Testimonio de Bartolomé Riutort Catalá q.e.p.d.

BARTOLOME RIUTORT y Efisio

Ya estas en la Ultreya celeste cantando con todos tus amigos
DECOLORES delante al Señor.
Gracias por tu vida, gracias por tu exemplo de perseverancia…..
Hasta siempre querido amigo Bartolomè
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Después la muerte de Eduardo yo fue en Palma un rato bastante largo para entrevistar casi todos lo supervivientes del los primeros Cursillos, y la entrevista con Barlolomè fue para mi un gracias de Dios y un su lindo regalo. Me recibió e en su casa con tan cariño y felicidad por poder hablar de Eduardo e de los principios. Hoy, a unos días de su departida hacia el Padre ,quiero regalar a todos los Cursillsitas de mundo su testimonio .. para que cada uno sepa quién era Bartolomè Riutort Català y su gran compromiso con los cursillos desde el principio.

En mi entrevista hacia solo una o dos preguntas iniciales, y dejaba que el entrevistado hablaba libremente de lo que quería, sobre Eduardo y sobre los principios de los Cursillos.
Efisio Pilloni
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Mi nombre es Bartolomé Riutort Catalá, tengo 86 años y ya soy de las promociones de los primeros, somos como los dinosaurios de los Cursillos, con Eduardo nos conocimos en el año 1928, íbamos al mismo colegio en los padres Agustinos, en la calle del Socorro y yo era bastante más joven que él, con seis años hay diferencia en esas edades, él era de los últimos cursos y yo era de los chiquitines, pero como yo tenia un hermano mayor, ya más próximo a su edad y la primera relación fue con mi hermano y después conmigo, con todo lo que iba ocurriendo.

Siempre hemos tenido a Eduardo como una persona que la podíamos catalogar diciendo que es una persona: inimitable, inigualable e inaccesible. Podemos vivir, compartir con él, pero tiene unas características de familia y personales que son excepcionales y él las ha sabido aprovechar, no sólo aprovechar, sino que les ha sacado todo el jugo posible para llegar donde ha podido llegar.

En principio éramos Acción Católica y teníamos la cuestión el apostolado parroquial y después él entro en el Consejo de los jóvenes de Acción Católica, ya éramos mayores, él ya tenía sus veinte y pico de años y yo unos catorce o quince años.

Su Espíritu de investigación, captación de ideas, el idealismo y todas estas características y circunstancias, las poseía casi, diría yo, innatas por su afán de saber, de entender, de interpretar y de buscar todo lo nuevo, todo lo novedoso que daba un movimiento digamos a la Iglesia que él se adelantaba a todo muchísimo en todo esto, estaba muy por encima de muchas situaciones, pero él estaba en esta avidez de adquirir ideas, adquirir conceptos, investigar escritores, teólogos, literatos, toda esa cuestión la tenia tomada, y no digamos ya, los Evangelios, la Revista de San Pablo, Santa Teresa y San Juan de la Cruz, etc…

Él arrancaba siempre con la experiencia que tuvo en el Servicio Militar y que lo vivimos todos más o menos en aquellas fechas, la cuestión de: ¿Cómo estaba la gente ante el fenómeno religioso?

El problema era que la gente consideraba, al menos parte, a Dios como si fuera un Policía, es decir, con un código de circulación, con el palo arriba y esperando que uno infrinja para poder ponerle la multa, esto era el concepto digamos… como la has hecho, pues la pagas. Entonces pues Eduardo veía que había en esta situación, por parte del personal, un desconocimiento de lo que es la “doctrina” y lo que es la “ley” de Dios, que no es una “ley” férrea. Y su principal inquietud era la de Santa Teresa, del Amor, el Amor lo suple todo y San Pablo lo mismo, si no tengo Amor no tengo nada, puedo ser rico, puedo tener dinero, puedo gastarlo todo pero si no hay Amor, si no tengo la Gracia de Dios, no sirve para nada.

