Archivo del Autor: Carlos Muñoz

Monseñor Romero, más cerca de los altares

Mons. Romero1

«Por denunciar la injusticia social y la represión militar, Romero fue asesinado por un francotirador contratado por la ultraderecha al anochecer del 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba misa en un hospital de enfermos de cáncer de San Salvador».

Francisco desbloquea el proceso del obispo mártir del Salvador

El Papa abre la puerta a la beatificación de «san Romero de América»

La causa se encuentra en Roma desde 1996. El obispo fue asesinado el 24 de marzo de 1980
Redacción, 22 de abril de 2013 a las 16:38

«San Romero de América» podrá ser santo pronto. El Papa Francisco así lo quiere, y hadesbloqueado el proceso de beatificación del mártir arzobispo de San Salvador, asesinado de un disparo en el corazón el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba la misa.

Así lo aseguró Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, quien apuntó que «la causa de la beatificación de monseñor Romero  ha sido desbloqueada».

Romero, muy popular en América Latina y llamado «la voz de los sin voces» por su consagración a los más desfavorecidos, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por uncomando de ultraderecha, al comienzo de la guerra civil en El Salvador.

Desde 1996 la causa para canonizar a Romero se encuentra en Roma, y en 2006 la Congregación de la Doctrina de la Fe acordó iniciar el proceso de beatificación. El expediente se encuentra en la actualidad en manos de la Congregación para la causa de los Santos.

Por denunciar la injusticia social y la represión militar, Romero fue asesinado por un francotirador contratado por la ultraderecha al anochecer del 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba misa en un hospital de enfermos de cáncer de San Salvador.

Con el crimen y el cierre de los espacios de participación política estalló la guerra civil que finalizó en 1992 tras la firma de acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla.

Mons Romerobenebergo

Extracto de Religión Digital, Información religiosa de España y el mundo. www.religiondigital.com

Los 10 pensamientos del Papa Francisco

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Los 10 pensamientos del Papa Francisco

Publicado el 15 de marzo de 2013

Aborto y defensa de la vida

«Es preciso poner la cara para defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural». «Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas: respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo».

«Sin estas tres actitudes, ternura, esperanza, paciencia, no se puede respetar la vida y el crecimiento del niño por nacer. La ternura nos compromete, la esperanza nos lanza hacia el futuro, la paciencia acompaña nuestra espera en el cansino pasar de los días. (…) Cuando estas actitudes no están, entonces el niño pasa a ser un ‘objeto’ alejado de su padre y de su madre y muchas veces ‘algo’ que molesta, alguien intruso en la vida de los adultos, de quienes pretenden vivir tranquilos, replegados sobre sí mismos en un egoísmo paralizante».

La familia y el papel de los ancianos

«Cuando un pueblo se olvida de cuidar a sus ancianos, empezó a ser un pueblo en decadencia, es un pueblo triste. Cuando en una familia se olvidan de acariciar al anciano, ya anida la tristeza en su corazón».

«Lo que sembrás vos con tu ejemplo es lo que vas a cosechar de tus hijos. Cuidá a los viejos, cuidá la vida de los viejos porque eso es ser familia. Y no entrés en la moda de que a los viejos se los guarda y se los desprecia. Cuidá a los chicos. Enseñáles a crecer bien para que sean retoños llenos de vida, que den flor y fruto en la vida».

Bodas homosexuales

«Está en juego la identidad y la suprevivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándoles de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones».

(Carta durante la presentación en Argentina del proyecto de matrimonio homosexual, convertido en ley en julio de 2010): «Aquí está la envidia del demonio, que pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la Tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo, sino de una ‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios».

Papel de los padres

«Es necesario que salgan ustedes para dialogar, para abrirse a sus hijos, para jugar con ellos, para que los chicos no se sientan abandonados por sus padres. Eso cansa, es verdad, pero es la cruz que ustedes como padres católicos deben cargar; es, sin embargo, una cruz fecunda».

