Archivo por meses: marzo 2015

Reunión de Grupo

Del Libro Vertebración de Ideas.
Técnica del funcionamiento

A la reunión semanal que realizarán los grupos se le ha dado un cauce pensado y programado para que en el mínimo tiempo necesario pudiera compartirse toda la vivencia de cada uno durante la semana, y planearse la convivencia para la semana siguiente. Esto sería utópico a Dios y al prójimo. Entonces, compartiendo la vivencia de amor a Dios y al prójimo que cada uno ha tenido en la semana, se logra a la perfección el objetivo pretendido.

Así pues la reunión tendrá tres partes:

1ª) Compartir el amor a Dios.
2ª) Compartir el amor al prójimo.
3ª) Planear la convivencia cristiana de la semana siguiente.

Y estas tres etapas coinciden evidentemente con el “orden de la reunión” descrito en la hoja “Cuento contigo”. Detallándolo lo veremos más claramente:

Invocación al Espíritu Santo.

Así se logra que la amistad que une a los componentes del grupo se eleve conscientemente al terreno de lo Trascendente. Es la toma de conciencia de un vínculo humano lleno de contenido divino. La toma de conciencia de estar reunidos en el nombre del Señor. Es necesario que la presencia del Espíritu Santo dé un sello de trascendencia a lo que en la reunión se viva.

Revista a la “Hoja de Servicios”.

(Todos a todos, la parte de “piedad”) El amor que cada uno tiene a Dios se manifiesta en una serie de actos que en sí mismos demuestran este amor. Tales son los actos de piedad, los sacramentos, etc. Son obras que se dirigen por su misma naturaleza a la gloria de Dios. Es lo que podríamos llamar la manifestación objetiva de nuestro amor a Dios. Por ser la parte de nuestro amor a Dios que más puramente lo manifiesta es lo primero que se convive y se comparte, Porque estos actos son los pilares de nuestra santificación tensa y creciente.

No es pues una rendición de cuentas, ni un control mutuo, sino un compartir gozoso esta faceta de nuestro amor a Dios. Por ello cada uno explica a los demás cómo ha cumplido sus compromisos. En cada apartado de la parte de Piedad de la Hoja de Servicios cada uno dice lo que ha cumplido y cómo lo ha cumplido. Esta convivencia hace caer en la cuenta de los fallos y de las posibilidades de mejorar; hace ver que los hay que no fallan, y a todos estimula a apreciar, vivir y practicar con más ilusión estos puntales de nuestra vida en gracia.

Momento que te han sentido más cerca de Cristo

El amor que uno tiene a Dios no se agota en los actos de piedad, sino que en cualquier acto normal de la vida puede uno sentir más vivo el amor a Dios que incluso en los actos de piedad. Y el amor a Dios no de los actos, sino el subjetivo, es lo que debe compartirse en segundo lugar en la reunión. Este amor subjetivo a Dios que unas veces lo sentiremos muy vivo en un acto normal y “profano” y otras en un acto de piedad, porque no tiene limitaciones de tiempo, lugar o circunstancias, puede ser tan ancho como la vida misma.

Seria imposible compartir cada una de las vivencias subjetivas e intimas de amor a Dios. Por ello se comparte tan sólo el momento en que esta vivencia ha alcanzado su punto más alto y mas intimo. Se ve y se comparte el nivel a que cada uno ha negado en sus relaciones íntimas con Dios. Y compartiendo la mejor de estas vivencias todas las demás quedan ya incluidas y englobadas. Así pues se comparte “el momento de la semana en que cada uno se ha sentido más cerca de Cristo”. Este momento, explicado y comentado, que puede ser la confidencia con el Señor en la Comunión, en la Visita, ante un libro, un hermano o un paisaje, en el peligro o en la paz, en el trabajo o en el descanso. En cualquier momento pueden llegarnos “momentos”, porque el amor de Dios es infinito y todas las cosas nos hablan de El.

El comunicar a los demás la cercanía de cada uno con Dios, aúna más entre sí a todos los hermanos y los acerca más a Dios.

Así pues ya vemos como en estos dos primeros apartados de la reunión se comparte todo el amor que uno tiene a Dios, tanto el objetivo como el subjetivo. Ahora será preciso convivir el amor al prójimo que cada uno ha tenido y practicado en la semana. Un

amor cuajado en obras y en obras sobrenaturales, porque la mejor muestra de amor a los hermanos es procurar su salvación y su vida en Gracia. El mejor amor al prójimo se concreta en nuestro quehacer apostólico. Y éste será lo que se conviva en segundo lugar en la Reunión de Grupo.