Entonces él viendo la gente la idea que tenían, adoptó esta posición. Primero, conocer perfectamente la “ley”, y saber también, que por encima de todo, es Dios que nos ama, dar a conocer este concepto de Amor de Dios hacia nosotros. No es que quiera esperar a que uno se rehaga, no, él ama sobre todo, en todos los conceptos. En el Evangelio lo vemos, en “El hijo prodigo” el proceso de amor del padre es inexplicable, para mi divino, pero cuando el Padre le ve… pues lo mismo nosotros. Tenemos nuestra vida, nuestros fallos, nuestros pecados, nuestras cosas y Dios nos ama tanto que puede perdonarnos, nos perdona y nos quiere y nos ama, sobretodo. Estos conceptos los tenía incardinados Eduardo de tal manera, que eran inseparables, imperdonables y que no se podía prescindir de esta situación. Con estos detalles se metió, con todas estas cosas que él mismo explica en sus libros y en sus escritos, sobre esta parte de ganar primero el corazón de la persona, ganarlo con el corazón, para llegar a la cabeza y por la Gracia de Dios cae de Rodillas. Esta es la actitud que, normalmente, esperamos de los Cursillos, al hablar del Ideal, al halar de los Rollos de Estudio, de Piedad, de Acción, están todos incardinados en esta postura, ganar el Corazón, Cabeza, Rodillas, esta es la actitud, si logramos alcanzar estas tres posiciones, tenemos ganado al individuo. Eduardo, incluso, se presentó en su casa, seguro que lo has leído, un hombre que conocía, que quería ir ha hacer un asalto, y le dijo a Eduardo: necesito un pasamontañas para hacer un asalto, Eduardo le contesta necesitamos dos, por qué yo voy contigo; donde vas tu, voy yo, entonces aquel hombre quedo desarmado, no, no quiero que vengas por que a mí me meten en la cárcel y te meterán a ti también, yo no quiero que vengas; pues no hay pasamontañas ni hay nada. Anécdotas así, muchísimas.

La formación suya, ha tenido un gran privilegio con su familia, con sus venerables padres, a su abuelo no lo conocí, pero sus padres tenían una piedad envidiable, y claro, nunca le pusieron ninguna pega, en sus actitudes y actividades apostólicas, ni reuniones con muchachos, ni reuniones en tal sitio, ni ejercicios espirituales, retiros, nunca le pusieron ninguna pega y cuando ya entro en el maremágnum de los Cursillos, que ya ha dado la vuelta al mundo, él decía: nunca me pidieron que tiempo he estado, donde he estado, que he hecho, en el sentido de criticarle o ponerle ciertos límites, no tenia límite, en sus prácticas, además en su familia, cuando murió su madre, Eduardo dijo, aquí en esta casa hay dos Cirineos: son Jorge –que era su hermano que estaba en la oficina con él y la hermana Josefa, que era el cerebro de las féminas-, dos capítulos muy interesantes, Jorge y Josefa que era, en fin también, una de estas apostolarra grandes, grandes, grandes.

Por eso, se pudo dedicar al Movimiento y pudo hacer lo que hizo, normalmente, ninguno de nosotros hubiera podido hacer lo que él hizo de navegar por todo el mundo, explicando por todo la casuística del Movimiento y el sistema de Cursillos, por que no había posibilidad, entre estudios, trabajo, y tal, pues no… incluso por la situación familiar, hubiera habido muy pocas familias que hubieran podido permitirse el lujo de que un hijo saliera… dispergado por ahí, predicando la palabra de Dios y con sus hermanos, ya digo, fue una gran cosa.

Eduardo tenía la visión de que todo el mundo tenía su punto donde dar en el clavo, para poder meterle mano y poderle dar este cambio, que decimos, de corazón cabeza y rodillas, esto lo tenía muy bien programado, y tenía una gran visión de este tipo apostólico.

Y así como cuando entramos en la Acción Apostólica, la cosa estaba un poco… cuadriculada, que si encuadrado en la parroquia, que si las acciones apostólicas eran un poco ambiguas, no demasiado destacadas, y Eduardo no podía consentir que el Espíritu emprendedor de entusiasmo se ahogara, un poco, con el encasillamiento de la organización dentro de la Iglesia, y así en este sentido era un poco “revolucionario”, de donde tenía el escape para el apostolado no tenía límite, había que darle pierna suelta, camino abierto para poder ejercer su apostolado, en el sentido como él tenia pensado.