Derecho a la educación

«El hijo del gaucho, el migrante del interior que llegaba a la ciudad, y hasta el extranjero que desembarcaba en esta tierra (argentina) encontraron en la educación básica los elementos que les permitieron trascender la particularidad de su origen para buscar un lugar en la construcción común de un proyecto. También hoy, desde la pluralidad enriquecedora de propuestas educadoras, debemos volver a apostar: a la educación, todo».

Papel de los laicos en la Iglesia

«Hay un problema, lo dije otras veces: la tentación de la clericalización. Los curas tendemos a clericalizar a los laicos. No nos damos cuenta pero es como contagiar lo nuestro. Y los laicos -no todos pero muchos- nos piden de rodillas que los clericalicemos porque es más cómodo ser monaguillo que protagonista de un camino laical. No tenemos que entrar en esa trampa, es una complicidad pecadora. Ni clericalizar ni pedir ser clericalizado. El laico es laico y tiene que vivir como laico con la fuerza del bautismo, lo cual lo habilita para ser fermento del amor de Dios en la misma sociedad, para crear y sembrar esperanza, para proclamar la fe, no desde un púlpito sino desde su vida cotidiana. Y llevando su cruz cotidiana como la llevamos todos. Y la cruz del laico, no la del cura. La del cura que la lleve el cura que bastante hombro le dio Dios para eso».

Trabajo y justicia social

«La dignidad la tenemos por el trabajo, porque nos ganamos el pan, y eso nos hace mantener la frente alta. Pero cuando el trabajo no es lo primero sino que lo primero es la ganancia, la acumulación de dinero, ahí empieza una catarata descendente de degradación moral. Y termina esta catarata en la explotación de quien trabaja. Esta frase no es mía, la dijo ayer el Papa (por Benedicto XVI) en una audiencia (…) Justicia por estos hombres y mujeres sometidos a la trata de personas en cualquiera de los rubros: talleres clandestinos, prostitución, chicos sometidos en trabajos de granjas y los cartoneros que no han podido todavía unificarse, como algunos de ustedes lo han podido hacer gracias a Dios».

Afán de dinero

«El poder y el dinero son como la ginebra en ayunas: marean. La altura marea. Por eso cuanto más grande seas, cuanto más poder, más dinero, más prestigio tengas, más humilde tenés que ser. Los que se creen dueños de la vida no pueden convivir en la sociedad. El único dueño de la vida es Dios».

El pecado de la vanidad

«Como ejemplo de lo que es realmente la vanidad con frecuencia digo: mirad a un pavo real, si lo miras de frente es muy bonito. Pero si da algún paso y lo ves por detrás, te das cuenta de la realidad. Quien cede a esa vanidad en el fondo esconde una miseria muy grande».

Apostolado cristiano

«Buscamos el contacto con las familias que no acuden a las parroquias. En lugar de ser sólo una Iglesia que recibe, tratamos de ser una Iglesia que sale a la calle y va hacia los hombres y mujeres que no vienen, que no la conocen, que se han ido y que son indiferentes. Para ello organizamos misiones en las plazas donde se reúne mucha gente, rezamos, celebramos la misa, proponemos el bautismo que administramos después de una pequeña preparación. Es el estilo de las parroquias y de la misma diócesis».

¡Señor, te rogamos que ilumines a nuestro Papa Francisco en su Pontificado!

Los retos pendientes del nuevo Papa

Francisco I

Benedicto XVI ya tiene sucesor

  • La participación de la mujer es una de las asignaturas de la Iglesia
  • Recuperar la credibilidad social, otro de los retos del nuevo Papa