Éxito apostólico

Para dar una visión conjunta y global de nuestra actividad apostólica la dividimos en lo que humanamente podemos llamar éxitos y lo que humanamente podemos llamar fracasos. Éxito será la actividad apostólica que salió como se deseaba o que superó por la Gracia del Señor todos los cálculos posibles. Éxito es pues, simplemente, aquella actividad apostólica que nos reporta alegría y nos da conciencia de la realización de las promesas del Señor: “Pedid y se os dará”, “El Espíritu Santo pondrá palabras de eficacia en boca de sus apóstoles”, “Cristo y yo somos mayoría aplastante”. Así pues, la denominación de éxito y de fracaso no es teológica -sólo Dios sabe lo que favorece o contraria la economía de la Salvación- sino tan sólo una apreciación humana.

Se explican y comentan éxitos apostólicos que el señor ha querido tener en su Iglesia por mediación de cada uno. Y de allí todos sacan un caudal nuevo de experiencias, de métodos, de nuevas energías y mayores impulsos. La realidad de la omnipotencia mezclada con la menor circunstancia se ve y se vive, se aprovecha y encauza.

Al ir viviendo y conviviendo los éxitos apostólicos, se ven realizadas las promesas jubilosas que el Señor nos hace en el Evangelio y nos recordó en el Cursillo. Y nosotros hacemos entonces como los Apóstoles que “cuando Jesús hubo resucitado de entre los muertos, hicieron memoria de lo que les dijo, y por esto creyeron con más viva fe en la Escritura y en las palabras de Jesús”.

Fracaso apostólico

Nuestro amor al prójimo manifestado en nuestra acción apostólica no siempre nos reporta alegría y nos da la sensación de lo eficaz, sino que a veces su fruto se dirige a aumentarnos la preocupación y la inquietud. Es aquello que no nos sale como habíamos deseado, cuando la semilla parece caer en tierra pedregosa o espinosa. Muchas veces los fracasos humanos sin culpa nuestra

son sólo el prólogo de los mejores éxitos divinos. Uno siembra, otro riega y otro recoge… Lo importante no es pues tener muchos éxitos o muchos fracasos, sino tener un amor sobrenatural al hermano sin trabas ni condiciones. Lo que importa es trabajar. El salario del apóstol lo fija el Señor.

Además, las contrariedades sirven siempre para desvanecer nuestras falsas virtudes, inducen al examen y a la mortificación, hacen que nos preocupemos más de respaldar con oraciones nuestra acción y que no la emprendamos irreflexivamente. Dios saca bien del mal y nosotras, como hijos suyos, debemos sacar bien de las contrariedades, aprendiendo a soportarlas, entenderlas y curarlas.

El explicar a los demás los fracasos apostólicos el como fueron encajados, da a todos el testimonio de la imposibilidad de desaliento, da nuevas fuerzas ante los nuevos fracasos y da nueva experiencia para poder evitar los fracasos previsibles.

Cómo se cumplió el plan apostólico de la semana anterior

Como después se verá, cada semana se forja y programa un plan apostólico —o varios—. Es preciso pues repasar el estado actual de los planes hechos. Ver si han sido realizados, si pueden perfeccionarse y si la ilusión, la intención y la oración de todos acompañó la acción conjunta de los que debían realizarla. Es preciso no dejar abandonado lo que se empezó en nombre del Señor, y por ello es preciso repasar el estado actual de los planes anteriores. Con ellos pues se hace patente en la reunión la convivencia espiritual y la unión de ilusiones que ha habido durante la semana entre todos los miembros del grupo.

Plan apostólico para la próxima semana

Aquí empieza ya la tercera parte de la reunión: la que se dirige a programar la convivencia cristiana de todos en la semana siguiente. El plan o los planes no son nunca de uno solo, sino que son siempre de todos. Cuando uno actúa los demás forman la retaguardia orante. Por tanto la responsabilidad y la ilusión se hacen comunes. El plan o los planes deben ser concretos. La carencia de planes que estimulen y vertebren nuestro peregrinar motiva siempre un descenso espiritual, un mayor riesgo de rutina “ y una tentación de narcisismo colectivo.

Actividades propias del grupo

De la convivencia y la amistad nace siempre la exigencia de un contacto más intenso. El grupo, además de reunirse para hacer su “Reunión de Grupo”, sentirá probablemente, si está bien montado, la urgencia de compartir más tiempo su vivir. Y estos contactos entre semana, convenientes y hasta necesarios, podrán tener un matiz religioso o profano, aunque siempre serán apostólicos. Así podrá ser actividad de un grupo la visita a Cárceles, hospitales, etc., o bien simplemente la diversión (deporte, excursión, espectáculos) en común, o la asistencia de todos a actos que interesen. Estas actividades propias del grupo hacen cuajar una mejor amistad y por tanto posibilitan una mayor eficacia cristiana del grupo.

