- Comentario sobre la definición de Cursillos en Ideas Fundamentales NUEVO!!
- Inventario incompleto de infidelidades al Carisma Fundacional NUEVO!!
- Itinerario hacía ti mismo NUEVO!!
- El bautismo cristiano NUEVO!!
- Apunto, apunta en punta NUEVO!!
- El Carisma Fundacional – Sintesis NUEVO!!
- Madre de todos y de todo NUEVO!!
- Lo que el Cursillo es frente a lo que no es. NUEVO!!
- Madre de todos y de todo. NUEVO!!
- Objetivo de nuestro Movimiento de Cursillos. NUEVO!!
- Puntualización sobre el método de Cursillos NUEVO !
Archivo del Autor: Carlos Muñoz
Peregrinación al Santuario Notre-Dame-du-Cap
El sábado finalmente llego el día de la Peregrinación al Santuario Notre-Dame-du-Cap, en los alrededores de la ciudad de Trois Rivieres. Actividad programada por el Secretariado en tiempo de Cuaresma como parte de nuestra preparación para la Semana Santa.
Se alquiló un autobús en el que viajamos 42 cursillistas más algunos niños. Durante todo el trayecto tanto de ida como regreso reímos, cantamos, rezamos, comimos, etc. Al llegar participamos en la misa programada por el santuario y luego después rezamos un Rosario a la Virgen por las tantas intensiones que todos llevamos. Especialmente por los enfermos de la comunidad y nuestro querido Movimiento.
Hicimos una visita a los alrededores. Al medio día tuvimos nuestro almuerzo comunitario donde fuimos testigos de la multiplicación de los sándwiches, los pollos y las bebidas.
Estuvimos acompañados durante la peregrinación por nuestro Director Espiritual, P. Christian y también tuvimos la oportunidad de charlar y escuchar al P. Gastón Rioux, quien fue el Director Espiritual a nivel nacional del Cursillo inglés. Quien en su testimonio nos animo a continuar nuestro Cursillo fieles al Carisma Fundacional.
Este tipo de actividades sirven para fomentar en los miembros de la comunidad la unidad y predisponernos a trabajar todos juntos por Reino de Dios con una mentalidad cursillista que nos envía a ser testigos de la Buena Nueva: «Que Dios en Cristo nos ama».
De Colores
El mundo desde Roma
Primer domingo sin Ángelus en ocho años tras renuncia de Benedicto XVI
ROMA, 03 Mar. 13 / 09:33 am (ACI/EWTN Noticias).- Al hacerse efectiva la renuncia del ahora Papa emérito Benedicto XVI y comenzar el periodo de sede vacante, el pasado jueves 28 de febrero, este domingo es el primero en ocho años en que no reza el Ángelus junto a los fieles que se reúnen en la Plaza de San Pedro.
El último Ángelus que rezó Benedicto XVI fue el pasado domingo 24 de febrero, junto a 200 mil fieles reunidos en el Vaticano. En esa ocasión señaló que «el Señor me llama a ‘subir al monte’, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación».
Las palabras previas al rezo del Ángelus se convirtieron en una ocasión privilegiada para el ahora retirado Papa, para educar en la fe a los fieles, con palabras fuertes y claras.
El 22 de mayo de 2005, tras rezar en tres ocasiones el Regina Caeli, por Pascua, Benedicto XVI rezó el Ángelus, meditando antes en que «Dios es amor».
«La palabra que resume toda la revelación es esta: ‘Dios es amor’, y el amor es siempre un misterio, una realidad que sobrepasa la razón sin contradecirla, exalta su potencial».
En otra ocasión reflexionó sobre el misterio de la Santísima Trinidad, señalando que «Jesús nos ha revelado el misterio de Dios: Él, el Hijo, ha dado a conocer al Padre que está en elcielo, y nos dio al Espíritu Santo, el Amor del Padre y del Hijo».
Benedicto XVI reflexionó también sobre la importancia de que los cristianos no se vean infectados por el relativismo en su práctica religiosa, señalando que «toda parroquia está llamada a redescubrir la belleza del Domingo, el Día del Señor, en que los discípulos de Cristo renuevan la Eucaristía, comunión con Aquel que da significado a las alegrías y tristezas de cada día».
«‘No podemos vivir sin el Domingo’: Así profesaron los primeros cristianos, incluso a costa de suvida, y así estamos llamados nosotros a repetir hoy», aseguró.
Al concluir su último rezo del Ángelus, el domingo pasado, Benedicto XVI subrayó que su renuncia y su paso a la vida de oración «no significa abandonar a laIglesia».
«Si Dios me pide esto es precisamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma entrega y el mismo amor con que lo he hecho hasta ahora, pero de modo más apto a mi edad y a mis fuerzas», aseguró.
El Mundo visto desde Roma
Dios me llama a «subir al monte» pero no significa abandonar a la Iglesia. Si me pide esto es para poder servirla con la misma entrega y el mismo amor de siempre.