En la Acción Católica había mucha gente que colaboraba, pero como compromiso bien, por el Obispo, recuerdo que el primer presidente que hubo de la Acción Católica de Mallorca que fue Juan Marques, este señor hizo el favor al Obispo de ser el Presidente de los jóvenes de la Acción Católica. Hizo bastante este señor por que lo mandaron a una peregrinación a Roma cuando el Papa Pio XI, por motu propio y en acción de fe, dijo que: quería una cristiandad ejemplo y guía para el mundo profundamente enfermo, y juntamente con don Manuel Aparici y con todos los que había en aquellas fechas, en Acción Católica, hablo del año 1934, que la peregrinación
hasta Roma se hizo este año, y estuvieron en el Coliseo en una asamblea estuvieron con el Cardenal Roman, en aquellas fechas, que les dijo: -cogiendo las palabras del Papa, por que los españoles dijeron, don Manuel Aparici y toda esta agrupación; nosotros queremos ser la Cristiandad ejemplo y guía para este mundo profundamente enfermo. Y el Papa les respondió diciendo, lo mismo que dijo Jesús a sus apóstoles: podéis beber del cáliz que yo he de beber, como diciendo, os cojeéis una empresa colosal, y pagamos en aquellas fechas, o pagaron los que estaban en la edad, por que yo estaba exento, de la cosa que paso en España, que la juventud española bebió del cáliz que Dios les daba, por que las muertes que hubo y los asesinatos que hubo tanto de un bando como del otro, en cuestión de hacer esta renovación en este mundo profundamente enfermo que lo queremos sacar y murieron muchos de una parte y de la otra y la juventud española pago con su sangre respondiendo a este, podemos, pasar el cáliz, yo no por que era joven y no hacía el servicio militar.

Y claro, en esta posición, dijimos aquí hay que hacer algo, que podamos remover toda esta cuestión y entonces surgieron los Cursillos de Jefes y Adelantados de Peregrinos que los organizó el consejo superior, con Aparici y todos estos que estaban a la cabeza y cada año por Semana Santa nos daban un Cursillo que duraba toda la semana, ocho días y teníamos unos rollos que eran muy parecidos a los que dan ahora, hay algunos que no, pero al principio era así, sobre todo la piedad, estudio y acción estos estaban incluidos y también el plan de vida, se precisaba un plan de vida para ejercitar todo lo que se tenía que hacer, si no había un buen poso de Piedad, Estudio y Acción no cuajaba. Muchos de los que iban a estos Cursillos, estaban provocados, o patrocinados como compromiso, id, por que van los de las parroquias, unos de allí, otros de allá e iban a estos Cursillos.

Realmente, los centros que enviaban a esta gente a estos Cursillos de Adelantados, tenían un cierto espíritu, había pueblos que vivían esta situación, San Juan, Felanitx, Manacor, muchos centros, pero siempre existía ese especie de compromiso con la jerarquía, con el sacerdote, con el párroco, con el obispo con el propósito de dorar un poco la píldora, y esto es lo no trago nunca Eduardo, ¿hacer favor a la Iglesia? –No, se trata de hacer un favor a la Iglesia, vamos a cuerpo limpio, no ha hacer favor. El favor nos lo da la Gracia de Dios a nosotros.

Y aquí está su selección, de la cuestión de Cursillos de Cristiandad, bueno luego se llegaron ha hacer siete u ocho, antes de estar numerados, y ya en estos primeros Cursillos, Eduardo ya veía la cuestión de los selección a los Cursillos, es decir la NO selección de los asistentes a los Cursillos, sino que podría ir cualquiera, quienes fueran, de donde sean, de la condición social, condición religiosa, la que sea, a meterlos ahí y darles a entender el panorama de la vida en Gracia y todas estas cuestiones que nos preocupaban, el apostolado y todo lo demás. Entonces, él tenía también su criterio de que era necesario, era muy importante hacer esta mezcla de
“personajes” que no fuera todo uniforme, ni uniforme la categoría religiosa, ni uniforme en lo económico, ni cultura, ni carrera, ni títulos, ni todas estas cosas, esto no era prescindible, incluso era mejor, que se ha demostrado después que hubiera esta mezcla.