Padre nuestro por los fallos de cada uno o por el hermano no asistente.

Es una nota de serena humildad y esperanza, vínculo fraternal de una caridad tensa y vigilante.

Acción de gracias

La actitud filial y agradecida hacia el Señor y hacia la Madre, nunca son una exigencia más ilusionada que tras este contacto intimo de alma a alma, este compartir que enriquece, este planear que estimula y este convivir que mantiene. El Señor ha estado entre nosotros y ha volcado un sinfín de gracias actuales.

A Él y a Su Madre, Medianera de estas gracias, surge espontáneo el deseo de un agradecimiento que ahora se manifiesta en oración y después se manifestará en esfuerzo sereno, entusiasmo equilibrado y entrega consciente.

Si falta alguno

Puede ser conveniente llevarle la hoja “termómetro de la voluntad” con algún rejón que se le clave en el alma. Sin embargo es preciso usar del criterio en este punto para evitar la reacción excesiva y negativa que ello provoca en algunos individuos. A ellos, mandarles la hoja seria confirmarles en su despiste.

CARISMA FUNDACIONAL Y LAS IDEAS FUNDAMENTALES

Autor:  Rodolfo Letona C., Guatemala.

Basados en el capítulo “Contrastes y Coincidencias” de la obra Carisma Fundacional e Ideas Fundamentales del MCC, de Luís Reyes Larios, 2009;  algunos dirigentes del MCC iniciaron un debate en la Escuela Virtual del Movimiento,  debate que ha despertado gran interés en todos o casi todos los frecuentes visitantes de esa página.

Por alguna razón el título de tal debate incluyó el término latino versus (vrs.) que denota rivalidad.  He quitado el “versus” del título de este aporte, debido a que:

  1. No creo que exista o debiera de existir un ánimo de ‘vencedores y vencidos’; y,
  2. Porque considero que ese no era el propósito de quien originó el debate en la Escuela Virtual del Movimiento.

Este aporte va en sentido positivo de querer que se aclaren ciertos conceptos que manejamos constantemente sin que ello signifique que todos los entendemos de igual manera.  Las citas son todas de Eduardo, a quien El Señor escogió para depositar en él Su carisma y suscitar el Movimiento de Cursillos.  Eduardo siempre aceptó este papel de ‘instrumento’ en las manos del Creador.

Es precisamente en el Cap. VIII de “Mi Testamento Espiritual”, pág. 49, Fundación Eduardo Bonnín, primera edición 2008, que leemos:  “[…]  siempre que se me ha pedido quien era el autor de todo he dicho que era el Espíritu Santo, pero cuando se me ha preguntado quién hizo la estructura, quién recopiló las anécdotas, quién hizo los rollos seglares, quién ideó la Reunión de Grupo y la Ultreya, para no mentir, he tenido que decir que era yo”.

Cuando hemos querido ‘resumir’ la razón del origen de Cursillos, hemos repetido que en su momento, en el mundo de Eduardo, se manejaban criterios cristianos que no incidían en la vida de los hombres;  situación que aun subsiste, razón por la cual EB dice que “los cursillos están sin estrenar, como lo están el Evangelio y el Padrenuestro”.

Desde el principio, EB constató, debido a su experiencia en la “mili”, que fuera de los ambientes píos de entonces, se manejaban otros criterios sin valor evangélico ni  ningún valor de nada;  pero, cada uno de esos hombres, tenía un fondo humano fenomenal, a veces superior ética y moralmente, al que esgrimían connotados miembros de la sociedad que él conocía. Este hecho le impactó positivamente y se preguntó si esas personas carecían de principios cristianos porque “les pesaba la ley o porque no conocían la doctrina auténtica”.

Su experiencia le llevó a optar por la segunda conclusión y surge la pregunta:  ¿Quién o quiénes deberían de enseñarles esta doctrina? (Historia, por EB, extraída por FEBA de la revista “Manantial”).

EB tomó muy en serio el siguiente escrito de Pio XII:  “Hay que formarse con rápida y ágil mirada un cuadro claro y minuciosamente detallado de la población fiel y señaladamente de sus miembros más elegidos de los que pudieran sacar elementos para promover la acción católica y, también, de los grupos que se han alejado de la práctica de la vida cristiana, también estas son ovejas pertenecientes a la Iglesia, ovejas descarriladas de las que sois guardianes responsables”. (Las negritas son de mi autoría).

