y dile a todos tus amigos, de preferencia a los alejados, que Dios en Cristo les ama”.

2. Concedido a una persona
Después de leer y estudiar varios libros, compartir con amigos conocedores del tema, haber tenido la oportunidad de compartir con Eduardo varias veces y pedirle que me cuente la historia, he comprendido que fue a él que el Espíritu Santo le entregó el Carisma. Por todos lados siempre el denominador común de éste tema es Eduardo Bonnín. Por ejemplo:

Estatuto del OMCC
Artículo 3: De este grupo de iniciadores tuvieron parte muy importante sobre todo laicos guiados por Eduardo Bonnín Aguiló, además de varios pastores, entre los que se encontraban el entonces Obispo de Mallorca, Mons. Juan Hervás Benet y Mons. Sebastián Gayá Riera.

Libro “Pequeñas Historias” de don Juan Capo dice:
La vigilia de Pont D´Inca
En la Vigilia de Santiago de 1948… Fue a propósito de esta intervención cuando Eduardo Bonnín se puso en contacto conmigo, y una tarde en la Indiotería, donde entonces vivía mi familia, me expuso su pensamiento y por primera vez charlamos juntos. Página 13

¿Otros nombres?
No hay duda que existieron. Los más conocidos. Eduardo, el nombre a secas lo califica sin ambigüedad posible. Es muy pronto para intentar un análisis sintético de su personalidad tan rica y compleja como difícil. Le ha caracterizado siempre un afán obsesivo, que nace de su convicción profunda de influir estratégicamente, siempre de una forma indirecta…. Alargaría demasiado si me entretuviera en anécdotas que le muestren influyendo de las maneras más impensadas en los que debían decidir. Incasable y tenaz. Página 14

Eduardo
La verdadera autoría de los Cursillos
“Todas estas sinceridades que siguen y que me creo en el deber de tener que expresar para que todo quede lo más claro posible, no lo hago en plan de querer ser protagonista, pues siempre que se me han pedido dijera quien era el autor de todo, he dicho categóricamente que era el Espíritu Santo, pero cuando se me ha preguntado quién hizo la estructura, quién recopiló las anécdotas, quién hizo los rollos seglares, quién ideó la Reunión de Grupo y la Ultreya, para no mentir, he tenido que decir que era yo”. Párrafo 8, Mi testamento espiritual

3. Es un beneficio o regalo para la comunidad
Todos sabemos que la gran comunidad eclesial se ha beneficiado con este Carisma.
A partir del Cursillo de Cala Figuera, Mallorca 1944, donde básicamente se dieron los rollos que hasta el día de hoy se dan en Mallorca, se han reiterado en muchas partes del mundo. En 1953 el primer Cursillo en Colombia, también se dieron en Valencia, España, EEUU 1957, 1963 Canadá y Miami, 1958 en Lomas de Zamora, Argentina, Guatemala 1962 y el más reciente en América latina en Cuba 1998 y Oceanía en Samoa Americana en 2009 son algunos de los lugares donde se dan Cursillos.

4. Reconocido por la jerarquía
En 1949, en la Asamblea de Acción Católica, Monseñor Hervas dijo: “Yo a los Cursillos de Cristiandad nos los bendigo con una mano, sino con las dos”. EB Aprendiz de cristiano pág. 36.
Pablo VI el 14 de diciembre de 1963, nombró a San Pablo apóstol como su patrón. Poco después se celebró la primera Ultreya Mundial en Roma (1966), con 4.000 participantes, en señal de agradecimiento y comunión con el Papa. Wikipedia

Monseñor Paul Josef Cordes en 1998 hace una entrevista a los fundadores y líderes de los movimientos, del libro “Signos de Esperanza – Retrato de siete movimientos eclesiales”, en el que aparece Eduardo Bonnín por el MCC.
Juan Pablo II el 29 de julio de 2000, en su discurso a los participantes a la III Ultreya Mundial en Roma dice: “Queridos hermanos y hermanas, sed testigos intrépidos del «servicio a la verdad» y trabajad sin descanso con la «fuerza de la comunión».

