PUNTUALIZACIONES HISTÓRICAS Primera parte

SOBRE LOS GENUINOS ORIGENES
DE CURSILLOS, SUS IDEAS Y CARISMA FUNDACIONALES 
Del libro MI TESTAMENTO ESPIRITUAL 
Páginas 25 a 28
Eduardo Bonnín

Empecemos por la genuina historia tan manipulada y contada a la carta, según la conveniencia del cada relator. 
COMO SURGIO EN MI EL “ESTUDIO DEL AMBIENTE”

La idea primigenia y germinal de Cursillos nació del choque que se produjo en mí, al enfrentarse en mí persona la educación que había recibido del ambiente que siempre había respirado en el hogar familiar, con el que se vivía en el cuartel, cuando me incorporé, a mis 18 años, al servicio militar, que duro 9 años, y donde, fui soldado de 2da., y no de servicios auxiliares, sino como todos los demás.

Allí se valoraban y se vivían unos valores completamente diferentes y opuestos a los que habían sido para mí norte y guía desde mi juventud.

Este choque, comprobado de continuo en mi vida de cuartel, me lanzo a la siguiente reflexión: a esa gente ¿le pesa la Ley o ignoran la Doctrina?

Por un sin fin de razones llegué al convencimiento de que, más que pesarle la Ley, era que no tenían ni idea de la Doctrina. De la Verdad, de esa Verdad que, creyéndola con fe y practicándola con alegría, nos hace personas libres.

Los más tenían un concepto errado y temeroso de la religión. Para ellos la religión era una serie de prohibiciones que le obstaculizaban su vivir y les impedían emplear a su antojo la libertad de que podían disfrutar, especialmente entonces al vivir lejos de su entorno familiar.

El cuartel estaba situado junto, casi unido, con el corazón del “barrio chino” de nuestra Ciudad de Palma, y eran frecuentes las visitas colectivas a los burdeles. Por la noche, a la vuelta al cuartel, eran en extremo interesantes sus conversaciones, todas ellas casi siempre girando alrededor de sus frecuentes incursiones en aquel ambiente de vicio.

Nunca me ha gustado plantear cuestiones importantes ante un grupo de personas, me ha parecido siempre mucho mejor hablar de tú a tú, de persona a persona, para así poder iniciar un diálogo constructivo, donde la posibilidad de llegar a entenderse y hasta de conseguir una nueva amistad es mucho mayor.

Siempre intentaba y algunas veces conseguía interrogar aparte al que lideraba la pandilla y casi siempre lo hacía de la misma manera, preguntándole:

¿ Te has divertido ?, la respuesta era siempre la misma: “sí”, pero yo insistía: “¿mucho?”, “¿mucho?”, el respondía: “te diré…” y al llegar al nivel íntimo, personal y confidencial, decía: “No puedo dejar de pensar en mi novia y en el disgusto que daría a mi madre si supiera de estas mis andanzas, además si tengo que serte sincero, te diré que, después de una aventura de esta clase, en mi interior no hay paz”.

Total, que toda mi extensa vida cuartelera la empleé para tratar de saber cómo era la gente, y llegué a la conclusión que en el fondo, pero muy en el fondo, todas las personas son iguales.

Ello arreció mis ganas de profundizar en lo nuclear del cristianismo y mis casi viscerales ganas de leer de siempre se centraron en los libros cuyos autores en aquel entonces estaban en la cresta de la ola de lo cristiano: Hugo Rahner, Karl Rahner, el P.Plus, los esposos Jaques y Raissa Maritain, Karl Roggers, Maslow, León Bloy, Van der Meer de Malcheren, Rene Schwob, Gustavo Thibon, Erich Fromm, Jaques Leclerc, etc.

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