Por inferencia, alejado es aquel que se ha retirado de la práctica de la vida cristiana;  pero nótese, consideración específica para el Precursillo, que también para ellos y para los grupos a que pertenecen, precisa “formarse con rápida y ágil mirada un cuadro claro y minuciosamente detallado de la población (fiel) y señaladamente de sus miembros más elegidos de los que pudieran sacar elementos para promover…”.

Sigue diciendo EB: “Pensé en hacer algo y empezó a surgir aquello del estudio del ambiente, pensé en los de casa, los alejados… y empecé a hacer constelaciones de los individuos para situarme y poder saber lo que podíamos hacer”.  Op. Cit.

La génesis del MCC ha de buscarse en la repercusión que tuvo el conocimiento del ambiente de entonces en un grupo de jóvenes seglares amigos de Eduardo, que intentaron estudiarlo a fondo, allá por los años cuarenta del siglo XX.

La inquietud que les produjo, quedó plasmada en la estructura y desarrollo del rollo  “Estudio del Ambiente”, que fue el primero de todos y el que originó y promovió el que se pensaran y estructuraran todos los demás.  Del cual se extracta lo siguiente:

Lo esencial de dicho Estudio es:

1. La identificación entre ambiente y relaciones interpersonales.

No son los elementos estructurales (cuya importancia es indudable) sino que es la comunicación entre personas lo que determina el ser, el estado y la dinámica de los ambientes.

2. Que dichas relaciones interpersonales se establecen en tres planos claramente diferenciados, que en palabras de la moderna psicología social denominaríamos:

Un plano de identidad  (relaciones entre “nosotros”): que se centra en la relación de cada uno consigo mismo y se desarrolla entre quienes por su mutua identificación pueden realmente expresarse en primera persona del plural (“nosotros pensamos, decimos, nos proponemos,…….etc.)
Un plano de alteridad (el de la relaciones con “quienes nos acompañan en la vida” – nuestros compañeros —), que expresa la proximidad sin identificación. Un tercer plano, el del entorno (los demás o el ambiente en general) cuya comunicación es esporádica o tiene lugar solamente a nivel de un colectivo.

3. Que el trato adecuado dentro de cada plano, es y debe ser diverso, no tanto por “táctica” como por asumir con respeto la situación de cada persona con relación a uno mismo. Toda eficacia en la fermentación del ambiente se basa en la adecuada relación de cada uno consigo mismo y después en la relación “entre nosotros”.  Pero tratar a “los que nos acompañan en la vida” como nos tratamos a nosotros o entre nosotros, o como tratamos al entorno impersonal, es la causa de la incomunicación existente entre quienes poseen el gozo de la fe y quienes aún no han tenido la suerte de descubrir el Evangelio.

4. El desconocimiento que solemos tener de los otros, aconsejó incluir en el rollo una descripción de actitudes, una tipología, que indudablemente rompía con las esquematizaciones al uso que, o se basaban en juicios de valor,  o en circunstancias ajenas a la persona.

Sin pretender sacralizar esta tipología, incluida en el Estudio del Ambiente, lo cierto es que fue un salto para pasar de los esquemáticos “buenos y malos”, “creyentes y no creyentes”, “practicantes y no practicantes”, “cultos e incultos”, “ricos y pobres”, a un planteamiento que exigía conocer y acercarse a la persona sin exclusiones ni juicios previos.

Así se identificaron:

  • Los que creen en Dios, aman a Dios y quieren hacer el bien.
  • Los que creen en Dios, aman a Dios y quieren estar bien.
  • Los que creen en Dios, pero nada más.
  • Los que no creen porque ignoran a Dios; y
  • Los que no creen porque rechazan a Dios.

No se trataba de etiquetar posturas, sino de dejar de valorar y enjuiciar a las personas más acá de sus intenciones, es decir, sin conocerlas.

De los tres tratamientos diferenciados que se proponían para cada uno de los “planos” de comunicación, nacen, por inducción, los tres elementos básicos del método de Cursillos.

. Lo que se proponía para “los demás” o “el ambiente en general” da pie a la articulación del Precursillo.
. Lo previsto para “quienes nos acompañan en la vida” (nuestros compañeros, prójimos o   próximos) no es ni más ni menos que lo que explica el Cursillo.
. Lo que se preconizaba en el “nosotros” es la clave del Poscursillo.

Valga quizá recordar que  en el segundo plano (Cursillo) se indicó que el camino lógico es la aproximación a la persona, y el iniciar la relación por “el corazón”, para continuar con “la inteligencia” (la cabeza, en los primeros escritos) y debiéndose sólo después espolear su “voluntad”, para que ella (la persona), en su integridad, pueda reconciliarse consigo, con la realidad y con Dios. Compárese este itinerario, por ejemplo con la trayectoria secuencial de los rollos seglares del Cursillo.