Evolución del Carisma
El Cursillo no fue algo que cayó del cielo como un meteorito. Tuvo una evolución progresiva, sobre todo en la vida de Eduardo Bonnín. El Papa Pío XI en 1922 funda Acción Católica con la finalidad de anunciar la buena nueva al mundo. Años después Eduardo lee esta encíclica y se da cuenta que en lugar de ir al mundo, lo cristiiano muchas veces se reduce a algo parroquial.

La milicia
Su estadía en el servicio militar, La mili, como él la llama, le produce un contraste muy fuerte en su vida. Dice Eduardo: “La idea primigenia y germinal de Cursillos nació del choque que se produjo en mí, al enfrentarse en mi persona la educación que había recibido del ambiente que siempre había respirado en el hogar familiar, con el que se vivía en el cuartel, cuando me incorporé, a mis 18 años, al servicio militar, que duró 9 años, y donde, fui soldado de 2ª, y no de Servicios auxiliares, sino como todos los demás.” Párrafo 4-1 Mi testamento espiritual.

 

Autores en la cresta de la ola
Sigue diciendo en el mismo párrafo: “La lectura los libros cuyos autores en aquel entonces estaban en la cresta de la ola de lo cristiano; Hugo Rahner, Karl Rahner, el P. Plus, los esposos Jacques y Raïssa Maritain, Karl Roggers, Maslow, Leon Bloy, Van der Meer de Malcheren, Rene Schwob, Gustavo Thibon, Erich Fromm, Jaques Leclerc, etc.”
“Pensadores que en aquel momento estaban… avalaban de una u otra manera la igualdad de los hombres ante Dios. Ahí empezaba a despegar la parte seglar del método”. EB Aprendiz de cristiano pág. 32.

Discurso a los párrocos y cuaresmeros de Roma
Así las cosas, llegó a mis manos un libro titulado “S.S. Pio XII y la Acción Católica”, y en la pág. 45, núm. 59, leí, donde dice textualmente, “De este doble aspecto de Su pueblo, es deber del párroco formarse una rápida y ágil mirada un cuadro claro y minuciosamente detallado, diríamos topográficamente, calle por calle, es decir, por un lado, de la población fiel y señaladamente de sus miembros más elegidos, de los que pudiera sacar los elementos para promover la Acción Católica; y por el otro, de los grupos que se han alejado de la práctica de la vida cristiana. También éstas son ovejas pertenecientes a la parroquia, ovejas descarriadas; y también de éstas y aún de ellas particularmente, sois guardianes responsables, dilectísimos hijos; y como buenos pastores no debéis esquivar trabajo ni esfuerzo para buscarlas, para ganarlas de nuevo, ni concederos reposo hasta que todas encuentren asilo, vida y alegría en el retorno al redil de Jesucristo”. (Discurso a los párrocos y cuaresmeros de Roma, el 6 de Febrero de 1940).

El Estudio del Ambiente
Eduardo nos cuenta que cuando finalmente fue al segundo cursillo de Jefes de Peregrino que se dio en Mallorca, descubrió algunas deficiencias y aspectos que a él no le gustaban. Por ejemplo cuando dice: “Entendíamos que no era solamente para ir a Santiago para lo que había de preparar a los asistentes, sino para la vida. No eran católicos en peregrinación sino cristianos en el mundo, en su ambiente diario, lo que teníamos que conseguir.”
Se reunían para estudiar las ideas que querían comunicar y las personas a quienes querían hacer llegar el mensaje de la manera más personal posible. Profundizaron en grupo en el estudio del ambiente. Reflexionaron como eran las personas: “las catalogamos mentalmente en grupos, empezando por los cristianos coherentes, auténticos, prácticos, que piensan y obran como católicos, hasta llegar a los ateos intelectuales”. EB aprendiz de cristiano, pág. 32