Por las venas del tejido eclesial circula, cada vez con más fuerza, la idea de una Iglesia más comunitaria, democrática, liberadora y ecuménica. Tras la revolucionaria renuncia de Benedicto XVI, el colegio cardenalicio acaba de elegir a su sucesor. Con las acostumbradas luchas de poder, si acaso más exacerbadas como consecuencia del Vatileaks. Sea quien sea el elegido (que conoceremos antes de las 20.00 horas), una vez instalado en el solio pontificio el nuevo Papa no tendrá más remedio que pensar en abrir al menos cinco puertas, que, hasta hora, han permanecido cerradas.
La mujer en la Iglesia
La primera es la ordenación sacerdotal de las mujeres. Este tema encierra toda una problemática tradicionalmente explosiva para la Iglesia: la relación entre moral y sexualidad, el celibato eclesiástico, los medios anticonceptivos o el aborto. La actual situación de la mujer en la Iglesia clama al cielo. Si el nuevo Papa no desbloquea esta situación, la Iglesia perderá definitivamente a la mujer. Y el cisma silencioso de la mayoría de los católicos que no sigue en este ámbito la doctrina de la jerarquía saldrá claramente a la luz pública.
Democracia eclesial
La segunda puerta es la de la democracia en el seno de la Iglesia: desde los fieles a los obispos. Sólo la libre expresión de las opiniones episcopales impedirá al magisterio de la Iglesia encerrarse en una falsa unanimidad que, a la postre, pervierte la vida de la Iglesia. Es lo que teológicamente se conoce con el nombre de «colegialidad». Por ejemplo, con un Sínodo de obispos deliberativo, como preveía el Concilio Vaticano II, o con unas conferencias episcopales con mayor libertad y autonomía.
Unidad en el respeto al pluralismo
La tercera puerta es la de la unidad. La preocupación por la unidad debe ser la regla de oro de la enseñanza de la Iglesia. Dicha preocupación debe estar subordinada a la preocupación por la verdad, para dejar vía libre a toda la variedad de ideas sobre un gran número de cuestiones. De esta forma, los teólogos se situarán mejor en la Iglesia. Porque, como solía repetir Benedicto XVI, «la característica fundamental de un ecumenismo teológico y no político es la disponibilidad para estar y caminar juntos incluso en las diferencias no superadas; la regla práctica es hacer todo lo que podamos por la unidad y dejar al Señor lo que sólo el Señor puede hacer». El nuevo Papa tendrá que pasar de la teoría a la práctica y dar pasos reales con ortodoxos, protestantes y anglicanos hacia el ecumenismo real.
Una ética de mínimos
La cuarta puerta tiene que ver con la modernidad. Las sociedades occidentales tienen que afrontar tremendos problemas económicos, políticos, éticos. Para hacer frente a estos peligros, tienen que elaborar nuevas éticas. Querer reconquistar moralmente la modernidad no conduce a ninguna parte. Ya no estamos a finales del siglo XIX o a comienzos del XX para refundar la cristiandad. Como dice el teólogo progresista Hans Küng, la Iglesia debería luchar por consensuar una «ética de mínimos» que pueda regular las relaciones internacionales de un mundo globalizado. ¿Lo intentará el nuevo Papa.
Recuperar la tradición sinodal
La quinta puerta consiste en reafirmar la tradición sinodal de la barca de Pedro. La Iglesia no es una monarquía absoluta. Y aunque tampoco sea una democracia, su estructura esencial tiene más cosas en común con los modelos democráticos que con los imperiales. La comunidad local es el fundamento y la expresan mejor personas con intereses y lazos comunes que la unidad geográfica de la parroquia. La comunidad local debe ser el primer lugar de la toma de decisiones. Por otra parte, las comunidades locales deberían reunirse en diócesis más pequeñas. Debería haber un obispo por cada 100.000 católicos. Actualmente, en el mundo hay cerca de 2.500 diócesis con más de 1.200 millones de católicos. Para llegar a la proporción ideal debería haber el triple o el cuádruplo de diócesis. Y por supuesto, los obispos deben ser elegidos por los fieles.
Recuperar la credibilidad social
La sexta puerta radica en recuperar la credibilidad social, herida por el escándalo de la pederastia y de los abusos cometidos por las manzanas podridas del clero en todo el mundo. El nuevo Papa, además de continuar con la «tolerancia cero» impuesta por Benedicto XVI en estos casos, deberá seguir manteniendo un estricto control de los eventuales casos de abusos, una transparencia total y una colaboración absoluta con las autoridades civiles.
La Iglesia necesitaría, pues, abrir estos grandes portones y algunas otras puertas más pequeñas, para poder seguir teniendo relevancia social en todo el planeta. Al menos, como hasta ahora. Una Iglesia, esperanza del tercer milenio para un Papa del tercer milenio.

http://www.elmundo.es/

Habemus Papam

FRANCISCO es uno de los FUNDADORES de los JESUITAS!!!