El hombre puede ser más y mejor……………………       IDEAL
Puede serlo donde está…………………………………      EL SEGLAR EN LA IGLESIA
Si (descubre) su corazón –con espontaneidad…………  PIEDAD
Si (asume) su inteligencia –con convicción……………     ESTUDIO
Si (orbita) su voluntad – con decisión…………………      ACCION
y su persona en su globalidad…………………………       DIRIGENTES
Si acepta que su realidad está integrada por personas..ESTUDIO DEL AMBIENTE
a las que puede ayudar…………………………………       CRISTIANDAD  EN ACCIÓN
Siempre que se realice de una forma personal   ………. CURSILLISTA MÁS ALLA DEL CURSILLO
En amistad………………………………………………          REUNIÓN DE GRUPO

Lo esencial es captar que esta idea germinal, motivada para acercarse a las personas sin manipularlas, en nada apunta a la mera presencia de tales personas a unos actos, ni a su militancia en un sector determinado, profano o intra-eclesial. No buscábamos que las personas asumieran nuevos compromisos, sino que aceptaran a dar sentido al propio compromiso, al que ya tienen en la realidad, cuando no han sido manipuladas previamente. A ese compromiso que nace de la vida, y singularmente de la convivencia, se deseaba y se sigue deseando convertirlo en un compromiso de amistad. Nada más, pero también nada menos.

Este brevísimo y comprimido resumen es la base de toda la metodología (lo que se hace), mentalidad (porqué se hace), finalidad (para qué se hace) y sistemática (con qué y cómo se hace); tal como se inician las “Notas preliminares” de Vertebración de Ideas”, pág. 23 de la edición de FEBA, 2004.  Este resumen se aleja bastante del contenido de IFMCC en sus dos ediciones.

Para agregar más a las diferencias entre el Carisma Fundacional y las Ideas Fundamentales, compárese la definición que EB da del MCC con la que aparece en IFMCC I y II:  “El Movimiento de Cursillos de Cristiandad es un instrumento que, mediante un método propio intenta y por la Gracia de Dios trata de conseguir, que las realidades esenciales de lo cristiano, se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de cada persona, para que descubriendo sus cualidades y aceptando sus limitaciones, vaya tomando interés en emplear su libertad para hacerlas convicción, su voluntad para hacerlas decisión y firmeza para realizarlas con naturalidad en su cotidiano vivir personal y comunitario”.  (Roma 1998 – Escrito, FEBA).

Finalmente, en su escrito “El Movimiento de Cursillos de Cristiandad”, (FEBA), al hablar de la Esencia y Finalidad, EB concretamente dice:

“El Movimiento de Cursillos consiste en:
Proclamar la mejor noticia de la mejor realidad,
que Dios, por Cristo, nos ama;
comunicada por el mejor medio:
que es la amistad;
hacia lo mejor de cada uno:
que es su ser de persona”.

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ACTUALIZACIONES:

I. Recientemente hemos tenido a la vista el borrador de la tercera edición de Ideas Fundamentales, el que fuera ‘aprobado’ en el VII Encuentro Mundial de dirigentes celebrado en Australia. Lastimosamente esta nueva edición no refleja ni profundiza en el verdadero sentido del Carisma;  ni se apega a las Ideas Fundacionales.  A mi parecer, profundiza aún más la escisión existente entre quienes aceptamos sin reservas el pensamiento del fundador y quienes, desafortunadamente, se han desviado hacia la corriente iniciada en Bogotá, Colombia, en 1968.
II. De última hora la constituye la publicación del OMCC sobre dos noticias muy alentadoras para el futuro del Movimiento: 1) La colocación de la nueva placa en San Honorato;  2)  el Acta por medio de la cual se solicita a Roma, el inicio de la causa para elevar a Eduardo Bonnín a los altares.  Estas noticias son motivo de tratamiento específico.