Encontraron obstáculos con lo heterogéneo del método. El mensaje debía ser para todos en general reunidos en un mismo lugar. Esto exigía en ellos una actitud compasiva hacia el neo convertido. Debían tener cuidado que no sintieran mucho el choque entre su espíritu desbordante e incontenible contra la rigidez petrificada de la costumbre. Aspecto que hoy en día les cuesta a muchos esta realidad cuando estamos tratando con alejados de la práctica religiosa. En mi vida de cursillista, habiendo sido un alejado, he chocado con los cursillistas antiguos, que algunos olvidando que eran alejados y ahora están tan cercanos a “la práctica religiosa”, miran las cosas radicalmente de otra manera.
Dice Eduardo: “El espíritu del Cursillo no es otra cosa que la sustancia del Evangelio llevada a la realidad de muchas vidas; a veces irrumpe en la persona con un ímpetu efervescente que no siempre ha sido fácil embridar, pero que posee toda la fuerza de una generosidad irrumpente que impresiona, hoy como entonces, cuando el cursillo no es sofocado a fuerza de normas y procedimientos burocráticos”. EB aprendiz de cristiano, pág. 33.

El apostolado del cursillista
Todo cursillista cuando se encuentra por primera vez con el Señor cambia su vida. Es un encuentro con lo trascendente que tiene dentro de sí mismo. Es el encuentro “consigo mismo” en el primer día de cursillo.
Se descubre que es persona y que es importante para Dios porque Él lo ama a pesar de todas sus imperfecciones. Este encuentro lo predispone a los otros dos encuentros: con Cristo y con los demás.
“Este es el apostolado que pretende Eduardo en el Carisma Fundacional, que cuando La Persona se encuentre con el Espíritu de Dios en su libertad verdadera, éste lo lleve a donde sea, sin encuadramientos ó encajonamientos, ni del Movimiento, ni de la Jerarquía, ni de la Reunión de Grupo, ni de nadie que no sea el Cristo de su interioridad y de su intimidad”. Carisma Fundacional e Ideas Fundamentales del MCC de Luis Reyes Larios.

Escuché de Arsenio Pachón, cursillista residente en Mallorca, que “el apostolado del cursillista es la vocación de ponerse al servicio de los demás”. Viendo todo esto con ojos de hoy en una sociedad individualista, con una psicología umbilical, es muy difícil ver a personas que están al servicio de los demás. Algunas veces porque se recibe un salario, otras veces porque se respeta y ama a la persona o filantropía. Leemos en el diccionario: “el término filantropía designa, en general, el amor al género humano y a todo lo que a la humanidad respecta, particularmente en una forma constructiva expresada en la ayuda desinteresada a los demás”.
Nosotros los cursillistas cuando nos ponemos al servicio de los demás es porque el Espíritu de Dios nos anima. Es por Él que hacemos lo que hacemos.

Conclusión
Cada vez que profundizo en el estudio del Carisma de nuestro querido movimiento mejor comprendo que cumple con los requisitos y que es aprobado por la jerarquía de la Iglesia. Comprendo mejor que tuvo una evolución comprensiva en el tiempo y que no fue recibido por Eduardo como algo caído del cielo.
Que el conocer su historia, sus raíces, sus principios me ayudan a conocer a Eduardo como persona y como dirigente fundador de este movimiento. Conociendo a Eduardo como persona y sus características, comprendo también las características impregnadas en su personalidad y en la del Movimiento. Características: PERSONA, LIBERTAD, AMOR, AMISTAD, CONVICCIÓN, SINCERIDAD, CRITERIO, VIDA, NORMALIDAD y ALEGRÍA.
Estoy seguro que como administrador de este Carisma debo de profundizar en su conocimiento. No puedo estar como guardián de algo que no conozco. Pero conociéndolo puedo ser más eficaz cumpliendo con su finalidad.

De Colores…

Rollo de la Escuela de Dirigentes por Carlos Mántica

Pero sobre todo, el crecimiento del cursillista requiere la Escuela de Dirigentes. No hablo, desde luego, de las sesiones de Escuela, donde pueden impartirse cursos por demás edificantes, sino de la Escuela de Dirigentes que recoge “Ideas Fundamentales”, y que refleja la mentalidad de Cursillos de siempre. Hablo de la Escuela como “un grupo de Dirigentes que, en clima de Reunión de Grupo, buscan estar cada día más centrados, más comprometidos y más conjuntados, para acelerar, en sí mismos y en los demás, la vivencia de lo fundamental cristiano”. Hablo, pues, de un grupo de Dirigentes que, por estar más comprometidos con Cristo y con los Hermanos, quieren, y porque están más centrados, pueden, y que, si están conjuntados, logran elevar el “standard” de vida cristiana de cada uno y de la Comunidad Ultreya.