CIUDAD DEL VATICANO, 24 de febrero de 2013 (Zenit.org) – En el segundo domingo de Cuaresma la Liturgia nos presenta siempre el Evangelio de la Transfiguración del Señor. El evangelista Lucas destaca de modo especial el hecho de que Jesús se transfigurara mientras oraba: la suya es una experiencia profunda de relación con el Padre durante una especie de retiro espiritual que Jesús vive sobre un alto monte en compañía de Pedro, Santiago y Juan, los tres discípulos siempre presentes en los momentos de la manifestación divina del Maestro (Lc 5,10; 8,51; 9,28). El Señor, que poco antes había preanunciado su muerte y resurrección (9,22), ofrece a los discípulos un anticipo de su gloria. Y también en la Transfiguración, como en el bautismo, resuena la voz del Padre celeste: «Este es mi hijo, el predilecto, ¡Escuchadle!» (9,35). La presencia luego de Moisés y de Elías, que representan la Ley y los Profetas de la antigua Alianza, es muy significativa: toda la historia de la Alianza está orientada a El, el Cristo, que realiza un nuevo «éxodo» (9,31), no hacia la tierra prometida, como en el tiempo de Moisés, sino hacia el Cielo. La intervención de Pedro: «Maestro, qué bien estamos aquí» (9,33) representa el intento imposible de detener tal experiencia mística. Comenta san Agustín: «[Pedro]… sobre el monte… tenía a Cristo como alimento del alma. ¿Para qué descender para volver a las fatigas y a los dolores, mientras allí arriba estaba lleno de sentimientos de santo amor hacia Dios y que le inspiraban por ello una santa conducta?» (Discurso 78,3).
Meditando este pasaje del Evangelio, podemos extraer una enseñanza muy importante. Sobre todo, el primado de la oración, sin la cual todo el empeño del apostolado y de la caridad se reduce a activismo. En la Cuaresma, aprendemos a dar el justo tiempo a la oración, personal y comunitaria, que da aliento a nuestra vida espiritual. Además, la oración no es un aislarse del mundo y de sus contradicciones, como hubiera querido hacer Pedro sobre el Tabor, sino que la oración reconduce al camino, a la acción. «La existencia cristiana -escribí en el Mensaje para esta Cuaresma- consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios, para luego volver a bajar llevando el amor y la fuerza que de ello derivan, para servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios» (n. 3).
Queridos hermanos y hermanas, esta Palabra de Dios la siento de modo especial dirigida a mí, en este momento de mi vida. El Señor me llama a «subir al monte», a dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia, al contrario, si Dios me pide esto es justamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero en un modo más adecuado a mi edad y mis fuerzas. Invoquemos la intercesión de la Virgen María: Ella nos ayude a todos a seguir siempre al Señor Jesús, en la oración y en la caridad activa.
La primavera en Cursillo
Buenas noches,
Les comparto este rollo del padre Tony Vadell. Ha mencionado que el segundo milenio se vivió marcado por un clericalismo y que este tercer milenio se perfila “profundamente laico”. Que en el centro de la pastoral estaba siempre el cura. Al final de su rollo ha lanzado unas propuestas para provocar debate. Me encanta la forma en que se ha cuestionado él mismo y al dirigente en cursillos. Le conozco personalmente y se de su calidad humana y cristiana; de su pasión que aflora para que cursillos se renueven a la luz del Concilio Vaticano II.
He aquí algunas de ellas:
· Los rollos místicos deben ser profundamente revisados para que sean menos dogmáticos y más evangélicos. Menos conceptuales y más narrativos,
· Que los rollos del cura sean testimoniales y que su papel sea el de ser un signo de comunión,
· Que todos somos importantes por ser personas,
· Revisar el aspecto celebrativo en el cursillo. Que el día viernes y sábado se celebre la vida en el cursillo. La celebración de la Eucaristía se realice únicamente el día domingo porque la celebración diaria responde a un esquema pastoral de otro tiempo previo al Vaticano II,
· Revisar el aspecto de la reconciliación. No se debe de ninguna manera presionar para que se confiesen, porque se ha vuelto una obsesión de algunos dirigentes el indagar este aspecto que es muy delicado,
· Que el carisma de cursillos es de “acompañar” en amistad en las reuniones de grupo y las ultreyas, pero que no se agotan en sí mismas, que tienen que ir más allá,
· Evitar que el cura “clericalize” y el laico haga “cursillismo” que en el fondo es una tentación de ambos,
· Nuestro papel es eminentemente laico en el mundo (que al igual que Jesús, tenemos que “oler a calle”),
· Evitar la tentación de no permitir a las personas que lo deseen por iniciativa propia, servir en sus parroquias como catequistas, coordinadores de actividades parroquiales, etc.
Muy en línea con los momentos cruciales que se están viviendo actualmente en la iglesia, en la que muchos paradigmas se han derrumbado para ir descubriendo que el Reino de Dios no se agota y se circunscribe a una religión, la iglesia, las diócesis, las parroquias, a los movimientos y grupos, a las familias.
De Colores,
Freddy Mazariegos