DE COLORES
Rodolfo Letona C.
11 de marzo, 2015

Los Destinatarios del Mensaje

Poco hemos entendido de La Finalidad de los Cursillos, tal parece que tengamos tendencia de obviar lo no obviable y no prestar atención a lo más importante de La Finalidad: «La Persona».
Mirando de esta manera ya sea por ignorancia, por intereses, o sencillamente por irnos por lo más fácil nos hemos apartado totalmente de lo que pretende El Cursillo, o sea de su concreta finalidad, «La Persona», especialmente a «Los Alejados» como objetivo preferencial aunque no exclusivo, y nos hemos aferrado a valorar «sus circunstancias» estrechando puertas, torciendo senderos y haciendo de las excepciones una norma que violentamente se situa en el otro lado de la calle, convirtiéndose en fuerza antagónica a la sencillez de lo pensado, rezado y celebrado desde «La Primera Hora.
Los Cursillos diseñados, rezados y celebrados por Eduardo Bonnin pretenden llegar a «La Persona» especialemente a los alejados aunque no de forma exclusiva; especialmente diseñados para aquellos que no les ha llegado el mensaje que Dios en Cristo les ama, tambien para aquellos que el mensaje quizás les ha llegado de una forma muy poco atractiva como para enamorarse del mismo, o por lo menos para querer interesarse en conocer algo o todo de esa gran noticia.
Cursillo tambien ha querido llegar a aquellos que habiendo estado cerca alguna vez se han alejado de la Fe por problemas personales, por niñerías, por falta de convicción, por desgano, apatía, o sencillamente por la «sagrada» comodidad del sillon y el televisor, tambien se ha querido llegar a los que siempre prefieren refunfuñar desde las graderías y culpar a otros de su distancia con Cristo y así no dar la cara ni tener que tomar las riendas de la propia vida.
Algunos de esos alejados sencillamente han «metido la pata», o la están metiendo y tienen miedo acercarse a la luz, a tomar un mejor camino, a dejar atrás sus limitaciones y rehacer sus vidas, les es difícil decidirse a dar el paso del acercamiento, seguramente ninguno de ellos va a venir al templo, vendrán como acompañantes, o solamente vendrán a regañadientes los dias de fiesta, a éstos habrá que ir buscarlos e invitarlos, los hay en abundancia en los ambientes naturales en que estamos inmersos, trabajo, escuela, deportes, sociedades etc.
Hay otros que conociendo bien lo que es La Vida en Gracia; han actuado irresponsablemente, y por estar o haber estado viviendo en pecado tienen pena de acercarse, o sienten que nunca serán perdonados, ignorando, u olvidándose que La Misericordia de Dios es mucho mayor que sus miserias y que delante de los ojos de Dios todos somos iguales, que Cristo precisamente vino a la tierra y pagó tambien por sus infidelidades.
Si le echamos una mirada a lo que dice el libro «Evidencias Olvidadas» referente al Pre-Cursillo enseguida nos daremos cuenta que es lo que quiere decir Eduardo cuando habla de «Limpios o Limpiables», veremos que pueden asistir todos los bautizados en nuestra Santa Madre Iglesia Católica, allí veremos que la excepciones para la no asistencia son bien pocas, y que la mayoría de sus limitaciones pueden no ser eternas sino transitorias y remediables, en esa publicación comprobaremos una vez más que Pre-Cursillo no es cosa de fórmulas aprendidas, sino de Sentido Comun, y que hay muchas personas alrededor nuestro que pueden ir a vivir la experiencia del Cursillo.
Creo que lo peor que nos ha pasado es que en vez de mirar a los alejados hemos optado por la comodidad y la pereza, invitando a los aparentemente más cercanos en vez de brindar amistad sincera a nuestros amigos más alejados que han sido y deben seguir siendo precisamente la prioridad de siempre.
Para colmo de males nos han dicho (y no pocos lo hemos creído) que no pueden venir los que no pueden comulgar, como si éstos hubieran dejado de ser Personas, pasando a ser ignorados y abandonados, nos han dicho que no se pueden llevar a vivir un Cursillo porque allí se va a hablar de Sacramentos y de La Gracia, ¿Acaso no se habla de Sacramentos y de La Gracia en todas las actividades de la iglesia? Aquí surge otra pregunta: ¿A donde los invitamos?.
Cursillo siempre ha sabido que La Iglesia es Madre de Todos, y no solo de los que pueden comulgar, los alejados tienen cabida en un Retiro, a clases de Biblia, a Ejercicios Espirituales, a Misa etc. Entonces: ¿Cual es la razon por la cual no puedan vivir la experiencia de un Cursillo de Cristiandad?
No tengo idea de cuando el verbo «Evangelizar» llegó a nosotros, pero creo que la acción de evangelizar nació en Cristo, que precisamente se hizo amigo de los alejados, por la via de la normalidad se hizo amigo de aquellos que no entendían Las Escrituras, para aquellos que le conocieron al partir el pan.
Los Cursillos de Cristiandad son un movimiento evangelizador han dicho algunos, entre ellos algunos de los que no quieren que los alejados que no pueden comulgar vivan El Cursillo, vuelven las preguntas: ¿Entonces Evangelizar a Quien? ¿Cursillo es o no es un Movimiento Evangelizador? ¿Cual es el miedo con los alejados?
Estamos convencidos que todos los bautizados alejados o no, por la misma Gracia que concede El Bautismo tienen la capacidad de vivir un Cursillo, de recibir el sencillo mensaje de «Dios en Cristo les ama», tienen la capacidad de recobrar el rumbo y tomar en sus manos sus vidas y de vertebrar Cristianía por la via de la normalidad en las estructuras en que están inmersos, hemos visto con gozo que los alejados que han vivido la experiencia solo estaban a tres días de Cristo.
Creo que los que conocen los «Por Qué» se les hacen mucho más fácil los «Comos», y estos ya no tendrán tanta importancia.
Necesitamos entender de una vez y por todas que El Cursillo no es un regalo que se le ofrece como premio a aquellos que se pueden acercar a recibir La Eucaristía, sino un mensaje (Dios en Cristo nos ama) dirigido a «La Persona» y no a sus circunstancias.
De Colores.
Angel Delgado.
Rev, Marzo 10, 2015