Y con esto llegamos a lo que considero la parte más esencial de este Rollo. Sin duda, la mayoría de ustedes han hecho un Cursillo de Cursillos, y, sin duda, recordarán que el Cursillo de Cursillos termina con un Rollo, que el rector suele decir es el más importante de todos porque, sin ello, el Cursillo de Cursillos no tendrá los frutos que debe tener. Es donde se propone, como solución a todos los problemas de Cursillos, el salto desde la estructura a la persona. Y en donde se enumeran y explican las funciones del dirigente, que, sin duda, todos recordamos. Estas funciones son: conocer, situar, iluminar y acompañar.

¿Conocer, situar, iluminar y acompañar a quién? A la persona. Conocer a cada persona concreta; situar a cada persona concreta, iluminar a cada persona concreta y acompañar a cada persona concreta. Preguntémonos, sin embargo, de qué se habla hoy; ¿en qué se piensa hoy en muchos de nuestros Secretariados? ¿En el calendario de Cursillos? ¿En las Finanzas? ¿En las publicaciones?

¿Qué se evalúa en la Escuela? El acto de la Ultreya, la calidad de las vivencias; la centración de la Ultreya; el contenido del curso, las verdades, la técnica, los Rollos. ¿De qué se preocupa el Dirigente? ¿Del Rollo que se le asignó para el próximo Cursillo o de qué dirá en la visita que cree dirigir en la siguiente Ultreya?  pag 88

LO QUE INTERESA A LA PERSONA.

No quiero abundar en esto porque únicamente pretendo señalar la necesidad absoluta de un cambio de mentalidad hacia la verdadera mentalidad de Cursillos; la necesidad del paso de una mentalidad funcional, donde lo que interesa son las estructuras y sistemas, las actividades y las funciones, a una mentalidad pastoral, donde lo que interesa es la persona. Y cada persona concreta. Esa mentalidad es la verdadera mentalidad de Cursillos.

Al hablar de la finalidad de los Cursillos, decimos que éstos no apuntan directamente a la estructura, sino que se centran primariamente en la persona. En el Precursillo interesa la persona: su personalidad, su disposición, su circunstancia. En el Cursillo interesa la persona. De ahí la llamada labor de pasillo. Cuando definimos como un grupo de personas que convergen en determinado tiempo y lugar. El Grupo es un grupo de personas. Lo importante no es la reunión, sino las personas que se reúnen. Lo importante de la Ultreya son las personas. “No interesa que el acto salga bien, sino que las personas salgan mejor”, solemos decir. La Escuela no es el lugar ni la reunión, sino las personas que la integran, un grupo de personas comprometidas, centradas y conjuntadas para acelerar en sí mismas y en los demás la vivencia de lo fundamental cristiano. Finalmente, el Secretariado es también un Grupo, reunión de Grupo en la cumbre, reunión de personas al servicio de personas. A cristo no le interesa el mundo, sino cada persona concreta, porque el mundo acabará, pero las personas, no. Desde siempre fue “slogan” de Cursillos aquella frase de Chesterson, que “para enseñar latín a Juan, lo importante no es saber latín, sino conocer a Juan”.

La literatura de Cursillos ofrece a la persona – a cada persona – dos elementos que son necesarios para su crecimiento.

1°. Unas funciones que el dirigente debe realizar c on cada persona que ha hecho el Cursillo, y

2°. Un temario o esquema de las verdades y de las á reas, en la vida de la persona, que el Dirigente debe consolidar mediante un tratamiento individual. Las funciones se señalan en el Cursillo de Cursillos, y se explican ampliamente en “ Vertebración de Ideas”.

Son como hemos dicho ya, las funciones de
• Conocer,
• Situar,
• Iluminar y
• Acompañar.