Recuerdo que uno de los primeros Cursillos, el primero de todos, el que se celebró en Santanyi, que no está numerado, el primer numerado fue en Santo Honorato, pues recuerdo yo, como materialmente se organizó de la cuestión, económica, de situación social, de edad y tal, y no sé, cuantas veces, que este chico que por entonces tendría veintiún años o veintidós, no lo sé, hizo presión a Eduardo para que hiciera un Cursillo como el que hacían, de Adelantado y de Peregrino, para invitar a un grupo que yo tengo, y a Eduardo, este grupo no le acababa de gustar, por que esta diversidad parecía que no se daba en este grupo. Entonces yo recuerdo, en propias palabras del que organizaba este Cursillo, en el sentido material, por qué espiritualmente ya estaba diseñado, había que hacer esto, esto y esto, pero como arrancamos, y el arranque en el aspecto material, es decir, de proporcionar gente para asistir al Cursillo, este muchacho de Felanitx, se llamaba Francisco Oliver, de las “cuatro ramas” de la Acción Católica. Y sé de la presencia de este chico cuando estaban planeando el Cursillo y le dijo, tengo el chalet, tengo la cocinera, tengo los individuos, y Eduardo parecía que no daba el brazo a torcer, hasta que uno del Consejo de la Acción Católica dijo; pero Eduardo, este chico, un domingo por la tarde, venir de Felanitx a Palma para hablar de esto y tu ponerle ciertas pegas… y al final cedió, por qué este grupo, que al parecer era muy homogéneo al final no lo era, por que había un intelectual, que llego a ser Catedrático, luego había un apasionado de la poesía, y después había alguno otro más que… me acuerdo de Onofre Arbona que era un señor que un
administrador de fincas, y luego había otros más y esto parecía que era el sistema que a Eduardo le gustaba y entonces con esta situación accedió y se dio el Cursillo.

Total que el Cursillo tuvo un buen resultado y de ese surgieron seis o siete, y cada uno bajo este enfoque. Uno que recuerdo muchísimo fue el de Cura, que fue profesor Miguel Fiol, ya había hecho con anterioridad Cursillos de Adelantados, ya con una piedad bien organizada, con una formación, etc… y los que subían pescados, eran de aquí y de allá, y así como subían hacía el monte de Cura para hacer el Cursillo, quien más quien menos, a uno le salía una blasfemia a otro una palabrota, y Fiol se puso las manos en la cabeza y dijo: ¿Eduardo que traes aquí, que vamos ha hacer con esta gente? -No te preocupes, decía Eduardo, tu sigue adelante. Se hizo el
Cursillo y fue extraordinario, uno de ellos, que salió de este Cursillo, fue Guillermo Font que fue un espadachín, en eso de Cursillos, yo incluso recuerdo, con eso de la variedad de la cosa. Yo recuerdo en otro Cursillo en San Honorato, que vino un señor, que luego de ir a Cursillos llegó a ser jefe de trafico de Baleares, Tomás Sastre, habíamos hecho el bachiller juntos, y yo estaba de rector, y yo hice una gran presunción de demostrarme ante él, que ya era abogado, pues yo tenía que lucir mi poderito, y yo hice todo lo posible para hacerlo bien, en fin para hacerlo académico, todo lo que sea con argumentos, todo lo que tenía, sacando todo lo que habíamos
aprendido en el Instituto, en Cursillos, la filosofía, la ética, todo lo saque a relucir, para convencerle en una palabra, y al final en la Clausura o después del Cursillo, no lo recuerdo exactamente, le dije: Tomás, ¿qué te ha parecido el Cursillo? Yo todo hinchado, creía que me iba a alabar y a lavar la cara, que me pondría en un pedestal, y me dijo: Ni tu, ni ningún cura, ni nadie de los que estáis aquí me ha convencido, excepto este “brutote” que nos mataba el cordero, he visto la plasmación de la gracia de Dios en este individuo, que es un petardo, es un lo que sea, pero he visto la gracia de Dios en este hombre, los demás no me habéis convencido. Aquí salió más reforzada la idea de Eduardo de que un juez con un labrador, o un catedrático con tal, un director de empresa con un político, quien sea, eso le da a uno un revulsivo para cambiar de patrón, cambiar el chip del individuo es ver plasmada la gracia de Dios en quien sea, esta es la medula de Cursillos y esto de la selección que Eduardo ya tenía en mente, ya
decía que no hay ni rico, ni pobre, ni sabio, ni ignorante, ni ilustre que se pueda desentender de la situación cuando ponemos a Dios y el apostolado en común y en vivo, entonces esto suelda, esta a la temperatura para poder ver esta soldadura y así vemos abrazados a patronos con operarios, a sabios con un labrador, un juez con un “patan” diríamos, que a veces este tal “patan” puede llegar a ser un Fray Escoba o un Santo que con toda su ignorancia, ha llegado a los altares, entonces se puede llegar de todos los sitios. Todo eso, ha sido una idea que ha sido muy acertada, incluso también la edad, la diferencia de edad, tampoco hay límite en esta situación.