Testimonio Espiritual de Eduardo Bonnín

Así las cosas, llegó a mis manos un libro titulado “S.S. Pio XII y la Acción Católica”, y en la pág. 45, núm. 59, leí, donde dice textualmente, “De este doble aspecto de Su pueblo es deber del párroco formarse una rápida y ágil mirada un cuadro claro y minuciosamente detallado, diríamos topográficamente, calle por calle, es decir, por un lado, de la población fiel y señaladamente de Sus miembros más elegidos, de los que pudiera sacar los elementos para promover la Acción Católica; y por el otro, de los grupos que se han alejado de la práctica de la vida cristiana. También éstas son ovejas pertenecientes a la parroquia, ovejas descarriadas; y también de éstas y aún de ellas particularmente, sois guardianes responsables, dilectísimos hijos; y como buenos pastores no debéis esquivar trabajo ni esfuerzo para buscarlas, para ganarlas nuevo, ni concederos reposo hasta que todas encuentren asilo, vida y alegría en el retorno al redil de Jesucristo”. (Discurso a los párrocos y cuaresmeros de Roma, el 6 de Febrero de 1940).

Este escrito, que he querido transcribir en su integridad, tuvo para mí un efecto inusitado y me llevó a la resolución de que lo más importante para empezar era poder contar, como aconsejaba el Papa, con un «detallado estudio» de la situación dada, conclusión que me llevó a estudiar cada una de las constelaciones de individuos existentes en el mundo, en mi mundo y en la Iglesia que yo conocía y frecuentaba.

Después también me pareció necesario y conveniente observar cada una de las individualidades, por separado; por ejemplo, cómo era el joven soldado, y pensaba: “Obedece delante porque no puede menos, refunfuña y murmura detrás, porque no puede más”, y siguiendo de esta manera, intentar tener una idea de cómo era el joven estudiante, el joven obrero, el joven universitario, el joven oficinista, etc.

Todo ello, como ya he dicho encaminado a conseguir poder tener una idea lo más real posible de la realidad.

De todo esto, el año 1943, nació el “Estudio del Ambiente”, principio y origen de todo lo que vino después.

4.2.- Del “Estudio del Ambiente” al primer Cursillo de la historia

Se trataba de escoger y seleccionar lo que constituye el núcleo esencial de lo cristiano, y, con las fichas seleccionadas de lo que iba leyendo y los libros subrayados, disponer del material reunido y ordenarlo de manera atractiva, dinámica y directa para que penetrara en el corazón de los oyentes. A decir verdad no se me ocurría la manera más eficaz de comunicarlo.

Exponer las ideas, citando la gente en un determinado lugar para que me escuchara con atención e interés, me parecía utópico e impensable.

Yo no pertenecía a la A.C., pero frecuentaba sus reuniones, que nunca me gustaron, lo que me llevó a ser muy crítico con las personas que integraban dichas reuniones.

A pesar de ello, después de asistir al Cursillo que luego diré, me dieron el cargo de Presidente del Consejo Diocesano de los jóvenes.

No obstante sucedió una cosa que me hizo pensar. Mi citado «Estudio del Ambiente» había trascendido a cierto número de personas y, por esta razón, fui invitado por el Rector del Seminario Diocesano, Don José Rosell Santomá, a exponerlo a los seminaristas. Allí fui el día 8 de Diciembre del año 1945. Fue la primera vez que hablé yo en público, y a decir verdad, fue algo que causó cierto impacto en aquel auditorio.