Quizá por eso el nombre de nuestro Nuevo papa FRANCISCO I.
Ya mas delante sabremos al respecto.

San Francisco Xavier

Francisco nace el 7 de abril de 1506 en el castillo de Javier, cerca de Pamplona (Navarra, España). Su padre, jurista, es entonces consejero del rey Juan de Albit, su madre pertenecía a la nobleza. Sus dos hermanos tuvieron parte activa en las guerras que marcaron la infancia de Francisco.

Huérfano a los tres años, Francisco crece en un clima de división y guerras, en su propia morada sujeta a la tiranía moral y material, de parte del lado navarro como del castellano. Cuando a los 18 años se firma un convenio de paz, Francisco elige entonces su futuro, continúa sus estudios de humanidad en la famosa universidad de Sorbona en París. Es aquí donde, compartiendo su cuarto con Ignacio de Loyola, y después de un camino de discernimiento mutuo, Francisco es tocado muy profundamente por una frase de Ignacio de la cual no se olvidará jamás, y que determinaría desde entonces el rumbo de su vida: «¿de que sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?». Francisco elige desde ya ganar su alma y la de muchos.

Martmartu 1534: en compañía de siete compañeros, Francisco pronuncia sus votos de pobreza, castidad y peregrinación a Tierra Santa, según unos preceptos estrictos de Ignacio de Loyola.

Así comenzó la «Compañía de Jesús» aprobada por el Papa. El 24 de junio fueron ordenados sacerdotes, pero la guerra de Venecia y los Turcos hizo imposible la realización del deseo de estos apóstoles de ir a Tierra Santa.

Así el 7 de abril de 1531, Francisco parte para las lejanas tierras de la India junto con uno de sus compañeros, Llegados a Goa, se ven confrontados a miles de males entre ellos, la peste. Francisco se dedica a dar confianza y a descubrir a todos el amor de Dios, a curar y hasta hacer milagros. Evangelizando jóvenes abre escuelas, colegios, dispensarios, bautiza sin descansar jamás aceptando por amor miles de sacrificios y llevando a todos a la oración y a la conversión.

En 1543 vuelve a Goa, y llega a Pesquerías cuando se declaró la guerra entre el reino de Comorín y el de Travancor. Enfrentándose solo a las fuertes tribus, armado íntimamente de un crucifijo en la mano y de su palabra, pone fin a la guerra milagrosamente.

En 1546, parte Francisco para Amboino, isla en la cual entra hablando y cantando en el idioma popular como si hubiese vivido siempre ahí. Desde allí emprende la visita de todas las islas de Oceanía. Después de esta larga expedición, Francisco decide volver a Goa para encontrarse con sus compañeros llegados a Europa, asignarles el campo apostólico y prepararse para llevar la fe cristiana hasta Japón. En Malaca, en el año 1547, se encontró con Magno, un japonés insatisfecho con la religión que le habían enseñado sus bonzos(sacerdotes Budistas). Magno invitó a Francisco a ir a predicar la doctrina de Cristo a sus paisanos. En abril de 1549 emprendió el viaje hasta Japón junto con su amigo. Adoptando el estilo oriental Francisco conversaba con el pueblo mientras Magno le servía de intérprete. Después de un año en Kangoshina, en donde escribieron un catecismo, partió por Yamaguchi y luego hacia la costa, aguantando miles de pruebas y rechazos. De allí aprovechó la salida de un barco portugués para ir a visitar las misiones de la India y preparar su viaje a China. Habiendo aportado un regalo muy rico para el rey de China, llegó a una isla desierta a 150 kilómetros de Cantón. Era a los fines de agosto de 1552. Allí Francisco espera en una total soledad y pobreza una embarcación para entrar lo más directamente posible a la China. Pero se enfermó y es aquí, a 150 kilómetros de esta tierra tan soñada de China, que entregó a Dios su alma, el 3 de diciembre.

http://www.sanfranciscojavier.com/