Aquella clasificación que teníamos en la Acción Católica, hombres, mujeres, tal i cual, entonces había obreros de la Acción Católica, intelectuales de Acción Católica, gente especializada, no esto no entraba en el guión de Cursillo, que precisamente esto ha hecho posible estos revulsivos que ha producido estos cambios tan extraordinarios en la obra de Cursillos. Para eso ha vivido Eduardo, para eso esta él metido en el ajo de todas estas cuestiones, y además a sido una idea surgida, digamos, del pueblo, no es la jerarquía, es el pueblo que ha levantado esta situación. Esto es otra cosa que también llevaba un poco… Eduardo, que era un movimiento seglar, que no era propiamente un movimiento de la iglesia jerárquica, sino que era un movimiento de la iglesia sencilla, vulgar, del pueblo y de todos los estamentos, o sea que tenía que haber este revulsivo para que quedaran encuadradas, quedaran vinculadas a la vida de Gracia y apostolado, pero sin encasillamiento de todas estas cosas, sino todo el conjunto llegara a esta situación. Esto ha hecho que Eduardo haya podido ir por aquí y por allá, por Norteamérica, América Latina, la India, la China, Japón, Corea, el otro día había por aquí un Arzobispo de Corea, que tuvimos una misa con él en San Honorato.

Esto ha sido, digamos, el triunfo de los Cursillos, al fin y al cabo ha sido un triunfo de la gracia de Dios, sin ninguna limitación, sin ninguna situación de encasillamiento, ni nada de todo esto. Esto lo tenía Eduardo en mente, que quizás, era difícil de dilucidar de ponerlo en el camino, de ponerlo en marcha, por estas situaciones él ya llevaba una carga extraordinaria de estudios, de autores y de ideas, la iglesia avanza por los que están en punta y están en el peligro de salir o entrar, pero aquí está la llave del asunto y esto Eduardo lo tenía claro por esas raíces, su inquietud por averiguar cosas por saber cosas por tener ideas, por ver quien esta en la
avanzadilla y por saber quien está en el retroceso por que las malas ideas, hay que ver lo bien que las argumentan los que están en otro estado, y ahora ahí que ver como está, por que hemos llegado, desde que estaba perseguido por la ley en todas las naciones, ahora se pone en el candelero. Y así ha sorprendido a mucha gente esta situación, yo me acuerdo un escritor de aquí de Palma, muy importante, escribió un articulo sobre la muerte de don Juan Capo y lo puso a la altura del betún, dijo que era un teólogo no sé que, un tal, y que los Cursillo habían terminado y no había nada. Yo luego le puse un articulo en el periódico que le deje k.o. y dije; hay ciento cincuenta o ciento sesenta reuniones de grupo, tal, tenemos tantos Cursillos, tenemos tantos secretariados en el mundo, y hacen tantos Cursillos, y tal, si cada a cada Cursillos van tantos… cada mes pueden salir unos treinta mil o cuarenta mil Cursillistas. ¿Esto es muerto? ¿Esto está acabado? Pues si esto esta acabado, esta usted en la luna caballero. Entones mi hermano me dijo: este te va a contestar, ni mu, no dijo nada.

Cuando hicimos los primeros Cursillos, casi casi no salíamos de cuatro o cinco o media docena, diez a lo máximo de Rectores y Profesores, Eduardo, Andrés Rullán, que fue presidente de Acción Católica, Guillermo Estarellas, servidor, mi hermano que fue al primero de todos en Santanyi como profesor, y vino entusiasmado, pero después él fue a Cursillos, y todavía tengo el estrujamiento que me dio en el abrazo, al haber vivido el Cursillo, Cursillo, yo dije: ¿Qué ha pasado con este apretón tan fuerte que me has dado, casi me he desmayado, y él dijo, ha sido de la emoción de vivir el Cursillo, como Cursillista. Yo creo que eso fue por que había experimentado una mayoría de edad, fruto de esto que le dio por darme este abrazo tan monumental y quede sorprendido.