En aquel entonces la rama de los jóvenes de A.C. estaba toda polarizada y entregada en preparar la Peregrinación a Santiago de Compostela. El Presidente Nacional, Manuel Aparici, había lanzado la idea de reunir en Santiago l00.000 jóvenes que vivieran en gracia de Dios. Y los Dirigentes del Consejo Superior, secundando su idea, dedicaban sus vacaciones de Navidad y Pascua para recorrer los Consejos Diocesanos de España, con el fin de entusiasmar a los jóvenes para la gran cita de Compostela. Y lo hacían dando unos cursillos a los que daban el nombre de Cursillos de Adelantados de Peregrinos, buscando candidatos en los centros parroquiales y en los Consejos Diocesanos. En estos cursillos, que duraban una semana, se explicaba: “Juventud de Acción Católica” “Vida Cristiana”, “La Gracia”, “Organización”, “Hispanidad”, etc.

El que era en aquel entonces Presidente Diocesano de los Jóvenes de A.C. de Mallorca me invitó al primero de estos cursillos, pero yo no quise ir, no me hacia ningún plan y puse algunas “razonables” excusas para librarme.

Pero asistí al Segundo, que se realizó en la Semana Santa de 1943. Me gustó el clima de compañerismo que allí se respiraba y el ánimo y el talante alegre con que se exponían las lecciones o conferencias.

Al cursillo de jefes de Peregrinos que vino después, fui de dirigente y me dijeron que añadiera la explicación del rollo “Estudio del Ambiente».

De estos cursillos aprendí mucho y sobre todo descubrí la solución de lo que desde siempre me había preocupado, que era el cómo conseguir explicar las ideas que quería contagiar a los demás para a darlas a conocer con alguna posibilidad de eficacia, y me di cuenta que lo que desde siempre había sido mi preocupación dominante se Solucionaba tratando de reunir a la gente en régimen cerrado y aislado y que ésta era la mejor manera de lograr conseguir lo que yo buscaba.

Allí aprendí que debía reunirse la gente por grupos, hacer periódicos murales, lograr que intervinieran los más posibles.

Todo esto lo descubrí en aquellos cursillos.

Lo que no me gustaba era que duraran una semana, pues pensé que en ese plan se podía conseguir tan sólo un auditorio muy limitado: los estudiantes en Navidad, Pascua y verano o los que estuvieran dispuestos a vivir esta experiencia empleando unos días de sus vacaciones.

Así las cosas, después de mucho rezar y buscar quien rezara, pensar, planear, estructurar, reunir y seleccionar una vez más el material acumulado en fichas, en notas y en libros subrayados, reunimos unos cuantos candidatos y nos atrevimos a planear un «nuevo» cursillo con José Ferragut, que había Sido Presidente Diocesano, con Jaime Riutord y este cristiano que escribe y suscribe este relato, al que Se le designó como Rector.

Éste fue el primer Cursillo y, si bien le llamamos de jefes de Peregrinos, porque no nos hubieran dejado celebrarlo con otro nombre, no se parecía en nada a los que se habían dado en Mallorca con este nombre.

Esto sucedía el año l944. Había que buscar un local apropiado. Para ello acudimos al entonces párroco de Santanyi, Don Pedro Sureda, amigo de todos nosotros, porque nos había dado unos Ejercicios Espirituales. Él nos indicó que había una señora que se llamaba Granells, que tenía un chalet en Cala Figuera y que repetidas veces lo había puesto a la disposición de la Parroquia. Allí iban, con cierta frecuencia, catequistas y seminaristas a pasar unos días de vacaciones. Total que nos solucionó el asunto del local. Faltaba la manera de reunir lo necesario para poder alimentar a aquella gente. El Centro de A.C. de Felanitx y sobre todo su Presidente Francisco Adrover, nos buscó algunos candidatos, nos facilitó un cocinero y hasta un carro para transportar los víveres. Uno trajo un pan, otro una sobrasada, arroz, una gallina, etc. Nos acomodamos como pudimos, durmiendo los dirigentes en el suelo. No había luz eléctrica y teníamos que usar un «Petromax», luz que usan los pescadores para deslumbrar a los peces. Así las cosas, confiando en las oraciones de muchos y la colaboración de unos pocos, nos lanzamos a la aventura de hacer un cursillo por nuestra cuenta. Le dimos el nombre de Cursillo de jefes de Peregrinos, pero en realidad, aunque hablamos de Santiago, porque de Santiago Se tenía que hablar, era un cursillo distinto de los demás. Habíamos pensado una estructura diferente. Lo que nos preocupaba era exponer las ideas que con tanto interés habíamos seleccionado de manera concreta, afilada, afinada y directa. Todo ello con  el propósito de contagiar el ideal de Cristo en un ambiente cálido, sincero, agradable y festivo, salpicando los rollos de anécdotas que cuidadosamente habíamos recopilado.