Estas son las funciones; pero ¿cuál es el contenido de ese tratamiento individual? ¿Qué verdades se supone que han de hacerse vida, o qué áreas de la vida se supone que deben consolidarse durante ese conocer, situar, iluminar y acompañar?

Lo que estoy pretendiendo señalar es simplemente que el Dirigente, para realizar sus funciones de conocer, situar, iluminar, y acompañar, necesita igualmente de una visión, de un plan de crecimiento, para llevar al cursillista desde donde está, hasta donde Dios quiere que esté.

Necesitamos buscar maneras aptas para realizar este tratamiento individual. Conozco diversas fórmulas o maneras, que se han experimentado en diversas partes del mundo, pero no se trata ni de señalar, ni de recomendar ninguna de ellas. Trato simplemente de señalar que nuestra responsabilidad con cada cursillista, incluye el compromiso de un cuerpo colegiado de dirigentes que, mediante unas funciones y conforme a una visión o contenido de lo que tal crecimiento supone, vaya iluminando y acompañado su crecimiento hasta llevarlo a una auténtica madurez, al tiempo que se le permite que se sitúe, iluminando su camino, en el lugar que Dios reservó para él, como asiento numerado, en el mundo y en la Iglesia.

Sintetizando lo dicho, creo que nos daremos cuenta:

Primero, de que no debemos evadir, a riesgo de ser incongruentes, la responsabilidad o la obligación de Cursillos, de cumplir con su finalidad misma que en forma inmediata ha sido definida como el procurar la progresiva conversión integral de la persona.

Segundo, que para este crecimiento, cada una de las estructuras de Cursillos (Reunión de Grupo, Ultreya; Secretariado, y  90 Escuela) juegan un papel complementario, de modo que no pueda prescindirse de ninguna de ellas sin poner en peligro el logro total.

Tercero, que al mismo tiempo en cada una de estas Estructuras, es decir, a nivel de Reunión de Grupo, a nivel de Ultreya y a nivel de Escuela y Secretariado, son los Dirigentes quienes, como cuerpo colegiado e individualmente, están supuestos a enseñar latín a Juan, porque conocen a Juan, y pretenden iluminarlo conforme a un contenido, conforme a un plan concreto de desarrollo, acompañándolo en este peregrinar, hasta dejarlo situado en el lugar del mundo y de la Iglesia, que Dios nuestro Señor, con ilusión infinita, planteó un día para él.

Andan los curas de hoy algo aturrullados.

Buscan nuevas formas para su sacerdocio, pues las antiguas parecen haber perdido eficacia.

Soy solamente un seglar, sin ninguna autoridad, sin ningún título, sin ningún cargo. Pero una cosa hay que me enorgullece y que quiero decir aquí: amo a los sacerdotes. Y les amo mucho, consciente de lo que les debo y de lo que he recibido de ellos. Y este amor es el que me impulsa a escribir, no sé si dolido, no sé si amargado, pero sí ciertamente deseando para mis hermanos los curas lo mejor, lo más noble, lo más eficaz.

-Curas hoy, sí. Pero ¿cómo?

Y esa pregunta, ese cómo ser cura hoy es lo que este seglar enamorado de los sacerdotes de Cristo pretende comentar aquí y ahora, sin ningún título, sin ningún cargo, sin ninguna autoridad y con el deseo de una plena comunión con la jerarquía eclesiástica, comunión en la que quiero vivir y morir.

Dicen algunos curas:
-La Iglesia necesita un buen fregoteo: y yo se lo voy a dar. Hay cosas que se caen de viejas: y yo las voy a renovar. MAL.

-Los estudiantes tienen razón. Los mineros tienen razón. Los médicos del seguro tienen razón. Mañana haremos una manifestación monstruo. MAL.

-Fuera procesiones. Fuera rosarios parroquiales. Y novenas. Y trisagios. Y viacrucis. Y cofradías. Y jueves eucarísticos. Y triduos. Y septenarios. Y los nueve viernes, y los trece martes, y los cinco sábados. MAL.