Pues hacíamos los Cursillos y Eduardo decía: cada uno tiene su tipo, por ejemplo decía; voy yo que soy el más tonto de la casa –el siempre lo decía-, luego viene Rullan, que era abogado, yo que era ingeniero, pero todo era uniforme, no había distinciones, pero Eduardo debió ver la legislatura por parte de Rullan y la cuestión técnica por mi parte, y con Guillermo Estarellas era el gran improvisador. Guillermo improvisaba un Rollo de lo más precipitado que sea, estaba Andres Rullan que tenía que ir a uno de estos primeros Cursillos y no pudo ir, tenía que dar el Rollo de Acción, y Guillermo dijo; ya lo haré yo; y se cogió el símil de la locomotora de Santa Fe y en todos sitios puso cursillistas, si las ruedas, si los vagones, si las tracciones de las máquinas… yo que sé, mil cosas, era un gran improvisador y como improvisador nació la canción “De Colores”. Estábamos en uno de estos primeros cursillos, subíamos a Sant Honorato en uno de esos autobuses muy antiguos, que no tenían ni pasillo en medio, entraban por cada parte… y subimos allá, de noche, oscuro y en aquella montaña, si alguno se quería marchar, ni sabia por dónde ir, para marcharse, llegamos de noche, total que, después al final del Cursillo, después de la Clausura volvía el autobús a recogernos, y en este Cursillo, resulta que no subía el autobús, y mientras esperábamos estamos cantando canciones y tal, pero la cosa languidecía, pasaron un cuarto, media hora, una hora y eso se muere, y yo le dije; esto Guillermo, hay que…
levantar los ánimos, a ver si cantamos algo distinto, entonces él se soltó con el “De Colores” –canción que recordaba que cantaba un amigo suyo que compartía piso en Valencia, cuando estudiaban la carrera-.

Al cabo de unos días, Eduardo se encontró con un Cursillista y le dijo: ¿Qué? ¿Qué tal el Cursillo? Y aquél hombre le contestó, con un entusiasmo y con una explosión tan… ¡De Colores!, entonces Eduardo dijo; ¡Eso es! Eso “De Colores” hay que explotarlo. Y a partir de aquí ha salido la canción De Colores y ha sido el símbolo de los Cursillistas.

Hay que decir, tiempo después, que los Cursillos no sentaban demasiado bien a ciertos sectores, tanto religiosos, como eclesiásticos que no tragaban la píldora, unos, fue como un hecho temerario por que les sobrepasaba su ambiente apostólico de captar gente, parece que, Dios me perdone, no podían que este fenómeno ocurriera, por que ellos no se vieron capaces, o no sabían hacerlo, o no les salió como ellos esperaban, pero al ver este gran éxito, se ve que algunos, torcían el morro y decían; bueno… eso… vete a saber… Y entonces hubo partidarios de sí y partidarios de no. Por eso progreso más el no, que el sí, y llego a las altas esferas, incluso al Nuncio, y había unos ingenieros que estaban trabajando en el edificio de la nunciatura de Madrid, y uno de los técnicos, no sé si era Ingeniero o Arquitecto, que era hermano de uno de los más disidentes de aquí, que era el doctor Torres Gost, un sacerdote muy sabio, muy inteligente, muy… pero estaba en este clan que no… que lo de Cursillos era una cosa
tal. Llego a calentar al Nuncio que esto era una herejía, que se yo… y llegaron a informarle así y con los informes que tenían de los de aquí, sobre todo los curas mayores, también estaban en esta situación, total que se llego a mover al Obispo Hervás y se lo llevaron de aquí y nos trajeron a otro señor obispo. El Espíritu Santo nos trajo a otro Obispo, ya veremos al final que nos dirá, hemos de suponer que todo irá bien. Pero, salió un poco con desgracia, por que eliminó, prohibió la celebración de Cursillos hasta nueva orden y se queda todo suspenso y en el señor Obispo Enciso hizo una encuesta con todo el clero, que le dijeran todo lo de Cursillos, que pros y que contras había y al final saco una pastoral. Y las palabras que dijo, si yo las hubiera podido borrar las hubiera borrado por que dijo: Se da la casualidad que los que hablan
mal de Cursillos no han estado en Cursillos. ¡Hombre! Por el amor de Dios, esto no lo diga usted, por que los que hablan bien son los que han ido, esto es lo lógico. Y con la idea, de los que hablaban mal, o sea de los que no habían ido se argumentaba toda la pastoral. Total, nada. Esto era alrededor del año 56, yo entonces era el presidente de los jóvenes de la acción Católica, antes lo fue Eduardo, después Rullan y luego yo, y por aquellas fechas, en el año 53, 54, cuando el Obispo Hervás hacía poco que se fue y yo pensé casarme en el 55, pero el nuevo Obispo no había tomado posesión, y yo que conocía a Ventura Rubí, que estaba en Madrid en Ciudad Rodrigo, le dije si me acompañaba a pedirle al señor Obispo que tenía que venir a Mallorca si me quiere casar, Ventura respondió; a bien, bien, bien… Fuimos y yo me presenté como presidente de los jóvenes de la Acción Católica, la primera persona, digamos del apostolado masculino joven. El Obispo me dijo que sí. Al llegar aquí salió la pastoral, y yo ya tenía el compromiso del Obispo que me casaría, y cuando vio lo que pasaba me envía una carta y dice: muy bien, accedí a celebrar tu matrimonio, pero tómalo como el servicio que has prestado a la iglesia pero sin más complicaciones, queriendo decir de Cursillos no quiero saber nada. La carta se la dí a don Juan Capó, no la tengo, se la dí, y dijo: -bueno, que le vamos ha hacer.

Total que luego el ver el desarrollo que tuvo los Cursillos por todo el mundo, entonces el Obispo de Mallorca tuvo que disimular, y con mucho respeto, hacía el ridículo, por que por todas partes le llamaban, tal y cual… los organismos internacionales de Cursillos, luego desde Madrid, etc… Madrid progresaba y Palma no y por todo el mundo, en fin, por que aquí no podíamos hacer Cursillos, reunión de grupo, nada. Y al final, desistió y dijo: Bueno, vamos a organizar un Cursillo y tiene que ir este que esta en Felanitx, y me mandó a mí como Rector del primer Cursillo que se hizo después de prohibirlos. Y me dijo: No quiero que habléis de las cosas que se dicen tal y cual. No se preocupe vuecencia aquí se hablará sólo, de lo que se ha hablado siempre en Cursillos, no, no se van a meter cosas que no sean de su agrado, y en efecto, luego hice un artículo en el periódico: no cambie ni una gota del Cursillo de antes con el que hacíamos en aquel momento, o sea que no se cambio absolutamente nada, por qué no había nada que cambiar, por que todo eran bulos, que habían salido, que hacían cosas raras, hasta incluso un cura, un cura que ha hecho que más, que yo ingresara en Acción Católica, me cogió y me dijo: Tu no comulgas demasiado, ¿qué pasa aquí? Y nada, me copio un poco y yo luego me junte con Pedro Amoros y luego con Moncadas.

Y detrás de esos que era detractores de Cursillos, uno era don Luis Fiol, que estaba en la Iglesia de la Santísima Trinidad y nosotros le decíamos; Usted es más que el Papa. ¿Cómo que soy más que el Papa? Sí, por qué el Papa es el vicario de Cristo, usted es el vicario de la Santísima Trinidad. ¡Hombre, por Dios! Bueno, y este señor, pues cierto día me cogió y me dijo: Yo sé que estas en Cursillos, pero hacéis ciertas cosas que no las podemos tolerar. Le dije: a ver qué cosas. Sé que hacéis una procesión los orinales por el claustro de Santa Lucía, corréis de arriba abajo. Y yo le dije: Don Luis, si usted viene a Santa Lucía de Director Espiritual, y tiene pipi de noche, tendrá que ir al lavabo público por que en las habitaciones no hay orinales, por que esto y todo lo que se inventan son puramente ridiculeces, esto no es verdad, además si se hubiera hecho una vuelta con orinales, bien, ahora si hubiéramos hecho una procesión del Corpus con orinales, hombre, por Dios.