-El Papa es demasiado anticuado. Además, en la encíclica del celibato sacerdotal no hablaba «ex cathedra», ni tampoco en la Humanae vitae. Tendrán que cambiar todo eso si no quieren quedarse solos. MAL.

Así no soñó Cristo a sus sacerdotes, y no hace falta ser doctor en teología para darse cuenta de esto. Así no trasparentan a Cristo para que las ovejas le veamos a través de los curas. El sacerdocio no es una profesión, sino un testimonio. ¿Qué se testimonia en una manifestación política? ¿Estaría Cristo allí, llevando una pancarta y pegando gritos? Y si los curas se meten a defender los derechos humanos, ¿quién defenderá los derechos divinos? ¿Nosotros, los seglares? ¿Los de la ONU, quizá?

Dicen otros:
-No hay que ser impulsivos. La prudencia es una gran virtud. Seamos prudentes y dejemos la cosa como está. MAL.

-Pues esto se hacía así. Siempre se ha llevado sotana y coronilla y latinajos abundantes, y predicadores cuaresmales con barbas. MAL.

-Si nos metemos a limpiar, acabaremos rompiéndolo todo. MAL.

-No por mucho madrugar amanece más temprano. Despacio que tengo prisa. Mañana será otro día. La atolondrada juventud. MAL.

-Decía san Agustín. Decía santo Tomás. Decía Orígenes. Decía san Alberto Magno. Decía Tomás de Kempis. Decía nuestra seráfica madre fundadora. MAL.

Y mal porque hay algo más. Algo para hoy. Para ahora. Para aquí. Nada de lo anterior es malo. Pero todo lo anterior ha perdido vigor, eficacia, garra. Y Cristo debe recuperar, debe poseer todo vigor, toda eficacia, toda garra. Hoy como ayer y como mañana.

Así sueño yo, así sueñan conmigo millones de fieles a sus sacerdotes:

-Los hombres han perdido el verdadero sentido de su vida. Me necesitan para hallar de nuevo ese sentido. BIEN.

-La gente no tiene tiempo para pensar. Me necesitan para que yo piense por ellos. BIEN.

-Los hombres buscan la felicidad. Yo poseo esa felicidad. Sé cuál es la fuente, la raíz, el motivo. Sé dónde está esa felicidad que todos buscan. Y debo dársela, aunque ellos sean tan torpes que no la quieran recibir. BIEN.

-Cuando me vean, deben ver a Cristo. Cuando me oigan deben oír a Cristo. Cuando me sigan, deben seguir a Cristo. Cuando me amen, deben amar a Cristo. BIEN.

-El que se acerque a mí tiene que hallar consuelo, serenidad, paz. He de ser agua para que los demás beban, pan para que coman, aire para que respiren, luz para que vean. BIEN.

-Debo estar lleno de Dios para dar a Dios. Lleno de perdón, de misericordia, de amor. Lleno del Cristo de ayer, de hoy y de siempre. BIEN.

-Pondré en mis palabras al hombre y a Dios. A Cristo y al siglo actual. A Cristo y al mundo de hoy. A Cristo y a Sara Montiel. Cristo y los Beatles. Cristo y Kennedy. Cristo y el Golfo Pérsico. Cristo y los astronautas. Cristo y todo, menos el pecado. BIEN.

-Dispuesto a ser hostia, a ser víctima cada minuto. Esto me va a costar tiempo, dedicación, dinero, tabaco, aburrimiento, entrega, donación mía total y continuada. Y así hasta la muerte por Cristo, en él, y con él, tal vez sin recoger ni una espiga de fruto si él así lo desea. BIEN.

Así diría un seglar gris y corriente, perdido en una parroquia del Alto Aragón y que ama mucho a los sacerdotes, que deberían ser los curas de hoy, los curas de aquí. Conozco curas de esa talla. Muchos. Lo que pasa es que, como chillan menos que los otros, apenas se les oye. Pero Dios y los hombres que les rodean, conocen la bendición que suponen estos hombres consagrados a Dios, en estos asendereados tiempos y en este asendereado mundo que nos ha tocado vivir.

Valentin Galindo

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Valentín Galindo
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Barcelona, España

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