Otro caso de una persona muy al contrario de Cursillos, mira a mí no tenéis que explicarme historias, por que yo sé lo que es conducir almas, y que me digáis que os lleváis, veinticinco o treinta chavales, hombres, varones, lo que sea, y en tres días les dais la vuelta y santos y beatos y tal, naranjas de la china. Yo estoy de rector en Mancor, y para tener un montón de cinco o seis chicos y chicas que más o menos, estén ahí y tal, me tengo que levantar a las seis de la mañana, me pongo en el confesionario, me pongo a rezar, misas y tal, y me cuesta un imperio mantener esta gente a la parroquia. Y yo le dije: Mire don Miguel, vayamos al grano, usted vaya a un Cursillo, no haga nada, no de ni un rollo, no haga nada, observe y siéntese en el confesionario, nada más. Bien, se hace el Cursillo, a ver que pasará con don Miguel, llegamos a la Clausura, entonces él era el ecónomo de Marcor del Valle, y en la Clausura dijo; yo soy el rector de Mancor, tengo un saco de dinero para hacer la carretera para subir a Santa Lucía, -entonces subíamos a pie, el autobús, no podía subir-, tengo un saco de dinero para hacer la carretera y se hizo la carretera y Santa Lucía es vuestra casa, venid aquí, haced lo que queráis, dad los Cursillos que queráis… Luego don Miguel Femeninas, fue al primer Cursillo de Hombres (que provenían de la Acción Católica) pues se puso al frente como consiliario, y organizó el “Primer Cursillo de Hombres” (no de jóvenes de la Acción Católica, sino de la Rama de Hombres), siendo Munar el Rector. Y yo luego, también se lo dije al Obispo Enciso, vaya a un Cursillo, y haga lo
mismo que don Miguel, confiese a tres o cuatro de esos espantados y oirá lo que dicen esa gente… Y es que este señor, don Miguel Femenias, quedó arruinado cuando oyó todo lo que le habían contado, las confesiones que les debían hacer, que no las dijo nunca como es natural, pero se ve que aquello de debió revolver el corazón y luego fue cuando dijo de Santa Lucia, aquí es vuestra casa, venid cuando queráis, etc… y luego, se hicieron las habitaciones, lavabos, y la de gente que subió a Cursillos fue inmensa.

Sobre la Reunión de Grupo, la fuerza que tiene y el impacto que causa, teníamos aquí un capitán general que no permitía que los soldados fueran vestidos de paisano, nada que pescaron a un Cursillista que iba de paisano y como castigo lo arrestaron y lo enviaron a un polvorín, a Puntiró, este era primo de los Moranta, y este se fue allá.
Total que estando allí se encontró con lo que hay en los cuarteles, comentó algo a la Reunión de Grupo, y Eduardo dijo tenemos que ir a Puntiró a hacer Reunión de Grupo con este que esta arrestado allí, nada que le dije cogeré el coche, como es grande cabíamos los siete en el coche, y nos vamos para allá, fuimos a Puntiró, pedimos por él, salió, y tal, hicimos la Reunión de Grupo con él. Y un soldado que había por ahí, de esos que estaba alejado de la Iglesia, dijo: ¿Siete personas habéis venido de Palma a ver este arrestado. ¿Aquí qué es que les trae? Y él dijo, pues la Gracia de Dios, la amistad, tal i cual y este hombre muy descreído y muy apartado, se sorprendió, total que por la noche le dice: a ver que ha pasado con estos, y al ver que siete se habían desplazado a un penal y tal, donde no pasaban ni coches, ni autobuses de línea ni pasaba nadie en aquellas fechas, y ver que suben siete personas ha hablar contigo y tal: ¡Aquí hay algo! Entonces el Cursillista le explicó lo del Cursillo y el otro dijo: ¡Yo me quiero confesar! Y luego llamaron a Eduardo y le dijo, hombre pues dile que haga un acto de contrición y es como si se hubiera confesado, a la mañana siguiente el Polvorín había explotado, todos muerto, este chico, el otro y todos, todos muertos, nos llevamos un impacto madre mía, pero… que manifestación y que testimonio habíamos dado de la Reunión de Grupo.

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